POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
Valdemerilla es ese pedazo de corazón de la tierra sanabresa acogida a la buena vecindad de otros hermanos no menos afectuosos como Anta de Tera, San Salvador de Palazuelo y bajo la notable dirección de esa Cernadilla viva y resplandeciente como un sol de primavera.
Pero hoy Valdemerilla llega hasta nosotros a través de ese gesto que la define con una fuerza y una categoría poco comunes, pero que se explica con fuerza y rigor a través de los ejemplos que ese pedazo de corazón sanabrés nos ha dado a través de unas obras dignas de figurar en la historia de toda tierra que se sienta firme y segura de sí misma.
Valdemerilla ha realizado una obra en su iglesia parroquial que constituye una hermosa lección de solidaridad, de unión, de fe al margen de fríos y heladas, de entusiasmo y de amor a lo suyo, de reconocimiento a los valores y en general a la cultura, aunque a veces aparezca envuelta en telas un tanto desconocidas, pero el ejemplo y la obra están ahí cargadas de emociones y de recuerdos, que ellos quedarán siempre como un ejemplo de lo que son y son capaces de hacer.
Y este ejemplo nos da fuerzas para recordar, comenzado por la cabecera de su ayuntamiento, cuyas obras de restauración en todo el conjunto urbano comenzando por su iglesia y siguiendo por el conjunto urbano constituye una auténtica lección de actividad, civismo y responsabilidad municipal del equipo de gobierno con su alcalde a la cabeza.
Y aún nos queda otro ejemplo dentro de esta municipalidad, el de San Salvador de Palazuelo, que en un paisaje atrayente como pocos dentro de esa rica comarca sanabresa, y con el Tera como cercano reclamo, no podemos pasar por alto dentro de la obra urbana la extraordinaria obra de recuperación realizada.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/