UN CÁNCER PARA EL AGUA (2da parte)
Abr 02 2022

POR MARI CARMEN RICO NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE PETRER (ALICANTE).

Vicente Verdú (+ 1891), aiguader a finals del segle XIX amb el carro ple de cànters. Estava casat amb Salud Amat. Va tenir un fill, Vicente Verdú Amat (pare de Vicente Esquella), i tres filles.

Las piezas que fueron hechas en los canterias de Petrer se llamaban «verano» y convirtieron su color blanco en arcilla mezclada con sal cuya reacción desde la cual dentro del horno les hizo adquirir el color blanco. La pieza una vez cocinada resumida («resumaba») e hizo que el agua se enfriara.

Los objetos de arcilla fueron modelados en turnos, que eran girados a pie o por medio de electricidad cuando se instalaban electricidad y, con las manos previamente mojadas en un fregadero de barro, las piezas fueron modeladas. Una vez hecho y colocado en el horno árabe, para saber cuando se terminó la cocción, por los más valientes se los quitaron, enfrentando un anzuelo, pequeñas cajas que siempre se colocaban en la parte superior para hacer el techo. Cuando se pensaba que las piezas estaban cocinadas porque la llama, la flama, había llegado a la parte superior, se quitó una de estas pequeñas cajitas, se insertó en agua para enfriar y luego se rompió; una vez rota, en el borde de los fragmentos se revisó a ver si t él cocinando era Terminado. El enfriamiento del horno tuvo que desarrollarse muy lentamente, desde el interior y por sí mismo, si no la cerámica, en contacto con el aire, podía romperse. Esta es la razón por la que la boca de la caldera estaba cubierta de piezas defectuosas, baldosas y una masa hecha con ceniza, agua y arena.

En cuanto a la tipología, los artesanos de Petrer – desde el siglo XVII hasta el siglo XX- se dedicaron principalmente a hacer cerámica usada, con una función concreta. El tipo de trabajo que estaban produciendo se llamaba «construcción de agua».

Entre los tipos fabricados dedicados a estos ministerios, destacan: botellas, cañones, botellas, canterelas, jarrones, etc. La mayoría de las piezas fabricadas allí eran de diferentes formas y tamaños y de ellas depende de la capacidad de los contenedores, que se agruparon según diferentes criterios. Algunos por su forma, otros por uso y otros por la zona geográfica donde se compraron más. Entonces, según la forma, era la caja de pollo o pollo, reloj, piña, queso, etc. ; según el uso, la caja de carretera, que se usaba para colgarla del carro y finalmente, según la zona donde más se usaba, por ejemplo la caja Santander, la caja Morón y la botella Andújar.

Muchas formas fueron hechas de cajas, resaltando el Santander, valenciano, crudo, liso, pato, ramo, nevera… En cuanto a contenedores, contenedores para sostener y transportar agua, también estaban hechos de varios tipos: torcidos o mirinyac, ordinarios o gandian, aragón o morón, alforjas, rayón, chato o culo, largos con silbatos y canterelas. También se fabricaron botellas de arcilla que solían cubrir la misma función que las de plástico y vidrio; entre los tipos más frecuentes se encuentran: la botella de vidrio, alemán, inglés, café, Andujar y la botella con ansa.

Vasos para contener agua y varias piezas, la mayoría relacionadas como hemos dicho con el agua, también fueron fabricados en Petrer: riego que contiene agua y se utilizan para regar plantas, ataúdes (tubos que fueron utilizados para extraer agua uno de los Senies), animal dr tinteros, bebedores de patos (piezas) circulando con varios agujeros alrededor para que los gorriones pudieran insertar su cuello y cabeza y no contaminar el agua), asfalto, palmeras, etc.

Incluso los juguetes de barro que se hicieron en las obras estaban relacionados con el agua. En este sentido, las piedras de imitación llenas de agua y que soplan en su gatillo (pitorro) produjeron un sonido muy similar a los reflejos de una piedra de imitación. En las fábricas de canterería de petrerines también hicieron tuberías para drenaje de agua.

Cuando el agua corriente no había llegado a sus hogares, los habitantes de Petrer, al igual que la mayoría de las ciudades españolas, tuvieron que tomar agua de fuentes públicas ubicadas en diferentes zonas del núcleo urbano, para llevarla a sus hogares. En estos, el sitio de construcción donde se almacenaban los contenedores para contener agua: cañones, botellas, frascos, botellas… También tenemos una constancia de la figura del acuario, que el agua vino por las calles de Petrer y hasta se trasladó a Elda. Este es el caso de Vicente Verdú, de quien conservamos una fotografía con su carro cargado de cañones.

Como dato curioso, hay que decir que los contenedores, antes de ser utilizados para beber, estaban sumergidos en un recipiente lleno de agua, y esto penetró el interior del contenedor, el cual se llenó y cambió el agua varias veces, alm Inys por un día. En un día o dos estaba vacío y yo estaba listo para beber. Esta operación se realizó para que el agua que iba a contener la botella no adquiriera el sabor que podía dejar el barro y porque perdió la saliva, lo que hizo que el agua supiera mejor.

En una targeta publicitària de la Compañía Exportadora de Alfarería de Agost, Petrel i Saix, S. L. (1947-1955), societat que reunia els fabricadors canterers dels tres pobles, es fa referència a l’atenció en la fabricació dels recipients destinats a contindre aigua, sobretot els botijons. En la citada targeta es reflectia que feien que l’aigua que contenien fora “más limpia y fresca dándole mejor sabor y a la vez higiénica, y decimos higiénica porque las tierras que empleamos en la elaboración del barro son calcinosas unas y ferroginosas otras, que bien cocidas en nuestros hornos modernos con leña de pino, romero y tomillo y otras por estilo hacen que nuestro artículo sea inimitable”.

En la misma tarjeta se recomienda que para lavar los envases no uses siempre jabón, lejía u otras sustancias similares, porque se introducen en el agua y le dan un mal sabor. El lavado se iba a hacer con agua clara y arena y con un exfoliante o cepillo.

En los años 60 y 70 del siglo pasado, la grave competencia de algunos productos industriales, como la corrupción del plástico en la vida de todas las casas españolas, la afortunada generalización de ciertos medios que facilitan tareas domésticas como runni ng agua y refrigeradores, que comenzaron a convertirse en uno frecuente en todas las casas, algunos artefactos de cerámica diseñados para fines de utilidad fueron lanzados hace mucho tiempo. Los objetos de arcilla tendrán una mera función decorativa, excepto en el medio rural, donde seguirán estando útil Por otro lado, la ausencia de un apoyo oficial para ayudar a mantener esta industria artesanal y la grave situación económica y social de los canterrs dieron como resultado el abandono de la oficina y la ruptura de la tradición familiar; el bajo nivel Los precios de los productos, muy desproporcionados con el trabajo exigente y con el aumento del costo de vida, etc. , hicieron el último taller de construcción en Petrer para cerrar sus puertas en 1970. La obra como actividad productiva dejó de ser rentable, las desventajas para seguir activo fueron muchas, por lo que desapareció. Todavía nos queda el recuerdo y también el enojo de no saber mantener viva esta tradición milenaria que era tan necesaria en el pasado y estoy convencido de que si se hubiera mantenido hoy, aparte de tener un turista reclamo más que muchos Ellos me tuvieron nos haría sentir mejor como y la ciudad.

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FUENTE: https://www.facebook.com/carmen.rico.7359

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