POR VICENTE VÁZQUEZ HERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE SAX (ALICANTE)
El reino moro de Murcia pasó a soberanía castellana en 1243. Veinte años después, tuvo lugar la sublevación de los mudéjares de las recién conquistadas tierras andaluzas de Córdoba y Sevilla, además de Murcia.
Alfonso X el Sabio acudió a Andalucía a sofocar la sublevación, y le pidió a su suegro, Jaime I el Conquistador, que le ayudara a terminar con la insurrección murciana.
Así lo hizo el rey aragonés en 1265, recorriendo el valle del Vinalopó, rindiendo castillos y ciudades, hasta llegar a la capital murciana en febrero de 1266. Entre los caballeros que le acompañaban estaba Blasco de Alagón, el hijo de Artal de Alagón (fallecido en Sax en 1239), y nieto de Blasco de Alagón. Blasco o “Blasquiello”, estaba casado con la hija de Berenguer de Entenza, Jussiana Ximénez de Entenza.
Tras la conquista cristiana, las tierras murcianas fueron repartidas entre los caballeros y peones que acompañaban a Jaime I. Entre los beneficiarios del reparto de tierras estaban un sajeño y un alagonero:
-Garçia Sánchez de Saix tiene en Carabixa ii taffullas, que son i alffaba. Tiene en Beniffanda xiiii taffullas, que son iii alffabas et media. Tiene en Algualeja vi ochauas de tahula, que son media alffaba. Summa xvii taffullas menos quarta, que son v alffabas.
-Domingo Martin d’Alagon tene en Benimongeyt xviii taffullas, que son iii alffabas et quarta.
En el repartimiento se especificaba su ubicación en las partidas rurales de la huerta murciana, y su extensión a tenor de dos medidas simultáneas: una, en tahúllas, como medida de superficie y otra, en alfabas, como medida de tasación, para calibrar el valor en renta efectiva según la calidad y rendimiento de las distintas tierras.
Para evitar la formación de latifundios, cada beneficiario, tanto caballeros como peones, no recibía una porción única de tierra, más o menos grande y unida, sino un lote formado por una o más porciones de tierras. Y cuando eran varias, se consignaba también la suma total de todas ellas.