EL CRONISTA DE CARTAGENA, FRANCISCO JOSÉ FRANCO HERNÁNDEZ, EXPLICARÁ LA SITUACIÓN HISTÓRICA QUE LLEVÓ A ESTOS CARTAGENEROS REPUBLICANOS A EXILIARSE Y ACABAR DEPORTADOS EN ESOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN • SEGÚN RELATA EL TAMBIÉN CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD, LUIS MIGUEL PÉREZ ADÁN, “LAS CIFRAS TOTALES DEL MAYOR CRIMEN DE LA HUMANIDAD, SON ESCALOFRIANTES
El viernes, 8 de febrero, tendrá lugar el descubrimiento del monolito diseñado por la escultora Natividad Serrano Jiménez con la que se quiere rendir homenaje a los al menos 57 cartageneros víctimas de los campos de concentración nazi. El monumento que incluye los nombres de las personas que estuvieron presas y pasaron especiales penalidades, pagando incluso con su vida, ha sido erigido por el Ayuntamiento de Cartagena a instancias de la Asociación de la Memoria Histórica de Cartagena en la confluencia de las calles Ronda y Carlos III.
En un sencillo acto que se iniciará a las 18:30 horas, la alcaldesa, Ana Belén Castejón, expondrá los motivos que han llevado al Ayuntamiento a rendir este homenaje. Seguidamente el cronista de la ciudad, Francisco José Franco Hernández, explicará la situación histórica que llevó a estos cartageneros republicanos a exiliarse y acabar deportados en esos campos de concentración.
Tras el descubrimiento del monolito que incluirá la interpretación por parte de un cuarteto de cuerda de la melodía de la película “La lista de Schindler” y la lectura de la relación de los 57 homenajeados; hablará la presidenta de la Asociación de la Memoria Histórica de Cartagena, Pepa Hernández y José Andújar en representación de los homenajeados y sus familias, algunas de las cuales estarán presentes en el acto.
EL HOLOCAUSTO CARTAGENERO
Según relata el también cronista oficial de la ciudad, Luis Miguel Pérez Adán, “Las cifras totales del mayor crimen de la humanidad, son escalofriantes, el resultado, hasta la fecha, es un mapa de 42.500 campos de concentración, guetos, factorías de trabajos forzados y otros lugares de detención extendidos a lo largo de buena parte de Europa, de Francia a Rusia”.
En total, entre 15 y 20 millones de personas murieron o estuvieron internadas en esos centros, en su mayoría judíos, pero también integrantes de los otros grupos perseguidos por el nazismo, como gitanos, homosexuales y prisioneros de distintas nacionalidades.”
“Centrándonos en nuestro país, según los datos que aparecen en la web del Ministerio de Justicia, el número oficial de fallecidos españoles en los campos de concentración nazis registrados, alcanzan el número de 4.440, de los cuales 3.959 lo fueron en Mauthausen y Gusen en donde fueron agrupados.”
“¿Pero quienes eran estos españoles? La mayoría en número superior a los 10.000, procedían del ejército republicano, aquellos que cruzaron la frontera en los últimos meses de la guerra civil, tras la caída de Cataluña. En Francia fueron internados en campos de concentración distribuidos por el sur de país; el Campo de Argelès-sur-Mer, el Campo de Le Vernet d’Ariège, Barcarès y Septfonds.”
Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, muchos de ellos fueron enviados al frente con uniforme francés —en las filas de la Legión Extranjera o en escuadrones de choque—, o integrados en Compañías de Trabajadores Extranjeros. La mayor parte de éstos acabaron capturados por los alemanes en los primeros momentos de la invasión y concentrados en dos campos el de Mauthausen y Gusen.”
“En este momento es cuando se produce el hecho más desgraciado para estos españoles, ante la cantidad de prisioneros que llegaban, el Reichführer Heinrich Himmler, responsable de los campos de exterminio, consultó con el ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de Franco, el cartagenero Ramón Serrano Súñer, qué “status” tenían estos exiliados; la respuesta del cuñado de Franco fue que habiendo sido despojados de la nacionalidad española, en ningún caso el gobierno franquista realizaría reclamación alguna sobre su destino.”
Esta declaración fue determinante para que a los republicanos de Mauthausen se les impusieran el triángulo azul de los apátridas, con una S —de Spanier— en el centro. Mauthausen pronto comenzó a ser conocido entre los deportados como «El campo de los españoles», pues ellos fueron los primeros en llegar y quienes lo construyeron.”
“Allí trabajaron y murieron hasta la liberación, cuando el Ejército norteamericano entró en Mauthausen, el 5 de mayo de 1945. Banderas republicanas habían sustituido a las nazis y la puerta del campo cubierta por una gran pancarta en la que se podía leer: «Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras». “
“La liberación del campo, sin embargo, no significó para los republicanos el final de la guerra comenzada en 1936. Muchos no pudieron volver a España y habrían de encontrar asilo en otros países, sobre todo en Francia.”
De las investigaciones realizadas, al menos 57 cartageneros formaron parte de este grupo de compatriotas y que permanecen olvidados en la memoria del holocausto. De ellos 34 fallecieron, 22 fueron liberados y uno consiguió evadirse.
Seguramente no fueron todos, pero son los que se conocen sus nombres, gracias al esfuerzo de personas y asociaciones que han investigado para sacarlos de su anonimato para que su memoria sirva en prevención de los crimines contra la Humanidad.