‘VALOR, AGRAVIO Y MUJER’, LA AUTORA CARO DE MALLÉN RECUPERADA POR LA CNTC
POR JOAQUÍN MUÑOZ CORONEL, CRONISTA OFICIAL DE ALMAGRO (CIUDAD REAL).
En una obra densa, compleja y bien resuelta tras cuatro meses de rodaje
Aunque lo hayamos dicho antes, no estará de más repetirlo. Un festival de Teatro Clásico (Español) como el de Almagro, debe potenciar las mejores obras de nuestros clásicos del Siglo de Oro, poniéndolas y reponiéndolas en cartel las veces que sean necesarias. Pero también es una de sus importantes misiones, el buceo y rescate de aquellas obras y autores de valor que, por circunstancias insondables que no vamos a enumerar, hayan permanecido -o casi- en el anonimato. Quedan al margen otras obras que, sin un verdadero autor del siglo áureo, pretendan hacernos llegar mensajes más o menos contemporáneos, por mucho ingenio profesional que muestren en el escenario. Si no hay un autor clásico, pues no hay obra clásica, ni lugar para ellas en un festival ad hoc.
Eso no ocurre con la autora que hoy traemos a nuestras páginas. Ana Caro de Mallén fue una dramaturga española del Siglo de Oro de la que, desgraciadamente, no se conserva apenas información pues, según suposiciones dadas por el contexto histórico, su obra escrita podría haber sido calcinada tras su fallecimiento. Nacimiento del que sabemos que se produjo en 1590 en Sevilla o Granada y cuyo fallecimiento llegaría en Sevilla el 6 de noviembre de 1646.
De esta dramaturga, escritora y poeta por nombre Ana María Caro de Mallén y Soto, encontramos dos obras notables: ‘El conde Partinuplés’ y ‘Valor, agravio y mujer’. Y ambas fueron ya representadas en Almagro en 2019, durante la edición número 42. El entonces Palacio de los Oviedo (hoy Casa Palacio de los Villarreal) fue escenario de ‘El conde Partinuplés’ el 9/7/2019 por parte de la ‘Fundación Siglo de Oro’ dirigida por José Padilla. Por su parte, un día después, el 10/07/2019 sería puesta en escena ‘Valor, agravio y mujer’ en el mismo espacio escénico y por la misma compañía, si bien esta vez con la dirección de Marta Poveda.
Ana Caro de Mallén
De Caro de Mallén, por la Biblioteca Nacional de España conocemos que fue una escritora andaluza del Siglo de Oro, y que tradicionalmente se ha tenido a Sevilla como su ciudad de nacimiento. Investigaciones recientes sitúan su bautismo en Granada, aunque sí se sabe con seguridad que vivió en la capital sevillana. Es muy posible que tuviera origen morisco, y que fuese adoptada por una familia noble, pero, ciertamente su crianza lo sería en un ambiente cultivado… Lo que explicaría que, pese al desconocimiento de cuál fuera su formación, su obra destile amplios conocimientos clásicos, mitológicos e históricos, además de aprecio por autores contemporáneos como Góngora.
Su primera obra aparecería en Sevilla en 1628, y se trata de una Relación sobre el martirio de unos misioneros franciscanos en Japón. Su labor en este terreno fue tan valorada que recibió el encargo de escribir sobre el ‘Buen Retiro’, para lo que se trasladó a Madrid en 1637, donde probablemente conociera a María de Zayas. Y, al parecer, entre sus protectores se encontraban la condesa de Paredes -también mecenas de Sor Juana Inés de la Cruz-, y el Conde-Duque de Olivares, siendo una de las primeras escritoras en recibir un estipendio por su trabajo.
Además de crónicas, también escribió teatro religioso, como la obra ’Loa sacramental’, en la que mostró un gran dominio del lenguaje. La variedad de su estilo la llevó a escribir comedias como ‘El conde Partinuplés’ y ’Valor, agravio y mujer’, de fecha desconocida, en las que otorgó un importante papel a los personajes femeninos. En estos dos títulos queda bien patente una sutil ironía, y su cariño por los personajes más humildes y, como era habitual en la época, dedicó poemas a varios escritores ilustres, además de escribir elegíacos versos sobre hazañas militares, caso del Romance por la victoria de Tetuán (1633).
Su obra fue recogida en antologías en las que apareció junto a los nombres más importantes de la época: Lope de Vega, Calderón de la Barca o Tirso de Molina. Otros autores destacados valoraron su obra, como la propia Zayas o Vélez de Guevara, quien la incluyó en ‘El diablo cojuelo’. Su última obra publicada apareció en ‘Laurel de Comedia’ (1653), aunque seguramente para entonces ya había fallecido, probablemente a causa de la epidemia de peste que sufrió Sevilla en 1646. Esto explicaría que muchas de sus obras fueran quemadas, siendo la causa de que la mayor parte de sus libros se haya perdido.
