POR FRANCISCO TUBÍO ADAME, CRONISTA OFICIAL DE FUENTE PALMERA (CÓRDOBA)
Thürriegel fue la persona encargada por Carlos III de realizar la contrata de extranjeros para repoblar los terrenos de Sierra Morena y Andalucía.
En el preámbulo de la Real Cédula y fuero de Población que salió el 5 de julio de 1767, se lee:
“SABED, que habiéndome propuesto don Juan Gaspar de Thürriegel, de nación Bávaro, de religión Católica, la introducción de seis mil colonos Católicos Alemanes y Flamencos en mis Dominios, tuve a bien admitir esta propuesta baxo de diferentes declaraciones, que reducidas a Contrata se expresan por mi menor en mi Real Cédula, expedida en el Pardo a dos de abril de este año, encargando a mi Consejo, que para la referida introducción, y establecimiento de las poblaciones, formase, con acuerdo del Superintendente General…”
Joann Kaspar Thürriegel nació en Gosseersdorf, el 31 de julio de 1722. Su padre era un pequeño campesino que tuvo que alimentar a siete hijos. Joann Kaspar fue a la escuela de su pueblo donde aprendió latín. En breve, el muchacho inteligente y ágil cambia la sala de clase por la oficina. Primero en una fábrica de cerveza, después encontró el joven Thürriegel trabajo con el oficial del juzgado en Mitterels. En el año 1740 sobrevino la guerra de sucesión austríaca sobre Baviera. Los soldados de María Teresa sembraron de angustias y horror. Thürriegel deja su despacho y combate en un cuerpo de voluntarios. Por su acción valiente le ofrece el elector el grado de oficial, pero el joven de veinte años, le gusta más colaborar con los franceses aliados.
En el regimiento La Mark, pronto ascendió al grado de alférez. Principalmente se estimaron sus habilidades como escribano. Después de un año, cambió como ayudante de Moriz de Sajonia, mariscal famoso en el servicio francés. Ahí, Thürriegel ganó mucha estimación como jefe de espías.
En 1760 es ascendido al grado de teniente coronel pero su deseo era ser el jefe de su propio cuerpo de voluntarios. Al negársele se retiró del servicio francés. Junto con el jefe del cuerpo de voluntarios Gschray, antiguo conocido de Mitterels, tanteó el terreno con los prusianos. Por fin, en marzo de 1761, Federico el Grande concedió a ambos una audiencia en Meissen y firmó un contrato: Debían levantar un cuerpo de voluntarios con 1.600 hombres y recibir a cambio un premio por cada recluta. El cuerpo que se vistió con uniforme propio, casi no se enroló en batallas. Pero entre Gschray y Thürriegel pronto se desarrollaron conflictos. Gschray le denuncia como espía francés y Thürriegel es arrestado y llevado preso al castillo de Magdeburgo. Por una solicitud dirigida a Federico II recibió la libertad en el año 1763. Por venganza Thürriegel redactó un panfleto contra Gschray en el que narró lo acontecido. Para poder sobrevivir se empleó como escribano con el lugarteniente de Ambrg. Pero en la primavera de 1765 Thürriegel volvió de nuevo a la cárcel por falsear una orden. El juzgado le concedió la circunstancia de atenuante, pero se le expulsó del país. Por esta causa Thürriegel tiene que marcharse de Alemania.
Con su mujer e hijos llega a Madrid en mayo de 1766, con intención de contratar colonos para poder ganar mucho dinero. Pide una recomendación para tratar el tema con el gobierno, pero ésta se le niega. Entonces Thürriegel inventa una astucia: Ante un funcionario hizo pasar a su esposa por la Condesa de Scwannenfeld que era descendiente de una aventura amorosa del emperador Carlos VII cuando estuvo en Ausburgo. En realidad su mujer era de origen burgués, hija de un músico de Munich. Pero esta mentira le hizo entrar al visitante de Baviera en la Corte y por fin logro presentar sus planes al monarca español (datos tomados de la bibliografía de Konrad Tyrakowki).
La propuesta de Thürriegel de llevar 6.000 colonos alemanes y flamencos a Puerto Rico o España encontró su favor. Carlos III pasó el plan a sus funcionarios para que le revisaran y le ofreció a Thürriegel el rango y sueldo de coronel. Pero las negociaciones habrían de durar más de un año. El proyecto fue modificado y ampliado, el rey se pronunció el 28 de febrero de 1767, en estos términos: “Apruebo este proyecto y mando que el Consejo edite la ordenanza en dos lenguas, en latín y español para que aquí como en Alemania se le entendiera sin dificultad…”.
Sobre como el enganchador Thürriegel llevo a cabo la contrata y circunstancias que la conllevaron voy a reflejar el capítulo de la obra del alemán Daniel Häberle: Auswanderung Koloniegrundungen der Pfalzer. Impresa en Kaserslauten en 1909.
“Al bávaro Johann Kaspar Thürriegel, un antiguo francés y prusiano, se le confió la introducción de 6.000 alemanes católicos para repoblar Sierra Morena en declive desde la expulsión de los moriscos. De estas 6.000 personas se componían de campesinos y útiles artesanos excluyendo a peluqueros, criados de cámara. El cónsul español de Havre, Marseille o de la ciudad lago, era el encargado de informar sobre aquéllos que partían para las colonias, comprobó que eran de confesión católica y la procedencia alemana. Todos los colonos quedaron durante 10 años libres de impuestos y podían gozar de todos los derechos civiles. Y hasta que dominaron la lengua del país obtenían del cura la lengua materna.
