JOSÉ ANTONIO PÉREZ RUBIO, CRONISTA OFICIAL DE LA LOCALIDAD, OFRECIÓ DATOS SOBRE LA HISTORIA DE ESTA LOCALIDAD ENCLAVADA EN LA SIERRA DE MONTÁNCHEZ
Un pueblo entero se metió ayer en un palacio. No es cosa de brujería, Valdefuentes, localidad de algo más de 1.100 habitantes, se trasladó ayer al palacio de Carvajal, en pleno meollo monumental de Cáceres, para mostrar todos sus recursos e impulsarlos. El Ayuntamiento de esta localidad, ubicada a 40 kilómetros de la capital organizó una jornada temática en la que desgranó todas sus virtudes. Y lo hizo a lo grande y de una forma muy visual, desplegando grandes dosis de color en los cientos de flores con las que llenaron el patio de este recinto gótico y renacentista.
La cita, cuya primera edición tuvo lugar en 2017 en el paseo de Cánovas, arrancó a las once de la mañana y se clausuró a última hora de la tarde. José Antonio Pérez Rubio, cronista oficial de la localidad, ofreció datos sobre la historia de esta localidad enclavada en la sierra de Montánchez. Pérez Rubio indicó que la intención de esta jornada era promocionar «tanto los recursos tangibles como intangibles, los tangibles se pueden catar y degustar, pero los intangibles quedan reflejados en el legado de nuestros ancestros, en el patrimonio que queda en nuestro pueblo en el pequeño museo etnográfico», que contiene un recorrido por los orígenes y evolución de la localidad.
Despoblación
El alcalde Álvaro Arias Rubio indicó que en esta ocasión se ha querido dar a esta propuesta un aire no tan popular como el del paseo de Cánovas sino asociarlo a la historia y a la cultura. Explicó que las flores son el elemento distintivo de la Fiesta de los Tableros. «Queremos convertir esta fiesta en una seña de identidad de Valdefuentes, hay un legado de nuestros antepasados que queremos proyectar». El dato más antiguo del que se tiene constancia de la celebración de esta fiesta, indicó el edil, es de 1873. «Hasta 1960 se venía haciendo regularmente, pero con el fenómeno de la inmigración se dejó de hacer, lo recuperamos a finales de los años 70, pero luego hubo otro parón, porque más que cara, la preparación es laboriosa», explicaba ayer Arias Rubio. En 2012 volvió a recuperarse este ritual con la intención de perdurar. Se trata de una ofrenda «que se hacía a la diosa Ceres pidiéndole abundancia en las cosechas y abundancia en el cebo del cerdo para la posterior matanza». Son unos tableros adornados con flores, panes, frutas y paños que llevan las tableras sobre su cabeza y van acompañadas por los danzadores. Actualmente se celebra el primer fin de semana de octubre en honor a la Virgen del Rosario.
Promocionar el pueblo es asunto prioritario, pero también asegura el edil, lo es la lucha contra la despoblación, algo de lo que tampoco escapa esta localidad. Según Arias Rubio la creación de una residencia asistida ha logrado fijar población al municipio. «El Ayuntamiento cedió el terreno a la empresa a cambio de empleo, y se han generado 40 empleos de los cuales 20 los desarrollan personas del pueblo que viven allí». La vivienda también es un reto para lograr condiciones óptimas y hacer apetecible la vida en Valdefuentes.
Durante la jornada se proyectaron vídeos y estuvieron expuestas fotos de la localidad y la exposición de la pintura de la artista Pilar Holgado. Hubo talleres de flores y representación de la fiesta de los tableros a cargo de la escuela infantil de tableros y de las madrinas tableras y danzadores, ataviados con trajes típicos. No faltó otra de las grandes señas de identidad de Valdefuentes: el esgrafiado, una técnica ornamental para lucir los muros, de la que también se hizo un taller. La banda de música ‘San Agustín’, el grupo ‘La Lonja’ y la degustación de quesos, bombones de higo, aceite y embutidos completaron esta jornada en la que, en efecto, un pueblo entero se hizo fuerte en un palacio.
Fuente: https://www.hoy.es/ – CRISTINA NÚÑEZ