POR ANTONIO VERDÚ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE JUMILLA (MURCIA).
Las vacaciones en la playa son casi de obligado cumplimiento. El contacto con las aguas del mediterráneo, le sientan de maravilla al cuerpo. Vamos, que se disfruta de su contacto y de sus moderadas temperaturas, si las comparamos con las de mi Jumilla.
El lugar es muy tranquilo. Son casi 40 años, salvo algunas ausencias por motivos de que los hijos se hacen mayores y tienen otras preferencias. La playa pertenece a Elche, y es conocida por “Los Arenales del Sol”. Lugar tranquilo, pero con miles y miles de casas, urbanizaciones, servicios, etc., ocupando las laderas del arenal o monte natural –ya ocupado por las viviendas- con sus empinadas calles que parecen mirar con su gran desnivel las aguas transparentes de su playa, y cuyos vecinos deben utilizar para llegar a la arena y poder bañarse. Llevan sus sombrillas y sillas, que bajar es fácil, pero luego hay que subir esa empinada pendiente.
Nosotros gracias a los Sres. Milagros y Hugo –que nos alquilan un piso de su propiedad, en el edificio Sol I, 1ª planta 1ª puerta- podemos disfrutar de este enclave ilicitano durante todos los meses de julio de cada año, justo pegado a la arena y buenas comodidades. Su amplio balcón al este y al norte, te permiten ver la larguísima playa y al fondo la ciudad de Alicante y la isla de Tabarca.
Este año he tenido la oportunidad de volver a ver a un amigo muy especial que hacía más de veinte años que no lo hacía. Los dos compartimos una idea por nuestra cultura local, y de manera especial sobre “Nuestra Señora de la Asunción”. Él de la de Elche, y yo de la de Jumilla. Su nombre es D. Manuel Rodríguez Macia. Fue alcalde de Elche durante dos legislaturas, Diputado del Congreso de los Diputados, etc., y gran conocedor de todo lo relacionado con el internacional “Misterio de Elche”, en que “Nuestra Señora de la Asunción, es la principal protagonista.
Como digo hace más de 20 años estuvo en Jumilla para comprobar si Jumilla, realmente alguna vez se representó el mismo Misterio que el de Elche. Fui su acompañante, y estuvimos viendo la iglesia de Santiago de Jumilla, que era donde se celebraba, y pudo comprobar, como esta iglesia sigue teniendo la trampilla por donde bajaban los ángeles a subirse a la Virgen y demás artilugios. Después subimos por la rampa de la Torre de la iglesia, hasta el lugar donde se encuentra la tramoya que se utilizaba en la representación, y pudo también comprobar que se encontraba todo lo necesario para su representación. Recuerdo su comentario: viendo esto, podrían venir los actores de Elche y representar aquí el Misterio de la Asunción. Ya lo he dicho muchas veces, pero los que tenían que autorizarlo no lo consideraron oportuno, o vaya usted a saber por qué. Recordar, que fue el Cardenal Belluga, ese tan admirado en Murcia, el que en el año 1709, lo prohibió, tanto el “Misterio de la Asunción” de Jumilla, como las máscaras, entonces llamadas “cotorras”. Buenos las penas por cumplir su capricho de suspenderlo, fueron terribles para los que no cumplieran su mandato.
Me vino a la mente una pregunta –o llamémosle una anécdota-, aprovechando que es de Elche, y que es un gran conocedor la Ciudad de la que fue alcalde. ¿Cuánto sacará Elche del IBI de las viviendas de los Arenales del Sol? Para mi bastantes millones. Su respuesta fue sencilla y elocuente: Por eso piden separarse. Como ven queda clara la respuesta.
El día 21 de julio del 2021, quedamos en vernos sobre, las 10 de la mañana, de nuevo en la puerta de la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción de Elche. Fieles a nuestra afición, allí nos juntamos. La Asunción estaba en nuestra mente en este día.
No recordaba cómo era la Basílica, ya que la única vez que la vi, fue el día 1 de noviembre de 1954, que coincidió con mi trece cumpleaños. ¿Qué hacía allí ese día? Era alumno del Instituto Laboral de Jumilla, y el centro realizó una excursión con los diez mejores alumnos de los tres únicos cursos que entonces había -ya que solo estaba funcionando tres años-, a la Ciudad de Elche para presenciar la celebración del “Misterio de Elche”.
