POR JOSE COSANO, CRONISTA OFICIAL DE VILLAHARTA (CÓRDOBA)
Del 28 de mayo al 5 de junio, un grupo de alumnos de la asignatura de Historia Política y Social Contemporánea IV, sede de Córdoba, acompañados por el profesor y CRONISTA OFICIAL DE VILLAHARTE JOSÉ COSANO MOYANO, visitaron Turquía. El viaje, con salida del aeropuerto de Málaga, tenía su primer destino la ciudad de Kayseri, a la que llegamos tras hacer trasbordo en Estambul, que sería la última etapa del mismo. Nuestro periplo comenzaba visitando Capadocia (Kayseri, Nevsehir, Aksaray, Nigde) en la meseta central de la península de Anatolia. Arquetipo de este paisaje es la zona Goreme, valle plagado de chimeneas y conos y auténtico museo al aire libre en el que recorrimos su complejo monástico, de iglesias y capillas excavadas en roca a las que los frescos de sus paredes les dotan de excepcional singularidad. De igual forma, giramos visita a otros valles (Cavusin, Pasabag, Avcilar y Guvercinlik) y a una ciudad subterránea como prototipo de las construidas para defenderse los cristianos de los ataques árabes. En Pamukale visitamos su Castillo de Algodón, una de las zonas naturales más emblemáticas. Su formación se debe a los manantiales de aguas, ricas en calcita, que cursan a lo largo de un farallón de casi 200 metros de altura, lo que han creado un paisaje irreal de bosques minerales, cascadas petrificadas y una serie de cuencas terrazas o pilones escalonados. Finalizado este recorrido pusimos rumbo hacia la ciudad de Afrodisias, ciudad romana en honor de Afrodita. Al día siguiente poníamos rumbo a la ciudad de Efeso (Selçuk), centro no solo religioso, cultural y comercial, sino también un foco de atracción turística de primera magnitud al ser una de las zonas arqueológicas al aire libre más importante del mundo. En esta ciudad, cuna del filósofo Heráclito y del geógrafo Artemidoro, visitada por San Pablo (54 a. de C.) y San Juan Apóstol (62 a. de C.) y sede conciliar del tercero de los ecuménicos (431 a. de C.) contra el nestorianismo y joya arqueológica excepcional, nos detuvimos visitando su monumental teatro, vigía permanente sobre su calle portuaria, y su Templo de Artemisa, el mayor de la Antigüedad y una de las Siete Maravillas del Mundo. A éstos precedieron, en un itinerario cuyo eje fue la vía de los Curetos, las visitas a las Casa de la Ladera, los Baños Escolastiquia o el templo de Adriano. Conclusa ésta nos acercamos a ver la casita en que, según cuenta la leyenda, vivió y murió la Virgen María. Y vuelta a Esmirna. Y de Esmirna a Estambul, última etapa de nuestro viaje.