EL CRONISTA DE SAN ILDEFONSO (SEGOVIA), EDUARDO JUÁREZ, DESGRANA LA ETAPA DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA EN SU PRIMER TOMO DE LA HISTORIA DEL REAL SITIO
Sus libros transmiten la misma pasión que pone al hablar de sus investigaciones. Y su último trabajo vale su peso en oro, no solo para el historiador, sino para todo aquel que desee acercarse con ojos curiosos a la historia de la tierra segoviana. Eduardo Juárez Valero, historiador y cronista oficial del Real Sitio, presenta esta tarde (19:00) en el salón Siglo XXI del Ayuntamiento de San Ildefonso su libro ‘Crónicas de un Real Sitio. Lucha política, guerra y represión (1934-1939)’.
«Es el primero de los cuatro tomos que quiero publicar sobre la historia del municipio de San Ildefonso. Como cronista que soy, tengo la obligación de escribir la historia de la localidad, que no está escrita. Si fuera cronista de un pueblo pequeño, la ‘despacharía’ con un libro de 100 páginas, pero no es el caso de La Granja. San Ildefonso tiene una historia breve –no llega a doscientos años– pero muy intensa e interesante. Ni se me ocurre atacarla en un solo volumen», asegura el autor.
Por ello quizá haya comenzado Juárez su misión de ‘atacar’ la historia de su pueblo natal por uno de los periodos históricos más apasionantes, la Guerra Civil española, que tanto se dejó sentir en el Real Sitio de San Ildefonso, residencia estival de los Reyes de España y, entre 1931 y 1935, del presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora. «Es un trabajo brutal, de casi 500 páginas, curiosamente de un periodo muy corto, apenas cinco años, pero muy intenso. Quise desligar la guerra del periodo republicano previo, porque no es correcta la relación causa-efecto que algunos historiadores pretenden transmitir», apunta Juárez.
El libro aporta un torrente de datos y pasajes históricos que transporta al lector a una época tremendamente convulsa y politizada en la que la pequeña historia del pueblo fluye paralela y unida a la historia de España. «Es imposible comprender lo que ocurre en el Real Sitio en esa época sin recurrir al contexto histórico. Por su condición de residencia veraniega del presidente, La Granja era un mentidero de la política nacional, y eso se trasladaba a los vecinos, que acabaron politizándose».
En los prolegómenos del gran drama español del siglo XX, La Granja, Valsaín y La Pradera fueron el gran bastión del izquierdismo en la provincia de Segovia: «Los asalariados constituían el 90% de la población; había muchos desempleados y trabajadores temporeros, además de un índice de pobreza muy severo. Todo ello generó una necesidad de búsqueda de derechos, de luchar por una oportunidad, de salir de la miseria… Es lo que lleva a la gente a la izquierda: el sufrimiento. Bullen, pues, las organizaciones obreras, sindicales, políticas… En las casas del pueblo hay gran actividad…» Cuando estalló la guerra, todo eso se vino abajo y el fascismo ejerció una represión que adquirió tintes apocalípticos: «Indiscutiblemente, la de La Granja fue la peor represión de toda la provincia. La estadística es brutal. Se ejecutó al 1,5% de la población y se encarceló al 10%. Había una idea muy extendida, y así se refleja en los documentos, de que el marxismo estaba penetrando en La Granja y era preciso extirparlo. Incluso la Comisión de Enseñanza se planteó apartar a los niños de sus madres para evitar que estas pudieran contagiarles sus ideas marxistas. Fue algo espeluznante».
Un libro para leer y disfrutar.
Fuente: http://www.elnortedecastilla.es/ – Carlos Álvaro