POR LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)
Acabamos enero después de soportar, primero, los embates persistentes del temporal “Klaus”, cuyo paso, además de causar algunas bajas, ha dejado en el aire, o puesto al descubierto, tanto literal como metafóricamente, algunos puntos delicados, especialmente en lo concerniente a comunicaciones, de nuestro territorio y, para completar la faena, debimos asimilar, a continuación, las consecuencias de la borrasca “Gabriel”. Pero, como no hay dos sin tres, toca ahora, para estrenar febrero, sobrellevar los inconvenientes de otra nueva borrasca, denominada “Helena”. En fin, un tiempo de invierno en toda regla, con agua, frío, viento y algo de nieve.
Por otra parte habían transcurrido las últimas fechas de enero con la única falta de María Marta Suárez Zapatero “Fredes”, que el miércoles 23 nos dejaba en Oviedo, a los 90 años. Natural y vecina de Purnea (Cuenya), Fredes era viuda de Onofre Noriega Mayor, de Tresali, con el que tuvo un hijo, Severino, más conocido como “Ino”. Y podemos añadir que sus padres fueron Severino Suárez y Piedad Zapatero, y que tuvo dos hermanos, Benigna y Sergio, ambos ya fallecidos. Pero justamente el último día, el jueves 31, hubimos de anotar, y lamentar, el deceso de Severino Corte Criado, que finaba en Oviedo, a los 70 años. Severino, que vivía en El Raicéu (La Vega-Ceceda), estaba casado con Josefina Blanco Medina, con la que tuvo dos hijos; David y Andrés. Albañil, tractorista y con manos de oro para la talla en madera, Severino, que era hijo de Armando y de Angelina, y hermano de Vicenta “Tita” y de Martín, fue también estimado amigo del que suscribe desde los tiempos en los que compartimos la asistencia a la escuela de Ceceda, tiempos en los que su familia vivía en la casa de Ángel el de la Xica, junto al puente de piedra, conocido precisamente como puente “del Raicéu”.
Y termino recordando que el lunes 14 de enero se presentó, en el Museo de la Sidra, la Candidatura de la Cultura Sidrera Asturiana a Patrimonio Inmaterial de la Unesco, presentación que también tendría lugar después en Fitur. Al respecto, tiro de archivo y paso a transcribir literalmente un párrafo del pregón del XLI Festival de la Sidra, que leí el sábado 7 de julio de 2018, en el que decía lo siguiente:
“Y quiero incidir, igualmente, en la importancia que tiene para el sector, en un mundo tan competitivo como el de hoy, todo lo que en materia de promoción y reconocimiento pueda lograrse a nivel internacional, que es cosa que me consta se viene intentando con la candidatura de la cultura sidrera asturiana a figurar en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, aunque, en este asunto, haga falta, todavía, algún emburrionín más, del mismo modo que cabe señalar la clara necesidad de que el Museo, nuestro querido Museo, se afiance y cobre la importancia y la dimensión que merece para representar, con la mayor eficacia, el mundo y la cultura sidreros.”