POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Un buen amigo trujillano, que me visitó el pasado viernes, me ha hecho este regalo al que agradecí y agradezco, porque se trata de un libro (511 páginas) sobre la historia de una ciudad por la que siento admiración y afecto. Su autor, don Juan Tena Fernández (Trujillo 1888-1967) fue sacerdote, escritor, archivero municipal, cronista oficial de Trujillo y fundador de la Congregación Religiosa de las Hijas de la Virgen de los Dolores.
Este insigne sacerdote trujillano y prolífico escritor, nació en Trujillo el 1/XII/1888. Estudió su vocación en el Seminario Mayor de Plasencia, aconsejado por su tío, el sacerdote don Fulgencio Fernández. En la ciudad del Jerte, Tena Fernández, ejerció su magisterio como profesor durante dos años en el mismo Seminario. Fue un sacerdote ejemplar. Fue nombrado párroco de la iglesia de San Martín de Trujillo, el mismo templo donde recibió las aguas del bautismo.
Cofundador con doña Antonia Hernández Moreno de la Congregación Religiosa de las Hijas de la Virgen de los Dolores, de cuya Casa-Madre en Trujillo han nacido vocaciones en España, América y África. Durante muchos años fue la fundación objeto de sus constantes desvelos y en esta obra puso don Juan Tena su centro supremo de interés, como capellán y consejero. Todo comenzó con una pequeña escuela, consiguiendo restaurar el edificio de los Pizarro-Orellana, declarado Monumento Nacional.
Este edificio (se muestra en la portada del libro) señero de la ciudad era la Casa de Contratación, donde se enrolaban los que marchaban a América en los siglos XVI y XVII, y casa de hospitalidad donde residió Miguel de Cervantes, camino de Portugal a Madrid en 1582. Para Trujillo y para esta familia tuvo Cervantes agradecidos recuerdos en los capítulos IV y V del libro tercero de su novela Trabajos de Persiles y Segismunda. La Congregación tiene en la actualidad abiertas casas (Escuela-Hogar, Colegios) en España, Portugal, África e Hispanoamérica.
Don Juan Tena Fernández ejerció el cargo de archivero del Ayuntamiento de Trujillo y cronista oficial durante cuarenta años. Al frente de este cargo realizó una loable labor catalogando uno de los mejores archivos nacionales, según acreditados historiadores, filólogos y documentalistas. Fue nombrado correspondiente de la Real Academia de la Historia, apoderado del Patrimonio Artístico Nacional y miembro del Instituto Venezolano de Cultura Hispánica. Escribió artículos en revistas y periódicos, centrando sus temas en la conquista y evangelización de América, que era su especialidad.
El libro corresponde a su segunda edición, publicado coincidiendo con en el primer centenario del nacimiento de su autor. Que en su pórtico escribe: “estas líneas van a tus manos, cualquiera que sea tu patria y tu lengua, para decirte siquiera algo, en apretada síntesis, de las esencias históricas, monumentales y artísticas que en apreciado joyel guarda una vieja ciudad española”.
No hace mucho, otro amigo trujillano me comentó: “Conoces mejor Trujillo que yo”. Estoy seguro que esta obra me ayudará a saber más sobre esta hermosa ciudad, en la que tantas grandezas y bellezas quedan.