POR ANTONIO LUIS GALIANO, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA
La historia no perdona, y cuanto más tiempo ha transcurrido la perspectiva de cómo se aprecian los hechos acaecidos es más subjetiva. Estimo que cincuenta años pueden ser suficientes para analizar lo que estaba sucediendo, o mejor dicho, lo que sucedió en Orihuela en ese año, en que con mis veinte cumplidos acababa de terminar en Cartagena la carrera de Perito Industrial, Rama Electricidad. Había realizado el viaje de estudios por tierras andaluzas y tenía la ilusión de marchar a Madrid, esperando encontrar un puesto de trabajo. Quedaban atrás los colegios de la niñez de doña Concha Ortega junto a la Merced y de La Tahona en la calle del Molino, con doña Lolita y doña Elvira; el ingreso de Bachillerato con los jesuitas y los seis cursos del mismo en Santo Domingo como Colegio Diocesano; los cuatro en Cartagena, en la época de esplendor castrense e industrial.
En ese año de 1966, mi contacto con Orihuela fue más cercano durante el curso, por aquello que la veteranía como estudiante era un grado, y me permitía poder venir con más frecuencia los fines de semana. Así, veía y pulsaba aquellos avances que se iban produciendo en la ciudad, en unos momentos en que la tecnología estaba pujante. No quedaban atrás otros hechos de tipo festivo, como la Semana Santa con la Glosa al Pregón a cargo del abogado oriolano Antonio Bó García, con el ministro de la Gobernación Camilo Alonso Vega como Caballero Cubierto, con un cartel anunciador de la misma, en el que aparece el Cristo del Consuelo dejando, tras de sí la puerta barroca de la iglesia de Santiago, en una foto original de Juan Fenoll Villegas. La Fiesta del Azahar, cumplía su tercer año, y ostentó el cargo de Reina Antoñita Abadía Pacheco, siendo el mantenedor del acto el primer teniente de alcalde de Madrid y consejero nacional del Movimiento, Jesús Suevos Fernández, y consiguiendo la Flor Natural, el poeta Julio Alfredo Egea.
Durante ese año, por televisión vivimos el triunfo del equipo de alumnos del Colegio Santo Domingo, en el programa ‘Cesta y Puntos’ y, políticamente se llevó a cabo el cambio en las riendas del Municipio, pasando a ocupar la Alcaldía el abogado Manuel Monzón Meseguer, que tomó posesión el 11 de octubre, en sustitución del médico Luis Cartagena Soriano que desde 1955 la ocupaba.
El Casino Orcelitano, presidido por Manuel Martínez Ros, que había sido reelegido el día 2 de enero, era el centro desde el que irradiaba la cultura, pues además de la organización de la Fiesta del Azahar, sus conferencias y conciertos llenaban este capítulo en la ciudad.
Las noticias locales, tanto de la ciudad como de las pedanías, tenían cabida en los periódicos ‘La Verdad’ e ‘Información’, que contaban como corresponsales con Juan José Sánchez Balaguer y Joaquín Ezcurra Alonso, respectivamente. Con referencia a revistas, en los meses de febrero y marzo, con una efímera vida (sólo dos números) apareció ‘El Candil’ fruto de la ilusión de un grupo de jóvenes, y se mantuvo, como ya era tradicional ‘Oleza’, dirigida por Joaquín Ezcurra, que solía hacer su presencia por Semana Santa, que se imprimió en el Oratorio Festivo y estuvo patrocinada por la Comisión de Festividades del Excmo. Ayuntamiento. En ella, encontramos a algunas instituciones, industrias y comercios que quedaron en el recuerdo, entre otros: la Academia Almi, que con anterioridad se encontraba en la Plaza de Vía Manuel, 3 y en esos momentos, se ubicaba en la calle Pedro Maza, 4; la fábrica de conservas La Agramadora; Radio-Luz en Ballesteros Villanueva; Caja de Ahorros de Nuestra Señora de Monserrate; Constructora Orcelitana, SA; Los Barriles, en Sal, 1; Establecimientos El Pilar; el taller de reparación de bicicletas de Jesús Villagrasa, en Luis Rojas, 33; el Garaje Palas, con coches de alquiler y sin chofer; la confitería y pastelería La Sevillana, en la Plaza del Poeta Sansano; la tienda de bolsos y carteras de Enrique Genestar en la calle San Pascual; la Cafetería Brisa; tejidos y novedades de Casa Gil; la tienda de ultramarinos de Antonio Roda.
Por otro lado, la Feria Exposición de Fibras Agrotextiles, alcanzaba la mayoría de edad con su cuarta edición, pasando además a ser la Primera Lonja Frutera y Frío Agrícola, en la que tuvo un papel importante la Cámara de Comercio e Industria de Orihuela, que presidía Mateo Gil Muñoz desde 1959. Coincidiendo con la misma, el domingo 2 de octubre se celebró una corrida de toros con ganado de Isabel Ramírez Zurbano de Madrid, para los diestros Joselillo de Colombia, El Caracol y Palomo Linares. Los precios fueron para la general de sol y de sombra, 175 pesetas y 250 pesetas, respectivamente.
El fútbol tenía como máximo representante al Orihuela Deportiva que presidía Antonio Gil Zaragoza ‘El Carbonero’, y que militaba en el Grupo X de la Tercera División. Contó como entrenadores a Ferrández y al uruguayo Sergio Rodríguez que había sido jugador y entrenador del Hércules FC de Alicante. La temporada 1965-66 finalizó el 17 de abril y el equipo oriolano quedó clasificado de dieciséis equipos, en un discreto décimo puesto. Entre los jugadores de esa temporada encontramos a los porteros Cánovas y Eduardo, y a los jugadores oriolanos, Monchi, Correte, Ballester y Ballesta.
Por otro lado, la televisión todavía no había arrasado los locales para exhibiciones cinematográficas en los que se ofrecían sugestivos programas dobles. Así se contaba con cinco cines: Teatro Circo, Salón Novedades, Avenida, Casablanca y Riacho, además de dos salas al aire libre en época estival en los dos últimos de ellos. Después vendrá la decadencia y ‘la caja tonta’ hizo sus estragos encerrando a los espectadores en sus domicilios.
De esta forma, transcurría la vida en Orihuela, en 1966, en la que no dejamos en el olvido muchos de los logros alcanzados en otras facetas, de las que trataremos en otra ocasión.
Fuente: http://www.laverdad.es/