Por cada persona Thürriegel recibió 326 reales de vellón (39 marcos) y para cubrir gastos 6.000 reales que se le pagaron anticipadamente.
Thürriegel ejemplo de aventurero del siglo XVIII, tenía grandes relaciones y un exacto conocimiento de las personas. En Baviera tenía su casa y ejerció su actividad en el sur, norte y centro de Alemania, en la parte superior e inferior del río Rhin, también conocía bien Austria.
Por aquel tiempo, había una gran tendencia para emigrar los campesinos, y él tenía una gran experiencia con éstos.
Por todas partes se notaban las consecuencias de la guerra de los siete años: las industrias se paralizaron, las tierras se dejaban de barbechos. Las cosechas una tras otra fueron desbastadas por los soldados de a pie y a caballo, los impuestos eran cada vez mayores.
Thürriegel al llegar a Alemania el 1 de junio de 1767 desarrolló en Franfurt, con ayuda de numerosos agentes, una gran actividad publicitaria en las tierras del Rhin superior, en Lothringen y en Suiza. No menos de nueve invitaciones incitaban a la emigración. Su primer libelo llevaba por título: “Afortunado puerto o rica caja tesoro”, cual el monarca español abrió para el consuelo y provecho de todos los alemanes y campesinos neerlandeses, jornaleros y gentes de oficio. Se difundieron miles de ejemplares por todos sitios, especialmente por Baviera y en Pfalz. “El puerto afortunado”, al que siguieron después: “Rica Caja Tesoro”, “Claras Noticias”, “Exhortación escrita”. “Coloquio y Proclamación”.
Debajo de este escrito estaba grabado en Mamheim junto a Philips Schilichterle: puerto afortunado que contenía 17 artículos donde se recogían los privilegios de los emigrantes, concedidos por el Gobierno español a través de una cédula, entre tanto tendrían la seguridad de una pensión diaria, después podrían progresar en contra posición a la penosa situación de su patria. Por lo que era tentador la emigración. Al ser España y no América el lugar donde arribar en barco era mucho más corto. Schlettstadt fue el punto de reunión para los habitantes del suroeste de Alemania. Desde allí el viaje estaba programado con el itinerario Bel font, Basacon, Lyon hacia Cette donde se embarcaba hacia Málaga o Almería, donde procuraban nombrar un propio agente de Thürriegel para el pago de los itinerarios o transportes siguientes.
Cabe decir que el hábil aventurero lo preparó todo con cautela y conocimiento. El éxito no le acompañó totalmente pues el 7 de agosto aún se encontraban 1.200 colonos de camino, en septiembre varias familias iban por vía terrestre hacia Almagro, o Pamplona, otros llegaban en octubre a Almería. En junio de 1768, 4.152 individuos habían logrado ya su meta.
En la mayoría de las ocasiones, se trataba de campesinos y de gente humilde de fracasada existencia.
Hicieron el camino individualmente o en grupos de 20 a 40 personas, con niños y recién nacidos, con caballos, carros, carretas, utensilios y herramientas. Lo más problemático fue que Thürriegel no cumplió su contrato.
Hacia España vino un considerable contingente de personas de Pfalz. En contra del elector Karl Theodor que para impedirlo decretó, el 31 de octubre de 1767 y 13 de junio de 1769, severas leyes en contra de la emigración.
Los nombres de los primeros grupos de inmigrantes nos informan de la patria y se mantiene la posición y la antigüedad. De los primeros colonos, 120 eran de Elsass-Lotheringen, 104 de Rhimpfaz y 87 de Reinprovinz.
Cuando los colonos llegaban a su destino, el alojamiento que les ofrecía la autoridad española no era suficientemente apropiado. Por eso, se hospedaban provisionalmente en un convento de la Peñuela (La Carolina) y el mantenimiento del orden estaba encomendado al regimiento suizo. Puesto que la creación adecuada de la vivienda se prolongó algún tiempo, el clima, las diferentes enfermedades (fiebre, battern y escorbuto) afectaron a más de un tercio de la población, a pesar de todo, el gobierno se esforzó en remediar la situación. Poco a poco se equipó a la gente con alimentos, animales domésticos y herramientas. En 11 colonias se construyeron más de 1.200 casas. En 1774 se acabó el negocio de la colonización festejándose a través de una medalla conmemorativa. Thürriegel puso fin a su actividad enganchadora el 20 de junio de 1769…”.
Por último, voy a dar la opinión que sobre Thürriegel da un viajero alemán que pasó por La Carolina en julio del año 1778, se trataba del barón Schlözer:
“Un bávaro el señor Thürriegel, ofreció al Gobierno español 6.000 almas. se le concedió en consecuencia una Cédula Real que aseguraba ventajas a los extranjeros que vinieran a establecerse en Sierra Morena, se les prometía una casa, instrumentos de labor, cierta cantidad de ganado, anticipos en grano e incluso en dinero. Provisto de aquella cédula el señor Thürriegel recorrió Francia, Alemania y las dos riberas del Rhin. El deseo de hacer prosélitos le llevó a una gestión que podía comprometer el nombre del Rey Católico y que en efecto dio materia para quejas. Se le permitió imprimir unos carteles en los que exageraba las ventajas que prometía aquel monarca. Bastantes colonos, que miraban a aquél especie de reclutador como el fiel intérprete de su Majestad Católica, no encontrando completamente lo que esperaban, se dedicaron a murmuraciones que ni la dulzura ni la serenidad han podido aún apaciguar. Hubo incluso una fuerte sedición, cuyo autor principal ha sido alejado…”.
Thürriegel, tuvo un final acorde con su vida aventurera. Murió en la cárcel de Pamplona.