POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
La cooperación entre el Cura Párroco de Ulea D. José Muñoz Martínez y la familia Garro Torres, en unión de una señorita madrileña; que venía con asiduidad a las fiestas de la Santa Cruz de Ulea, descubrieron una lápida vetusta incrustada en la pared del Ayuntamiento, con unos escritos indescifrables para la mayoría de los uleanos.
La lápida, esculpida en piedra- aunque parecía un pedrusco monumental-tenía unas letras en latín, emborronadas y muy difíciles de traducir.
Reunida la familia Garro Torres- ambos estudiantes de latín, su padre el Maestro D. José María Garro Valiente y el Sr. Cura D. José Muñoz Martínez; todos ellos doctos en latín, descifraron todo cuanto había escrito en dicha lápida. Decía así, literalmente: Con permiso del Rey y a expensas de la Villa que lo deseaba, fue renovada esta Casa Consistorial, ruinosa, siendo Alcaldes de Ulea D. José Piñero y Joaquín López, siendo Rey Carlos, después de 17 siglos de haber nacido Cristo; este año era el 67. Del siglo XVII. Dicha lápida, un inmenso pedrusco un poco pulido, fue trasladada a hombros, por orden del Gobierno Público, a este lugar.
Esta lápida, labrada por el artista Tomás Berdúm, tiene media tonelada de peso, ha sido retocada y fijada bajo artístico marco de escayola, en el centro de la fachada; dándole a la Casa Consistorial un tono señorial.