POR GOVERT WESTERVELD, HISPANISTA Y CRONISTA DE BLANCA (MURCIA).
El poeta y escritor Antonio Molina González (1850-1919), natural de Blanca, dejó una herencia literaria que lamentablemente estuvo olvidada por muchos años. Uno de sus trabajos más representativos, «Cuentos y fábulas», fue publicado aproximadamente en 1886 y se extravió con el transcurso de los años. No obstante, en el año 2015, gracias al esfuerzo del maestro de Blanca Ángel Cano Molina, se logró rescatar y volver a publicar esta joya literaria con el mismo título. Este acto de recuperación no solo devolvió la obra a su lugar en la literatura local, sino que despertó un renovado interés por la figura de Molina. Poco se sabe de este prolífico maestro y poeta del siglo XIX. Antonio Molina, ya con más de 45 años, ejercía como maestro infantil, compaginando esta profesión con su pasión por la poesía y el periodismo. Desde las páginas de los periódicos, dedicaba palabras a Blanca, su tierra natal, dejando un testimonio cultural único. En 1892, Molina contribuyó con un artículo crítico de 14 páginas a la obra colectiva «Hagamos historia», el cual ha sido preservado y forma parte de esta investigación. En 1894, dos años más tarde, publicó un libro llamado «Cristianos Consejos» para su hija, pero, lamentablemente, al igual que otros de sus escritos, este también se ha extraviado.
Pese a estas pérdidas, sabemos que durante su vida de maestro, Antonio Molina escribió numerosos poemas para distintos periódicos. En 2023, logramos recopilar 43 de estos poemas, fruto de una exhaustiva búsqueda en archivos históricos. Pero no nos detuvimos ahí: revisamos minuciosamente los periódicos, año tras año, y día tras día, logrando descubrir 14 poemas más. Aunque no parece mucho, este esfuerzo nos permite afirmar con seguridad que será difícil encontrar más material en las publicaciones de la época. El objetivo de este último libro ha sido iluminar los rincones oscuros donde se ocultaban las palabras de Antonio Molina y devolverlas a la luz del sol, asegurando así su lugar en la rica historia de Blanca. Sus poemas reflejan no solo su maestría literaria, sino también las costumbres de su tiempo, cuando era habitual que los poetas publicaran elegías en la prensa, dedicadas a familiares fallecidos o a amigos cercanos. También solían rendir tributo a figuras influyentes del ámbito cultural y editorial. A continuación, presentamos uno de sus primeros poemas, escrito cuando Molina tenía apenas 22 años. Este poema no solo revela su talento temprano, sino también la sensibilidad que marcó toda su obra. Es un testimonio de la grandeza literaria que Antonio Molina González legó a Blanca, un patrimonio que finalmente ha vuelto a ocupar el lugar que merece.