POR JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO, CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO (CÁCERES).
Trujillo es un auténtico plató de cine. El perfecto estado de conservación del patrimonio y del entorno natural son los mayores atractivos para que directores del mundo del cine se fijen en el entorno monumental y paisajístico y los conviertan en decorados para sus películas. Solamente su casco histórico no necesita ninguna alteración ni tramoyas para el rodaje de películas. Trujillo al ser un auténtico «crisol de culturas», todas las civilizaciones han dejado su impronta en la ciudad y en su entorno: vettones, romanos, árabes, judíos y cristianos.
A las pruebas nos remitimos. En los últimos dos años tres producciones televisivas han hecho parada en Trujillo, dos de ellas además superproducciones internacionales, que llegan de la mano de cadenas tan prestigiosas como la ABC o la HBO.
La serie Isabel, Mi Reina rodada en el año 2011 en Trujillo, narra la vida de Isabel «La Católica». Según declaraciones del protagonista Rodolfo Sancho, refiriéndose a Cáceres y a Trujillo: «Son las ciudades que conservan el casco histórico mejor conservado de toda España y en el que menos teníamos que intervenir».
Desde luego, el marco histórico artístico de Trujillo es único para el rodaje de películas. De hecho, ha sido escenario y continúa siendo de numerosas producciones.
Pero tenemos que remontarnos al año 1963, fecha en la que se rodó en Trujillo El Tulipán Negro, película que contó con actores de primera fila del momento como era Alain Delón o Virna Lisi, además, durante varios días se utilizaron distintos escenarios de la ciudad, desde la Plaza hasta el Castillo. El casco histórico de Trujillo se convirtió en la Francia revolucionaria, siendo la primera gran superproducción que se rodó en Trujillo.
En 1975, Ricardo Franco adapta cinematográficamente la obra literaria de Camilo J. Cela La Familia de Pascual Duarte, con actores como José Luis Gómez o Paca Ojea, se presenta en Trujillo y graba algunas escenas en el interior de algunas casas particulares trujillanas que aún conservan ese sabor romanticista de la época en las calles Merced, San Antonio, Tintoreros o Sillerías.
En 1976, el director Vicente Escrivá llegaba a Trujillo para tomar escenas para su película La Lozana Andaluza, una de las primeras películas polémicas por la época en la que se rodó y las escenas de desnudo protagonizadas por la actriz italiana María Rosaria Omaggio; y por las mismas fechas se rodó Los Alegres Pícaros, una coproducción italiana y española dirigida por Mario Monicelli, de género comedia. Se inspira libremente en las novelas españolas Lazarillo de Tormes y Guzmán de Alfarache.
Después llegaron otras como Los Señores del Acero que también se rodó en el casco antiguo, concretamente en el castillo, en 1985, de Paul Verhoeven. El castillo y su entorno fueron el escenario ideal para grabar el ataque a la fortaleza. Una película brutal, feroz, bárbara, ultraviolenta y escabrosa; y con una fabulosa música de Basil Poledouris, un compositor que ha sabido capturar las esencias más bárbaras gracias a su formidable sensibilidad y poderío sinfónico. Sin ser una película perfecta, ni mucho menos, este film no defrauda a quien busca acción e intensidad en una pantalla.
Sin duda alguna, en los últimos años uno de los rodajes que más expectación ha causado ha sido el de la superproducción de Ridley Scott 1492: La Conquista del Paraíso. Fernando nos narra la historia de su padre, Cristóbal Colón, papel interpretado por Gerard Depardieu. Gracias a este film en el año 1992 fue reconocida la verdadera historia. Cristóbal había solicitado en vano el apoyo a Francia, Inglaterra y Portugal para abrir una nueva ruta hasta Asia. Está lleno de ilusiones, pasa el tiempo estudiando cómo convencer a los monarcas. Con escenarios naturales y un elenco de actores de primera fila, Trujillo se convirtió en varios días en la Granada de los Reyes Católicos.
Ese mismo año, el director José Luis Cuerda se presentaba en Trujillo con actores españoles como Alfredo Landa, Antonio Resines, Marta Dualte o Cristina Collado, para rodar La Marrana. Narra la historia de Bartolomé, un cautivo que después de pasar tres años en una cárcel de Túnez, regresa a su tierra extremeña con la única ilusión de comer su manjar favorito: el cerdo. Por el camino se encuentra con un desertor que viaja acompañado por una marrana.
