POR MANUEL PELÁEZ DEL ROSAL, CRONISTA OFICIAL DE PRIEGO DE CÓRDOBA.
Tiene la provincia de Córdoba 77 municipios y en la mayor parte de ellos existen uno o varios cronistas oficiales nombrados por sus respectivos consistorios. Tiene asimismo la provincia un patrimonio de castillos de primera categoría, sin contar el Alcázar de los Reyes Cristianos, que es todo un referente a escala nacional.
Pues bien, estas dos circunstancias la cronística y la castillera se han concitado para rendir un homenaje singular al cronista oficial de Córdoba, Julián Hurtado de Molina y Delgado, que también lo es de la población de El Carpio, y que a su vez es el presidente del Instituto Andaluz de los Castillos, digno sucesor de la Asociación andaluza de Amigos de los Castillos.
No es ésta la ocasión más apropiada para entonar un canto de alabanza a la Revista “Castillos de Córdoba”, ahora ya en su quinta edición, en donde se recogen puntualmente las memorias de las actividades de sus anuales ejercicios, en virtud del convenio suscrito al respecto con la Diputación Provincial, y entre las cuales conviene resaltar la celebración del “Día Provincial de los Castillos” y la institucionalización del Premio “Castillos de Córdoba, amén de la formación del fondo bibliográfico especializado depositado en la Biblioteca de El Carpio. Pero sí constituye una coyuntura oportuna para glosar el acto de la dedicación de una lápida descriptiva en memoria de Julián Hurtado de Molina en su doble condición de cronista de Córdoba y de presidente del Instituto andaluz de los Castillos, y en cuyo texto se insertan en su pie tres logos, el del Ayuntamiento de Córdoba, el de la Diputación de Córdoba y el del propio Instituto Andaluz de los Castillos.
La motivación que justifica el descubrimiento de esta inscripción en la calle Ronda de los Tejares, 18-20 de la capital, resume en pocas palabras todo un conjunto de acción proteica y versátil:
“En reconocimiento a su labor de promoción de nuestro patrimonio cultural”.
Los parlamentos pronunciados con tal acontecimiento, acaecido el pasado 17 de mayo, ante una fervorosa concurrencia de familiares, amigos y medios de comunicación, (no podía faltar la presencia de la alcaldesa de El Carpio), por los máximos representantes a nivel local, el alcalde Sr. Bellido, y a nivel provincial, el presidente de la Diputación, Sr. Ruiz, no dejan resquicio alguno para otra interpretación y anuencia unánime: la labor llevada a cabo por el homenajeado no admitía ni más demoras, ni otras disquisiciones.
El alcalde de la ciudad ponderó el conocimiento de la labor llevada a cabo para el conocimiento de nuestra historia, y el presidente de la Diputación puntualizó que el trabajo del cronista lo convierten en un “estratégico aliado de la provincia”, y uno y otro significando el valor de la acción “en la promoción turística de nuestros pueblos”.
Pero el lacónico contenido de la lápida admite otra lectura teleológica, más allá de la meramente textual. Acudimos para ello a los clásicos en donde se residencia la auténtica filosofía de la cultura. El “Honos alit artes”, expresión ciceroniana con su trasunto senequiano “Laus alit artes”, admite una interpretación más extensiva: “El honor hace más grandes las acciones”.
Traducida de su versión original quiere decir que la lápida, no solo reconoce la motivación al homenajeado, sino que el mismo hecho de la dedicatoria hace mayor su objeto y lo sobredimensiona, más allá de la lectura simplista de su escueta y concreta rúbrica, bajo la que subyace su extraordinaria labor de promoción del patrimonio cultural.
Fuente: Archivo del cronista y prensa provincial