POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Este cuento de Navidad viene de Pravia, capital de España hasta que Alfonso II la trasladó al casco viejo de Oviedo. En Pravia, cuando existía la figura del juez de paz, dos mujeres de Folgueras se disputaban la maternidad de un niño; las dos eran vecinas, vivían pared con pared, compartían huerta y costumbres y parieron en el hospital de la villa el mismo día, pero uno de los bebés nació muerto y ambas madres aseguraban serlo del vivo.
Con ellas presentes y la criatura disputada, el juez, que conocía aquel caso de Salomón, o quizá sabía más que yo del asunto, llamó al secretario: “Acércame el hacho; voy a partir en dos al llorón para darle a cada una la mitad”; el secretario, mientras ellas permanecían calladas, exclamó: “¡Señor juez, esto es un disparate! ¡Jamás consentiré semejante barbaridad!”.
Entonces, el magistrado, dictaminó: “He aquí a la verdadera madre del infante”, y entregó el bebé al secretario.
Fuente: https://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/un-juez-astuto.html