POR ANTONIO HERRERA CASADO, CRONISTA OFICIAL DE LA PROVINCIA DE GUADALAJARA
Ayer miércoles 1 de mayo (2019) he tenido la suerte de asistir al homenaje que la Ciudad de Guadalajara ha tributado a Luis Monje Ciruelo. En un precioso día de sol, de flores y pájaros, ha consistido en la dedicación, mediante unas palabras y una placa grande, de un Parque de la zona de “La Chopera” a “Luis Monje Ciruelo”. Todo un detalle del consistorio capitalino, de su alcalde, el doctor Antonio Román Jasanada, quien personalmente ha explicado las razones de esta decisión.
Está muy bien, creo, que los Ayuntamientos hagan homenaje, aunque sea de esta forma tan sencilla y humana (tan barata, además) a las personas que han tenido una actividad determinante en esa ciudad, y la hayan conformado en lo que es a través de su trayectoria vital. Es el caso de Luis Monje Ciruelo, quien ostenta un récord, asombroso y único en el mundo: lleva 80 años escribiendo artículos, informaciones, y opiniones, en el mismo periódico, desde que dicho periódico (“Nueva Alcarria”) se fundó. Ambas cosas (la fundación del periódico, y el inicio de sus escritos en sus páginas) se remontan a 1939.
Es muy fácil hacer un homenaje escrito a Luis Monje: porque se dedicó con honradez y profesionalidad de periodista a narrar lo que acontecía en su entorno, y de ese modo ha sido testigo, activo, de los cambios que Guadalajara, la ciudad y la provincia, han experimentado en los últimos 80 años. Además de la prensa local (llegó a fundar una revista “Badiel” que solo duró 3 números) escribió en la nacional, dejando muy a menudo mensajes de Guadalajara en ABC, La Vanguardia y resto de cabeceras nacionales. Ese papel de “periodista local”, de cronista del día a día de una ciudad y una provincia, tiene más mérito que hacerlo en general de un país, de una comunidad o institución más amplia. Porque se está limitado, se juega entre intereses pequeños y cercanos, te cruzas a diario con personas a las que un día das un diez y otras le pones un cero… porque la vida es así, cambiante y brusca. Monje estaba (y sigue estando, que es lo más grande) en las aceras de esta ciudad, contando lo que ve, opinando sobre lo que sabe y le cuentan.
Al acto han asistido la familia de Monje al completo, muchos de los amigos que aún le quedan vivos, y otros muchos que siendo más jóvenes siempre la admiramos. Ha estado la gente de “Nueva Alcarria” y de algún otro medio ajeno, lo que les honra. Y ha estado la ciudad en la persona de su alcalde, que aunque a estas horas ya va de “interino” por estar esperando nuevas elecciones locales, sigue sabiendo perfectamente cual es su misión, y la cumple al máximo. Antonio Román ha estado muy bien, muy amigo, muy humano, muy DGTV. Un aplauso a todos cuantos han intervenido. Y un abrazo muy fuerte a Luis Monje, que es sabio porque ha vivido mucho, y porque ya tiene, no un árbol, como él quería, sino un inmenso parque cuajado de árboles y sombras, con su nombre.
Fuente: http://www.herreracasado.com/