Hace unos días nos reuníamos en el Centro Segoviano de Madrid para celebrar nada menos que los primeros 100 años del longevo y siempre joven Centro Segoviano en Madrid que si bien preside hoy el escritor y amigo Antonio Horcajo Matesanz viene a ser el más contemporáneo de un rol ciertamente notable de quienes antes imprimieron con su presencia la responsabilidad de su pervivencia como el Marqués de Lozoya o Aniceto Marinas. Pero tanto de eso como de los pormenores del acto y la referencia de los Premios que aquella tarde se otorgaban a personas significadas con Segovia y con el Centro y que Horcajo justificaba con su verbo siempre fácil y no escaso, tenían reflejo en la crónica de nuestro compañero Florentino Descalzo bajo la atenta mirada de la directora de “El Adelantado”, Teresa Herranz que no quiso perderse el marco del Centenario.
Pero al margen de esto si me gustaría insistir en lo que supone de obra de arte el encargo encomendado al pintor José Luis Saura por el Centro Segoviano materializado en un gran mural de más de diez metros ejecutado con una extraordinaria soltura y escrupulosidad histórica respecto a los motivos que allí aparecen y una gran brillantez de líneas que vienen a confirmar la excelente capacidad de Saura dentro de un estilo propio al que nos tiene acostumbrados y que en este caso viene a conformar un sugerente calidoscopio en que se hunden las raíces de esos símbolos y personajes. En ese sentido hablaríamos de la historia de nuestros partidos judiciales y sexmos comunales; de nuestro arte monumental que nuclea el singular Acueducto (Alcázar, Vera Cruz, San Millán, etc. sin olvidar la Mesta, la gastronomía, los personajes históricos (como las reinas de Castilla): la Ciencia (Andrés Laguna, (que tanto le gusta a Horcajo); la Cultura y la poesía con San Juan de la Cruz o Machado …. Ni podían faltar tampoco en esa increíble creación de Saura personajes coloreados de nuestro tiempo como mi compañero y amigo José María Heredero (el fotógrafo más galardonado de España) y yo mismo (con perdón) cuya presencia se justificaba en la extensa producción cinematográfica realizada a lo largo de más de 40 años, que perpetuaron en más de 20 documentales algunos aspectos de nuestra etnología, artesana o musical que, de otro modo, hubieran sido arrastradas al olvido, etc.
En definitiva una verdadera joya ésta del mural de José Luis Saura, capaz de sostener el recuerdo, la conmemoración de esos 100 primeros años de vida de nuestro Centro Segoviano y que ha merecido la pena, sin duda alguna, el esfuerzo que seguramente ha tenido que aplicar su Junta Directiva para dejar vivo el recuerdo de la presencia segoviana en el mundo; en un mundo cada vez más complejo pero que con el paso del tiempo —quizá otros 100 años— otras generaciones tendrán ocasión de interpretar y valorar. Un aplauso. Al Centro y a Saura.
Fuente: http://www.eladelantado.com/ – Miguel Velasco