El éxito sonrió seguramente a Frate Francesco, dirigido en 1927 por Giulio Antamoro, auténtico especialista de películas religiosas, que en 1926 había realizado aquella obra maestra del mudo que es Christus, para que en el 2004 se adaptase un nuevo guión y escenografía de Hermano Francisco y se grabasen algunos cortos en Trujillo. La película consiguió consensos y aplausos incluso en el extranjero, y este trabajo se debió a la mano experta del director, pero también a los componentes de un equipo de trabajo – que se había inspirado para su película en la biografía de San Francisco del danés Joergensen basada en «Las Florecillas»- que tuvieron el mérito de darle al relato una rigurosa ambientación histórica, a la que no le faltaban, entre otras cosas, sugestivas lecturas metafóricas.
Las calles y los edificios religiosos de Trujillo volvieron a vestirse de época renacentista con la película La Celestina, rodada en 1996, y protagonizada, entre otros, por dos jovencísimos Juan Diego Botto y Penélope Cruz. La Tragicomedia de Calisto y Melibea, atribuida a Fernando de Rojas, de finales del siglo XV, si bien su extraordinario éxito editorial comienza en el siglo XVI.
Trujillo volvió a ser escenario cinematográfico en el 2005 de la mano del entonces joven director Ray Loriga con Paz Vega como protagonista de Teresa, el cuerpo de Cristo. Las calles de la zona monumental y la ermita de Santa Ana fueron algunos de los escenarios.
Una de las últimas películas rodadas en Trujillo en el 2018 ha sido la séptima temporada de Juegos de Tronos, donde el castillo de Trujillo es protagonista de excepción y donde la magia del cine ha conseguido unir en un mismo plano al castillo de Trujillo con el paisaje natural de Los Barruecos en Malpartida de Cáceres. Una entretenida serie de tramas, traiciones, batallas y amores por conseguir el «Trono de Hierro», pero además han puesto el punto de mira en Trujillo que gracias a este estreno mundial hemos conseguido el último año que las cifran de visitantes aumenten considerablemente. También, contemporánea en el rodaje ha sido la serie americana Still Star Crossed, basada en la obra «Romeo y Julieta» de William Shakespeare. La mayor parte del rodaje se realizó en el palacio de San Carlos, Plaza Mayor e iglesia de Santa María. La serie está producida por la productora ABC Studios y Shondalan que está detrás de otras tan conocidas como Anatomía de Grey o Scandal y en la parte española por Calle Cruzada, que rodó también en Cáceres y Trujillo la película ya citada anteriormente “1492, la conquista del paraíso” del director Ridley Scott.
Trujillo ha sido escenario del rodaje de varias películas que han tenido éxito mundial. No hemos de olvidar, los filmes dedicados a la figura de Francisco Pizarro, así como los numerosos reportajes producidos y grabados en nuestra ciudad sobre el Descubrimiento, Conquista y Evangelización de América. Las calles y los edificios trujillanos siguen ganando posiciones como plató de rodaje de películas, anuncios o programas de televisión.
Desde el departamento de Turismo del Excmo. Ayuntamiento de Trujillo valoramos las ventajas de la publicidad en el cine frente a la publicidad convencional, pues nos visitan más turistas, se establece un vínculo entre el espectador y la ciudad en sí, sin olvidar el impacto económico para la ciudad y sus ciudadanos (empleo), y tenemos constancia que se pueden seguir captando más rodajes gracias al «boca a boca», lo que denominamos «impacto mediático»; además de hacerlo extensible a otros sectores conexos del audiovisual como propaganda de coches, fotógrafos (revistas), etc.
De tal manera que a día de hoy se puede generar una ruta cinematográfica por aquellos lugares de la provincia de Cáceres que han convertido en escenario de filmes durante varios meses en coordinación con la industria local, el sector hotelero y la restauración. A tal extremo esto es así que se puede hablar con propiedad de que existe una «industria de rodajes» cuya captación despliega numerosos efectos positivos sobre nuestro territorio, unos tangibles y otros intangibles.
FUENTE: CRONISTA