POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Asiduo como soy al paseo de Valdeflora, dado que suelo ir más allá de lo que cuida el Ayuntamiento y dado que bebo agua en varias fuentes del camino, al pie de la aldea de Constante, en la de Fitoria y en la de Cuyences, donde sale calentina muy rica, raro es el día que no tenga ganas de hacer un poco de pis, pero no hay escusados; me arreglo Xarreru arriba, o por los eucaliptos de Toleo o por los de Laviada, o me aguanto como un campeón. Sin embargo, con indeseable frecuencia observo cómo algunos orinan y se la sacuden tan campantes al lado de la primera fuente, casi al pie de los restaurantes El Mirador y Vista Alegre, mira por dónde, qué espectáculo para los turistas del prerrománico. Y ya me imagino al Consistorio construyendo urinarios públicos en Valdeflora, y me veo protestando por su hedor y su abandono. Total, o abrevamos o meamos, las fuentes no dan para ambas prestaciones.
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