ESOS FOTOGRAMAS FUERON ADQUIRIDOS RECIENTEMENTE POR JUAN LUIS ÁLVAREZ DEL BUSTO, CRONISTA OFICIAL Y PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN «AMIGOS DE CUDILLERO», TRAS UNA COMPRA A SU ANTERIOR PROPIETARIA, LA VALENCIANA CARMEN DOLZ
El 22 de febrero de 1926 la película muda «José», basada en la novela de Armando Palacio Valdés, fue estrenada en el Real Cinema de Madrid. Noventa y un años después, algo más de una treintena de fotogramas de aquel filme dirigido por Manuel Noriega pueden admirarse en el Museo Marítimo de Asturias, en Luanco. Esos fotogramas fueron adquiridos recientemente por Juan Luis Álvarez del Busto, cronista oficial y presidente de la asociación «Amigos de Cudillero», tras una compra a su anterior propietaria, la valenciana Carmen Dolz.
«Para colocar los fotogramas de ‘José’ nos guiamos por un orden literario, es decir, nos basamos en la novela», explica la documentalista del Museo Marítimo, Pilar Carrasco, mientras detalla foto a foto las escenas y los personajes de cada imagen. «Ésta es la tienda de la señá Isabel, con Elvira, el maestro Don Claudio y Don Fernando, un noble que se quedó arruinado», detalla, mientras se detiene en la vestimenta de los actores y de los marineros. «El personaje de José lleva su gorro en la parte de atrás de su cabeza, mientras que el resto, que eran marineros, la llevan cubriéndoles toda la cabeza», añade Carrasco.
La muestra no sólo se centra en fotogramas de gran calidad sobre el filme en cuestión. El Marítimo ha aprovechado para dar a conocer algunas piezas antiguas, como un ancla artesanal confeccionada a base de madera y piedra. El centro también ha aportado una reproducción a escala de un garrotín, un tipo de embarcación que era utilizada en la década en que la película fue grabada con escenas en Cudillero, Luanco, Candás y Covadonga, entre otros lugares. «Peñascosa era Luanco», indica Carrasco. El topónimo de Rodillero es Cudillero para los pixuetos y Candás para los candasinos; eso sí, en el filme la mayoría de las imágenes están grabadas en la capital pixueta.
Un fotograma muestra casi intacto el puente de Cangas de Onís con don Fernando, el noble arruinado, apoyado sobre una barandilla. Ese hombre llegó a vender su casa para que José, protagonista de la película, comprara su lancha y pudiera seguir faenando. «Las nasas eran muy similares a las de ahora y eso que ya pasó casi un siglo», señala Pilar Carrasco. La documentalista del centro aún no ha fijado fecha para la clausura de la muestra, que fue inaugurada el pasado lunes con motivo de la presentación de la revista «El Baluarte», que edita anualmente la asociación de Amigos de Cudillero.
Con estos mimbres, el Museo Marítimo de Asturias ofrece una visión muy detallista de cómo eran los pueblos y las gentes del litoral asturiano en las primeras décadas del siglo XX. Y de paso, recuerda la novela de «José», de Armando Palacio Valdés, que mostró en su momento los quehaceres de los marineros asturianos de Rodillero y Peñascosa, nombres ficticios de dos poblaciones en los que las labores pesqueras eran el principal oficio tradicional.