POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA- CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Oyendo la canción «Maitechu», cantada por Alfredo Kraus, Mocedades, Plácido Domingo, Francisco o Paloma San Basilio, me ha venido a la memoria la historia de un vecino uleano que en el año 1894, se embarcó en el puerto de Cartagena (Murcia) y marchó a las Américas en busca de fortuna.
Ginés Pagán, que asi se llamaba este vecino del siglo XIX, tenía una novia con la que pensaba contraer matrimonio en breve y, cuando le dijo a su muchacha que se marchaba a América para hacerse rico y regresar para casarse, esta echó a llorar y, apenada por la marcha del amor de su vida, quedó triste y desolada. Él, para consolarla, le prometió que volvería pronto y rico y, entonces, se casarían y serían felices.
Antes de marcharse le prometió quererla como nunca y volver a cantarle las cosas bonitas que le decía. Se embarcó en compañía de cinco jóvenes de la comarca del Valle de Ricote. Allí coincidió con todos ellos y solo regresó, transcurridos nueve años. Volvió rico; eso sí, pero solo.
Al regreso se encontró con que su amada había muerto de pena, años atrás. Compungido se encaminó a su casa del Tinajón, recordando las promesas de volver queriéndola como nunca y, de nuevo cantarle cosas bonitas.
En silencio recordó el periplo de su viaje, su estancia en América y las penurias pasadas para ahorrar unos dineros con que ofrecerle a su amada una vida mejor. Sí, volveré a quererte como nunca, repetía ensimismado. Sí, como le había prometido.
Sabiendo que su amor había fallecido de pena, no hacía más que llorar desconsolado y añorar su fallido casamiento.
La canción escrita por el granadino Emilio González del Castillo y música del Maestro Franciso Alonso, en el año 1927, lanzaba al viento los sones del regreso de un emigrante que en uno de sus estribillos decía:
– No volveré a quererte como lo hacía
– No volveré a contarte las cosas que quería
– El oro conseguí, pero el amor perdí
– Sí, amor mío, no podré vivir sin ti.
Ginés Pagán regresó a Ulea (Murcia) y, como él, todos los emigrantes sienten una gran emoción y añoranza, al escuchar la canción «Maitechu Mía».