POR JUAN FRANCISCO RIVERO DOMÍNGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS BROZAS (CÁCERES)
Ayer por la noche puedo decir que estuve con Marilyn Monroe, después de la presentación de la obra teatral de mi amigo y presidente del Club de la Boina Alfredo Amestoy “En el cielo no hay Chanel”, en presencia del empresario Enrique Cornejo y otros ilustres presentadores, como Paloma Gómez Borrero, el ex ministro de Trabajo, Fernando Suárez o el presidente de los judíos de España, Jacobo Israel Garzón, que por estar ausente leyó su alocución el periodista Carlos Peñalosa.
Hubo un momento en que todos disfrutamos de la Marilyn, sobre todo cuando tomó cuerpo en carne de Victoria Vera y su marido el dramaturgo Arhur Miller, en el cuerpo de Pepe Martín, el actor al que todos conocimos en otro gran personaje. El Conde de Montecristo, o interpretó con la mismísima Victoria Vera la obra “Lulú.”.
Allí estuvimos, boineros, capistas, periodistas, teatreros y otras gentes de bien vivir. Saludé a Fernando Suárez y recordamos a su hermano José María, alcalde de León, cuando en 1977 yo hacía la mili en el CIR el Ferral del Bernesga. (Entré en la mili con retraso por cuestiones de estudios. Así me tocó ingresar el 7 del 7 del 77). O a Paloma Gómez Borrero, a la que conocí durante mi estancia en Mallorca y fue a una tertulia que teníamos los periodistas, ya era conocida como Papa(loma) Gómez Borrero. Le hablé de que se cuenta de que el Papa Francisco está muy bien colocado para ser el próximo Premio Nobel de la Paz. Hay que decir que antes ya había varias propuestas, pero nunca un Papa ha admitido este premio y cree que Francisco tampoco lo aceptará… pero nunca se sabe dada la nueva sabia conque viene desarrollando su labor apostólica este Pontífice. También hice una parte con la gran dama del teatro español, Nati Mistral, que me la presentó Javier de Montini, uno de los grandes de la prensa del corazón (corazón, no como las de hoy en día, que son del hígado). A Javier le conocí en mi etapa mallorquina cuando él estaba en la revista “Semana” y un servidor dirigía la agencia Mallorca Press, de la que también fui propietario y entrevistamos a toda personalidad (política (el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, por ejemplo, o de la farándula, como Lola Flores). Y terminé por saludar al maestro de cronistas, mi profesor, mi paisano, y sin embargo amigo, Enrique de Aguinaga.
En un principio iba a ser el primero para que me dedicara el libro Alfredo y al final fui el último, pero como siempre, Amestoy un amigo.
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