EL PERIODISTA Y CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE MADRID, LUIS PRADOS DE LA PLAZA, REIVINDICA EN SU ÚLTIMO LIBRO EL VALOR DE LOS CLÁSICOS Y DEL HÁBITO DE LA LECTURA
La misma pluma periodística que informó sobre Madrid durante más de cincuenta años se ha centrado ahora, acaso más relajada, en una narración paralela que también reconstruye la capital. Luis Prados de la Plaza, Cronista Oficial de la Villa, es el autor de La Gloria de la Literatura se pasea por Madrid (Ediciones Atlantis. 2015), un libro que nace de la predilección del escritor por la materia. Con ánimo ilustrador, trata de recuperar el valor de la literatura universal y del hábito de la lectura, dos términos que considera denostados. «Se trata de recordar su importancia y de fomentarlo; ahora se lee muy poco», señala el periodista a ABC.
El escrito, de dieciséis capítulos, recorre la historia de los autores «inmortales» por los recovecos de la ciudad. La portada, en la que aparecen Luis de Góngora, Lutero, San Juan de la Cruz y Maquiavelo, es una síntesis perfecta de su contenido. No obstante, no se reduce a cuatro nombres. Concretamente, Prados cita 760 personajes, esbozados según sus textos, influencias, personalidades…
Una «inquietud constante»
La Ilustración, el Romanticismo, el Siglo de Oro, las generaciones del 98 y 27 o la literatura hispanoamericana dan forma a esta suerte de crónica literaria, una amalgama de «escritores extraordinarios». Si bien destaca a todos como verdaderos maestros, l capítulo dedicado a Mariano José de Larra, Ramón Gómez de la Serna y Benito Pérez Galdós es su preferido. «Larra es el padre del periodismo; Ramón de la fantasía y la greguería; y sobre Galdós, es que nadie ha entendido Madrid mejor que él, tenía una cultura extraordinaria», destaca.
La escritura de este libro, el undécimo que ha publicado sobre Madrid (trabajó en el diario Arriba, Marca y ABC), es el resultado de un propósito que rondó la cabeza de Prados durante diez o doce años. La ocasión merecía una dedicación especial. En total, ha sido un trabajo de unos cinco años, resultante del estudio de su archivo personal y del posterior acopio de documentos. «Me entusiasmó la idea y después la fui perfeccionando», puntualiza.
La publicación, confiesa, se fraguó tras recibir un premio sobre las lenguas oficiales de España: «No esperaba ganarlo, pero este concurso, unido a que es un tema que me gustaba, me llevaron a escribirlo». En efecto, el objetivo de reivindicar a la literatura marca el desarrollo del libro, pero también la personalidad del escritor; lo que él define como una «inquietud constante», inherente al periodista.
A punto de cumplir 79 años, asegura que este será el último libro que publique, aunque al tratar el tema no termina de convencerse. Quizá por esa inquietud de la que habla se resigna a dejar la escritura. «A lo mejor un libro corto con mis diez crónicas preferidas, quién sabe. La verdad es que leo lo que escribí hace tiempo y lo hacía mejor que ahora», dice entre risas, sin llegar a cerrar la puerta definitivamente.
Fuente: http://www.abc.es/