POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
No lo van a creer, pero el «sucedido» me sucedió a mí. Se van a reír con ello.
En mis primeros años de docencia en Sahagún, dada la escasez de profesorado de Ciencias, me «tocó» explicar de todo: Matemáticas, Ciencias Naturales, Física y Química y… hasta Latín. Era agotador, pero muy divertido.
Un día, en 4º de bachillerato de Grado Elemental, pregunté en clase (yo decía «cambio de impresiones») qué era un compuesto iónico y cuáles sus propiedades más características.
Un alumno, listo y noble como él solo, me respondió con ingenua sinceridad: «Es una sustancia compuesta formada por iones positivos, o cationes, y por iones negativos o COIONES».
Silencio total en la clase y miradas de asombro con caras de contener la risa.
Y siguió: «Las sustancias iónicas, disueltas en agua, son conductoras de la corriente eléctrica; se llaman conductores de segunda clase y su resistencia al paso de la corriente depende de su concentración y de la superficie y separación entre los electrodos».
Nuevo silencio en espera de mi reacción, que algunos predecían como «bofetada pedagógica».
Yo, esbozando una sonrisa muy comprensiva, le dije: «Salvo un pequeño error en la denominación de los ANIONES, dijiste algo que me gustó mucho. Os lo voy a contar con un ejemplo:
«Sabéis que yo soy asturiano de Colunga y en ese concejo hay una Villa marinera que se llama Lastres.
En ella vivían unos señores muy ricos, los hermanos Victorero Lucio, que hicieron muchos favores en el pueblo. Uno de ellos se llamaba don Antonio y le apodaban «El Chispas» porque era un «manitas» para construir «inventos mecánicos, eléctricos, etc.
Hacia 1940 ideó la construcción de un Belén Navideño con singulares detalles de iluminación con intensidad variable variable (anocheceres, albores, mediodías, arco iris, estrella y luz intensa en el portal…).
Esto suponía la utilización de resistencias variables tipo reostatos manejadas continuamente.
¿Cómo conseguirlo sin necesidad de la atención permanente de una persona?
Pues utilizando disoluciones iónicas con electrodos capaces de introducirse más o menos en el electrolito o acercándose y alejándose mutuamente entre si.
Para ello bastaba un simple mecanismo de relojería tipo relé.
En 1945, ya perfeccionado el invento, LASTRES gozó con un BELÉN único en Asturias. Un día soleado que poco a poco pierde luz para la anochecida hasta la oscuridad total; una estrella que se enciende y con su luz ilumina el portal de Belén con el Niño naciente, un amanecer con un arco iris que simboliza paz y amor; un anciano que pesca en un río introduciendo y sacando su caña en el agua, un herrero que forja el hierro, un molino que gira sus aspas y las detiene en el descanso.»
Recuerdo que finalicé mi clase invitándolos a conocer Lastres y su Belén y, ¿saben una cosa que me emocionó mucho? Terminaron aplaudiendo.
Ese es el Belén de Lastres. Un monumento al ingenio ya la devoción de unas gentes que, año tras año, continúan ilusionadamente con la tradición de «los Victorero». Con sus secretos de electrolitos y sus conexiones de cables y relés, haciendo «caso omiso» de células fotoeléctricas, de codificadores y descodificadores, de álgebra de Boole y de lenguajes binarios, de circuitos impresos y mandos a distancia.
Todo es artesanal en el Belén de Llastres. Arte y Electroquímica en la más pura aplicación práctica para recordar que hace más de 2 000 años un Niño nos dio lecciones de humildad y de amor.
Lo cantaba aquel villancico del coadjutor-organista de Colunga don Francisco Suárez Bustillo:
«Es preciso que el mundo lo escuche, que el mundo lo sepa.
Que lo digan la espada, la pluma, la lira y la lengua,
la campana y el órgano grave, la voz de la Iglesia,
la divina lección que el divino misterio celebra…»
Amigos lastrinos.
Gracias, muchas gracias, porque con vuestro esfuerzo en la conservación de este BELËN, no sólo mantenéis una devoción, sino que también hacéis de Lastres y foco de atracción de visitantes.
Creedme.
Vuestro Belén, que bien merece la FABA DE HONOR de Colunga, hizo y hace más por vuestro pueblo que el televisivo «Doctor Mateo».
¡¡¡Feliz navidad a todos!!!