POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA
Dedicado a Manolo
Lucas, un ciezano camarero del
Casino de Torrevieja.
Hoy, 10 de noviembre de 2019, nos disponemos a elegir en las urnas a los diputados que posiblemente dirijan los designios de España en los próximos 4 años. Lejos queda el tiempo en que un torrevejense, Joaquín Chapaprieta Torregrosa conseguía, a los 29 años de edad, su primera acta de diputado en las Cortes Generales.
A comienzos del siglo XX, la situación política de España estaba llena de periodos transitorios, marcados por una situación de Regencia; Alfonso XIII no había alcanzado la mayoría de edad. El gabinete del conservador Silvela se veía abrumado por las dificultades: una fatal política presupuestaria, el estado de una Hacienda pública deficitaria debido a los grandes gastos militares arrastrados de 1898; demás de otra cuestión que todavía continua a día de hoy: las reivindicaciones catalanistas. Consecuencia de todo esto fue la dimisión del gobierno de Silvela en 22 de octubre de 1900, continuando un gobierno transitorio y fugaz, presidido por Marcelo Azcárraga, que tan sólo duró hasta el 5 de marzo de 1901.
La situación requirió unas inmediatas elecciones, preparándose un escenario político que aseguraba el triunfo liberal, teniéndose que lidiar con la política caciquil existente en la época, con el control de los ayuntamientos desde los que se ofrecía una intimidación a los votantes, dando una situación de posibles represalias sobre los que se supieran contrarios a la alcaldía del momento.
En ese marco, el torrevejense Joaquín Chapaprieta Torregrosa, fiel discípulo del abogado Joaquín López Puigcerver, siguiendo los designios y enseñanzas de su querido maestro en las lides políticas liberales y de leyes, fue enviado por éste a encabezar la candidatura a diputado por el distrito de Cieza. En la provincia de Murcia, López Puigcerver tenía gran arraigo como político liberal y apostó dejando su responsabilidad de corroborar el triunfo en manos de su aventajado discípulo.
Por lo que respecta al distrito de Cieza todo aseguraba que no habría enfrentamiento ni lucha electoral de alto grado, sino que tan sólo movimiento por parte de los liberales, que responsabilizados de dirigir el gobierno nacional debían asegurar tal representación con cualquier tipo de argucias que les permitieran conseguir el mayor número de votos.
Las elecciones, celebradas en mayo de 1901, transcurrieron con absoluta normalidad; con la lógica existencia de algunas riñas, pero, como si de una disciplina férreamente implantada se tratara, ya estaba asumido el nombramiento de diputado a Cortes por Cieza de Joaquín Chapaprieta. El cambio producido en la política nacional con el gobierno liberal de Sagasta sobrevino por el derrumbamiento conservador, y la opción liberal era la que se implantaría en la mayor parte de España.
En los ocho pueblos del distrito de Cieza, con sus treinta y cuatro secciones, Joaquín Chapaprieta obtuvo un total de 6.189 votos, lo cual, contando la abstención, resultó ser un resultado de amplísima mayoría. En cumplimiento de la ley electoral de 1890 el veintitrés de mayo quedó redactada el acta de escrutinio en la que se reflejaban los votos por secciones y pueblos en los que había obtenido votos. Tras recoger el acta, Chapaprieta queriendo agradecer el apoyo recibido y su proclamación como diputado celebró un banquete en la capital de Murcia, al que acudieron los representantes y amigos de todos los pueblos del distrito, así como otro en Mazarrón, en el que se obsequió al candidato ganador. En la comida celebrada en el Hotel Patrón de Murcia, al llegar a la hora de los brindis, hubo una nota poética leída por el secretario del ayuntamiento de Ricote, José María Rodríguez Gabaldón, que improvisó los siguientes versos: “Aunque fue nuestro provecho, /con el triunfo que ha alcanzado, /nuestro digno diputado /bien puede estar satisfecho. /De talento y corazón, /de méritos con exceso, /nos honrará en el Congreso /con su representación. /Quiero pedirle que anote /y se lleve en la memoria / que el día de su victoria /hubo un ciezano en Ricote”. Joaquín Chapaprieta, como diputado electo por Cieza, presentó su credencial, la número 222, pasando a la comisión de actas número 2. Examinadas las posibles incompatibilidades por la comisión quedó proclamado diputado tras prestar su juramento, formando parte de numerosas comisiones, en las que tuvo una significativa participación, interviniendo sobre todo en temas de inversiones y proyectos de infraestructuras.
En su primer verano como diputado, Chapaprieta fue recibido en la estación de ferrocarril de Torrevieja por multitud de amigos particulares y políticos, así como por toda la colonia de Abarán que se encontraba veraneando en aquellas playas, acompañándolo hasta su domicilio para darle la bienvenida, respondiendo Chapaprieta obsequiándolos con cigarros puros habanos. En la noche de este día, 15 de agosto, fue obsequiado por sus seguidores con una serenata, ejecutada por la Banda de la Misericordia de Murcia, que asistía todos los años a Torrevieja para amenizar los festejos que durante la temporada de baños se hacían. Fueron organizadores de este acto de expresión de amistad sus seguidores de Abarán. Chapaprieta mantenía una gran amistad con el gobernador de la provincia de Murcia, Gerónimo del Moral, y al mismo tiempo procuraba estar en contacto con sus electores cuando la actividad parlamentaria le era posible. En este primer verano como diputado por el distrito de Cieza invitó al gobernador de Murcia a su domicilio de Torrevieja, y junto con él a un grupo de políticos destacados, aprovechando estas visitas para llevar a su representante las peticiones y necesidades del distrito. Con los años, Chapaprieta llegó a ser el torrevejense que más altos cargos ha conseguido en la esfera política española: ministro de Trabajo, Comercio e Industria (1922-23), ministro de Hacienda (1935) y presidente del Consejo de Ministros (1935).