POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA OFICIAL DE ZACATECAS (MÉXICO)
Como en casi todas las disciplinas artísticas, la pintura, en el siglo XVIII, era protagonizada exclusivamente por hombres. Las mujeres pintoras tenían prohibido firmar sus obras, por lo que sus nombres han quedado en el anonimato, como el de María Guadalupe Moncada.
El día 9 de febrero de 1772 fue bautizada una niña de nombre María Guadalupe Moncada y Berrio, quien había nacido dos días antes en la ciudad de Puebla. Era la nieta de la muy ilustre #zacatecana Ana María de la Campa y Cos, condesa de San Mateo de Valparaíso, originaria de #Sombrerete.
María Guadalupe Moncada vivió en una época en que las mujeres pintoras solían no firmar sus obras por cuestiones sociales, lo cual provocó que muchas de ellas quedaran en el anonimato. Sin embargo, esta artista no solo firmó su obra, sino que la mandó a la casi recién fundada Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España, hoy Academia de San Carlos, a finales del siglo XVIII, solicitando que, si sus miembros le encontraban algún mérito, la colocaran en la Real Academia, a lo que le respondieron favorablemente. Le fue otorgado el grado de Académica de Honor y Mérito y fue nombrada, Directora Honoraria en el ramo de pintura.
Y otro dato interesante: ella fue la primera mujer en la historia de nuestro país que pintó y firmó una imagen de la Virgen de Guadalupe, fechada en 1798. Esta obra pictórica se exhibe en el Foro Valparaíso MX. Ciudad de México.