Repito el 1 de noviembre de 1954. Lo destaco, ya que resulta que fue la primera vez que se celebró de nuevo la representación después de la guerra, y yo estaba allí presente. Esto me enteré ahora, en esta ocasión, cuando me dijeron que esa fecha fue cuando se hizo la mencionada puesta en escena. Y les dije más, ya que recuerdo que aquel día estaba presente el ministro de Asuntos Exteriores, D. Alberto Martín-Artajo. Tuvieron que reconocer que efectivamente así fue. Y como digo fui testigo directo de tan evento. En aquel momento me impresionó muchísimo, y desde luego, con el tiempo permaneció aletargado en mi recuerdo, hasta que comprendí la similitud con lo que se hacía en Jumilla.
Bien, pues volviendo al momento presente, la visita resultó muy interesante, ya que ahora sí podía apreciar todo el valor artístico que encierra en toda su extensión. Ahora disfruté de su belleza. Recorrí todos sus altares admirando la gran abundancia de detalles de cada uno de ellos. Me fui a la entrada para admirar todo el conjunto del templo hasta el altar mayor, donde resalta la imagen de la Asunción y la belleza de su camarín, con su ese brillo que resalta el color oro del mismo, que me comentó Manuel, que fue obra de su abuelo, e incluso de su padre, cuyas manos realizaron esa preciosidad de camarín, que magnifica a la imagen de la Asunción.
Miré a la cúpula del techo y me faltaba ver la trampilla por donde se celebraba la representación. No estaba. Le pregunte a Manuel ¿dónde está la trampilla? ¿me falta verla? Y es que en Jumilla la trampilla está fija en la obra que hicieron los parientes Juan y Pedro de Oma en el siglo XVI. Aquí, cuando se va a celebrar la representación se pone una tela que simula el cielo, en la que ya se puede ver la trampilla por donde descenderán los ángeles. Vamos que es de quita y pon.
Como digo en Jumilla es fija, aunque todavía hay mucha gente que no sabe que existe, ni para qué servía esa trampilla, y dicen que son de la cofradía de la Asunción. Y no lo digo yo. Resulta –me contaba Manuel- que hubo en Elche una reunión relacionada con la Asunción, y vio a uno de Jumilla. Le preguntó si me conocía, y que si le podía dar mi teléfono que se le había perdido. No sabe quién era. Por supuesto si me conocía no me dijo nada, ni por supuesto le llegó mi número. Me decía que le preguntó por la trampilla y se quedó de piedra cuando le dijo que en Jumilla no había trampilla en lo alto de la Iglesia de Santiago, ni que se hiciera el Misterio. Manuel le contestó, que no solo existía, sino que cuando estuvo en Jumilla hace veinte años, le hizo fotos desde abajo y desde arriba donde está la tramoya. No digo más. Bueno si, mi teléfono se lo dio Milagros –que nombro al principio-, hace un año, tras comentarle que conocí a Manuel hace muchos años, y ella que también lo conoce fue la que le dio mi teléfono, y no tardo en llamarme con gran alegría por mi parte. Desde entonces estamos en contacto más fluido. Veremos cosas de Elche y cosas de Jumilla. Me hizo entrega de varios libros suyos, en especial el del Misterio.
En la mañana tuvimos la oportunidad de visitar todas las dependencias de la Basílica, como gran conocedor de la misma, y la ayuda del sacristán de la Basílica –por cierto casado con una jumillana- que nos permitió subir al camarín de la virgen y ver toda la belleza que encierra el mismo, y la imagen de la Virgen.
Después visitamos el Museo de la Virgen, donde se guardan todos los complementos que forman parte de los adornos y trajes de la Virgen, así como la cama donde reposa cuando muere. Como la imagen de la Asunción de Elche tiene los ojos abiertos, está viva, para cuando muere, tiene una mascarilla completa en la que se ve con los ojos cerrados, y en la representación se le pone cuando muere para ver como ahora ha fallecido.
La mañana la terminamos quedando para otra ocasión, que será pronto para nuevas visitas por Elche, y en otro momento venir a Jumilla a visitar el Convento de Santa Ana, donde San Pascual Bailón estuvo tres años.
FUENTE : CRONISTA