MARÍA DOLORES RODRÍGUEZ DIRECTORA DEL ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL Y EL CRONISTA OFICIAL DE TEGUISE, FRANCISCO HERNÁNDEZ, SE ENCUENTRAN EN BERLÍN PARA PARTICIPAR HOY EN LOS ACTOS EN EL INSTITUTO HISPANOAMERICANO EN HONOR AL ESCRITOR Y PERIODISTA JOSÉ CLAVIJO Y FAJARDO
La Villa de Teguise, antigua capital de la Isla, presume de cementerio y de historia. El viejo campo santo católico, construido en 1814, es el más antiguo de Lanzarote. Esta joya del patrimonio funerario fue galardonada el pasado mes de septiembre por la revista Adiós Cultural, que edita Funespaña, como la mejor iniciativa medioambiental de España. El alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, recoge hoy este premio en el acto que se celebrará este mediodía en el Círculo de Bellas Artes de la capital de España, en pleno corazón de Madrid.
La directora del Archivo Histórico Municipal de Teguise, María Dolores Rodríguez, aseguró ayer que «el reconocimiento va más allá del concepto de camposanto cerrado, pues es un premio a la recuperación intangible de las tradiciones del pueblo de Lanzarote». La historiadora añadió que el jurado ha distinguido «la recuperación de la red de caminos que atravesaban la Isla, jalonada de cruces y calvarios, hasta llegar hasta el cementerio de Teguise, único en Lanzarote hasta que se construyeron los de Femés y Haría».
Rodríguez dijo además que «cuando en iglesias y conventos es imposible realizar más inhumaciones, se crea el actual cementerio viejo de Teguise en las laderas de Guanapay».
Rodríguez y el cronista oficial de Teguise, Francisco Hernández, se encuentran en Berlín para participar hoy en los actos en el Instituto Hispanoamericano en honor al padre de la Ilustración en España, el escritor y periodista José Clavijo y Fajardo (Teguise, 1726 – Madrid, 1806).
Hace un año que el Ayuntamiento de Teguise rehabilitó las instalaciones, en las cuales continúan las labores de mantenimiento y recuperación de cruces y lápidas, entre otros elementos. Es el caso de la lápida de Rafael Tejera, fallecido en 1970 a los 48 años, cuatro años antes de que se produjeran los últimos enterramientos y se inaugurara el actual cementerio municipal Nuestra Señora de Las Nieves, a las afueras del pueblo, al que se trasladaron algunos de los restos de los difuntos del viejo camposanto.
El operario Juan Agustín Padrón es uno de los profesionales que se encontraba ayer trabajando en las antiguas dependencias. En la que fue en su día sala de autopsias y que el consistorio quiere acondicionar como oficina de información turística, se encargaba de reparar la lápida de granito fundido de Rafael Tejera. Muy cerca de la mesa, la original de las autopsias, estaba la cruz ornamental de uno de los panteones. «Hace dos años reparamos la mayoría de las cruces de las tumbas», indicó el trabajador. Explicó que «la recuperación de las piezas se hace con mucho cuidado» y que «todo está enumerado para que no haya confusiones y además, hacemos un seguimiento al trabajo que realizamos dejando constancia de ello en fotografías».
El abuelo paterno de Juan Agustín Padrón, Agustín Padrón, y su bisabuelo paterno, Augusto Mesa, fueron sepultados en la explanada superior del camposanto. «Es importante que se conserve y se cuide el lugar donde están los familiares de uno porque es algo sentimental», afirmó Juan Agustín.
Cada vez son más los turistas que acuden al viejo cementerio, como atestiguó Juan Agustín. Nada más entrar el visitante se topa con el panteón familiar de estructura piramidal del gran mecenas, aunque poco reconocido, Luis Ramírez González (El Islote, San Bartolomé, 1884-Barcelona 1950). Su deseo era que sus restos se enterraran en Teguise, como así fue tras fallecer en la Ciudad Condal cuando se encontraba en un viaje de peregrinación a Roma.
Comprometido con la reforestación de Lanzarote y el mundo agrícola, según recoge en su biografía la directora del Archivo Histórico Municipal, promotor de la restauración de las fortalezas de la Isla, entre otras iniciativas, legó sus propiedades a sus cercanos, al pueblo de Teguise y a su parroquia y a la Biblioteca de Arrecife.
Otra de las familias ilustres que reposan en Teguise es la de José Ramírez Hernández, en cuyo mausoleo están también las hermanas Manuela y Esperanza Spínola. Muy cerca se encuentra el panteón de Domingo Cancio Pérez, alcalde de Teguise y cuya casa fue el actual restaurante Acatife. También ocupa un lugar destacado el que fuera cura e hijo adoptivo de Teguise, el párroco Juan Melián Armas.
Apenas sin flores, este cementerio espera, como cada año, a los fieles el 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos. Se puede visitar todos los días de 9.00 a 17.00 horas.
Fuente: http://www.laprovincia.es/ – Aránzazu Fernández