La obra
La directora del montaje, Beatriz Argüello, establece que “Ana Caro de Mallén nos ofrece en ‘Valor, agravio y mujer’ un mundo donde la herencia del patriarcado comienza a tambalearse, donde la mujer, aun viviendo en él, es capaz de vislumbrar nuevas maneras y nuevos horizontes. Doña Leonor todavía se debe transmutar en Leonardo para conseguir su objetivo, pero es precisamente en este hecho, donde encuentra la libertad del juego como motor de la acción dramática. La mujer/hombre vive en el riesgo, en el borde del acantilado, en la frontera de su propia consciencia. En secreto. Sin ser vista”.
Doña Leonor viaja a Flandes para saldar una deuda con Don Juan, con la muerte o con el amor. Ella sabe que las deudas adquiridas perduran en el alma como cicatrices imborrables, y no está dispuesta a que cristalicen. Sabe, además, que todos somos responsables de lo que hacemos, pero también de lo que omitimos. “Y allí encuentra a Don Juan, esclavo de su propio mito, y ejerciéndolo como es debido con otra mujer. Es entonces cuando nuestra heroína modifica el sufrimiento en juego, el dolor en ingenio y el bloqueo en velocidad”.
Y es entonces cuando, según Beatriz Argüello “la maquinaria de sus enredos se pone en marcha dinamitando el ego de su enemigo amado. Doña Leonor, en la acción de desdoblarse en Leonardo, aprenderá a amarse a sí misma, y transformará la ‘mancha’ de la deshonra femenina en virtud, liberándola de las ataduras de la vieja tradición patriarcal”. De tal manera, que ya no le hará falta matar al que la agravió: finalmente aprende que la virtud y la dignidad no necesitan ser restauradas por el otro, sino por uno mismo.
Prodigiosamente, Ana Caro de Mallén decide que triunfe el amor, y decide igualmente que Doña Leonor acepte a Don Juan… Después de todo, porque es capaz de verlo con ojos nuevos en cada instante que pasa. Doña Leonor ha sido capaz de darse cuenta, de que a través del valor puede dejar de sentirse agravio alguno, en lo más profundo del alma de una mujer.
La función
La obra no es un estreno absoluto en Almagro, y aparte de la función de 2019 ya citada (que no fue de la CNTC), ha estado en cartel en el ‘Teatro de la Comedia’ de Madrid, del 13 de abril al 4 de junio pasado, donde cosechó éxitos parecidos a los del ‘Teatro Marsillach’ de Almagro, porque no en vano la directora se ha rodeado de un equipo artístico excepcional, que ha sabido plasmar a la perfección la esencia de la obra. Empezando por la sensacional escenografía de Carolina González -una auténtica delicatesen-, el fabuloso y original vestuario de nuestra paisana Rosa García Andújar, la espléndida iluminación de Paloma Parra -cargada de poesía- y la afinadísima partitura musical de Luis Miguel Cobo.
Además, cabe destacarse el maravilloso movimiento escénico -obra de Pau Arán– que tiene su clímax en la espléndida escena final, con todos los actores deslizándose por una especie de tablero de ajedrez (un juego escénico de pura belleza). Y, desde luego, la fabulosa labor de Jesús Esperanza como maestro de esgrima. Brillantes, creíbles y llenas de verosimilitud las escenas de lucha de espadas, que parecen sacadas de una película por su ritmo y espectacularidad.
En la línea de la CNTC, la función se desarrolla con enorme pulcritud, decorados bien estudiados, sencillos, versátiles y polivalentes, un hermoso vestuario y una perfecta dicción de los complicados versos de Ana Caro, con frecuentes y largos monólogos y clarificadores ‘apartes’. La pléyade de jóvenes actores y actrices mantienen la atención en todo momento, cuyo mejor premio es el largo y sostenido aplauso cosechado.
‘Valor, agravio y mujer’
CNTC Compañía Nacional de Teatro Clásico. Ana Caro de Mallén. Versión: Juana Escabias. Dirección: Beatriz Argüello
Ficha Artística-Técnica
Escenografía
Carolina González
Iluminación
Paloma Parra
Vestuario
Rosa García Andújar
Creación musical
Luis Miguel Cobo
Movimiento escénico
Pau Arán
Asesoría de verso
Ernesto Arias
Maestro de esgrima
Jesús Esperanza
Ayudante de dirección
Amparo Pascual
Ayudante de escenografía
Lucía Ríos González
Ayudante de iluminación
Paloma Cavilla
Ayudante de vestuario
Milagros González
Reparto
Lucía Barrado
Pablo Gómez-Pando
Jesús Hierónides
Ignacio Jiménez
Natalia Llorente
Luis Moreno
Julia Piera
Paco Pozo
Sol Vicente
