POR ALFONSO ROVIRA, CRONISTA OFICIAL DE ALZIRA (VALENCIA)
Los alcireños Eduardo y Ernesto Peris crearon en Alzira una larga saga de músicos.
Música: Ella expresa los más tiernos sentimientos“… y luego no se oyó otro ruido, sino un sonido de una suave y concertada música formada, con que Sancho se alegró y lo tuvo a buena señal; y así dijo a la duquesa, de quien un punto ni un paso se apartaba: señora, donde hay música no puede haber cosa mala”. Quijote, parte II, capítulo XXXIV.
Eduardo Peris Oliver, formó parte del Quinteto “La Sucro”, que creó el músico acordeonista José Mascarell, “el Bolo”, en los inicios de la década de los años 30 del pasado siglo, junto con Eustasio Enguix, violín; Vicente Albert, acordeón; Eduardo Peris, saxofón y flauta, Eduardo Vila.
Ernesto Peris, su hermano, formó parte años más tarde, tras la más incivil de las guerras, con la orquesta “Mascarell y sus muchachos”. Eduardo y Ernesto regentaban un comercio de ultramarinos en el número 21 de la plaza de Dolz de Alzira y una tienda en el centro del mercado de detall en la Vila, donde Ernesto, en momentos de asueto, componía música.
Eduardo y Ernesto nacieron en 1908 y 1914, respectivamente, compartiendo trabajo, aficiones y familia. Contrajeron matrimonio con dos hermanas, Consuelo y Concha. Con sus padres emigraron a Francia donde comenzaron sus primeros estudios musicales. Al retornar a Alzira continuaron aprendiendo música con los instrumentos de oboe y violoncello, respectivamente. Ernesto amplió sus estudios en el Conservatorio Superior de Música de Valencia, con el profesor Pedro Sosa, obteniendo los títulos de violoncello, saxofón, composición, armonía y contrapunto.
Ernesto fue autor de diversas composiciones musicales, fundamentalmente pasodobles dedicados a personajes alcireños como “Carmen María”, -nieta de Luís Suñer-; “Eduardo Vicente Bono” -fundador de la Sociedad Musical de Alzira-; “Ana Collado”, “Himno de la falla Pintor Andreu”, “Francisco Hernández”; “Río Júcar”, “Weert” -nombre de una población holandesa que visitamos en el viaje de la banda al concurso mundial de Kerkrade en 1978- y ”Plegaria”, una marcha de procesión.
Con la llegada a la banda del maestro Francisco Hernández Guirado, los dos hermanos reprendieron la actividad como músicos de la recién creada agrupación bandística, siendo profesores de solfeo, donde buena parte de los músicos que se incorporaron, sus primeros pasos fueron guiados por estas dos buenísimas personas.
Ernesto durante algunos años fue director de la banda de música de Llaurí y subdirector de la banda de Alzira. La actividad musical y docente de los dos hermanos finalizó con su fallecimiento en 1987 y 1989, respectivamente, dejando un rastro de bien hacer en su dilatada profesionalidad.
Su legado musical se extendió en su familia. Los hijos de Ernesto, Ernesto y Eduardo, fueron educados en el ambiente musical y pertenecen a la bandas sinfónicas. Ernesto es músico de la Orquesta Sinfónica y en la agrupación “Inb Jafadja” y Eduardo músico profesional con el trombón en la Banda Municipal de Alicante, siendo además reconocido director de diversas agrupaciones musicales alicantinas, entre ellas en Villafranqueza.
Existe una tercera y cuarta generación de músicos en la familia de los Peris. Carmen María es profesora de música y componente de la Orquesta de nuestra Sociedad Musical y Claudia, su hija, se halla en los comienzos de estudios de piano y clarinete.
Existe otro pasaje del Quijote, en que dice que un hijo debe aprender a seguir el oficio de su padre. “Yo hablo como Dios es servido, y no me meto en más dibujos; y digo que si estáis porfiando en tener gobierno, que llevéis con vos a vuestro hijo, Sancho, para que desde ahora le enseñéis a tener gobierno, que bien es que los hijos hereden y aprendan los oficios de sus padres”.