POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA- CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Al tener que acceder los vecinos a la iglesia parroquial de San Bartolomé de Ulea por unas escalinatas; al encontrarse erigida sobre un peñón de la ladera del monte «El Castillo», ha ocasionado que a través de los tiempos, desde el año 1505, los distintos responsables del Ayuntamiento hayan escuchado las quejas de los feligreses y trataran de ir poniendo los remedios que estaban a su alcance.
Al principio, se accedía a la iglesia por una senda sinuosa qué, poco a poco, se iba ensanchando y acondicionando. De hecho, comenzó siendo más una vereda de ganado, con piedras y tierra apisonadas.
Pero, en la mente de quienes regían los destinos municipales siempre estaba la idea de mejorar su accesibilidad. Y, como consecuencia, se construyeron unas escalinatas al principio muy pronunciadas, con acceso directo desde la Plaza Mayor, anterior «Lugar o Sitio de la Cruz».
Pero, a principios del siglo XX, al instalarse en la localidad «el alumbrado público», se colocó un transformador adosado a la pared sur de la conocida iglesia; justo debajo del reloj y del campanario. Como consecuencia, para que los funcionarios de la empresa «Molinos del Segura» tuvieran un acceso sin dificultades, se construyeron unas escalinatas laterales que, haciendo un recodo, enlazaban con las de acceso directo desde la plaza.
A pesar de todo, los peligros seguían existiendo, y las dificultades que encontraban las personas mayores y los impedidos, para poder asistir a los actos religiosos, seguían siendo manifiestos.
Por tal motivo, siendo Alcalde de nuestra localidad José Ríos Torrecillas, se reformaron las escalinatas y se construyó un pequeño muro que iba desde la plaza, hasta la confluencia con el edificio Eiffel y, sobre dicho muro, un pretil o pasamanos, en donde las personas mayores se apoyaban, para poder subir y bajar desde la plaza a la Iglesia.
Dichas escalinatas se han ido modificando y, cada vez eran menos pronunciadas, por lo que los feligreses que acudían a los ritos eclesiales, encontraban un gran alivio.
Ya, cercano en el tiempo, los máximos responsables del Ayuntamiento, en aras de seguir mejorando la accesibilidad, han instalado un ‘pasamanos’ interior, con leves rellanos en las escalinatas, por donde acceden las personas que tienen dificultades.
Sin embargo, dada la mayor longevidad de los ciudadanos, hay bastantes que se encuentran impedidos y utilizan un andador de ruedas, para poder desplazarse.
Ante esta tesitura, el Alcalde Víctor López Abenza a la cabeza, ha oído a dichas personas y sus familiares y han sido sensibles a sus necesidades.
Como consecuencia, se han puesto manos a la obra y están estudiando la posibilidad de instalar un ascensor que trasporte a los feligreses impedidos y con dificultades, desde la Plaza de la Constitución hasta la explanada de Iglesia, y viceversa.
Esta propuesta ha sido muy bien acogida por los ciudadanos y, me consta, ya están trabando para que su implantación y funcionamiento se efectúe lo más inmediato posible. Enhorabuena. Una vez más, la sensibilidad de los ediles locales se ha puesto de manifiesto.