El colectivo riosellano El Garabatu celebraba ayer su tertulia número cien y junto con la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Ribadesella decidió convocar una reunión de cronistas oficiales asturianos para conocer más detalles de este grupo de personas que son «algo más que quijotes románticos que sirven para pregonar las grandezas del pasado». Y unos cuantos cronistas de la región acudieron a la cita.
La gran pregunta pasaba por averiguar cuántos son los cronistas oficiales en Asturias y cuáles son sus funciones. La Real Asociación Española de Cronistas Oficiales asegura en sus páginas que los cronistas asturianos son 17, pero hay bastantes más. Y ¿a qué se dedica un cronista oficial?
El cargo es gratuito, no cuenta con remuneración alguna, y por lo tanto no lleva aparejada ninguna obligación. Esto no es impedimento para que algunos cronistas oficiales realicen numerosos trabajos y actividades sobre muy variados asuntos del municipio al que representan. Por otra parte, resulta cada día más frecuente que estos cronistas reciban advertencias, o sufran interferencias, de personas o sectores que pretenden convertirlos en vasallos o intentan utilizarlos en beneficio de sus propios intereses. Eso sí, el nombramiento de un cronista oficial lo hace cada ayuntamiento en sesión plenaria y suele recaer en personas que se han distinguido a lo largo de su vida profesional en labores de difusión, investigación o estudio relacionadas con la población.
De los diferentes concejos de la comarca, solo Parres, Piloña, Ribadesella, Colunga y las dos Peñamelleras cuentan con cronista oficial. En Llanes, como casi siempre, no se sabe si hay dos, uno o ninguno, aunque existe una sentencia ordenando reponer en el cargo al depuesto José Ignacio Gracia Norieg en detrimento de Manuel Maya Conde.
Un cronista oficial apasionado con su labor es Francisco Rozada, de Parres, quien aseguraba ayer que el cargo «me emociona y bastantes noches me dan las tres de la mañana buceando en los archivos». También explicaba que «nuestra función es la de transmitir una narración transparente, fidedigna y ecuánime de los hechos, así como defender la democracia y la libertad de expresión frente a trayectorias oscurantistas de épocas pasadas». Rozada, que desde 2012 ya ofreció seis pregones en las fiestas de los pueblos y tiene preparados otros tres, comentaba que «la gente se queda asombrada cuando les pongo en valor a personajes o monumentos de su propio entorno que desconocían». Confirmó que todos los gastos corren de su bolsillo, lo que le permite trabajar con independencia: «Me llevo bien con todos los partidos políticos de Parres, escribo de lo que quiero y el cargo me abre las puertas para investigar en cualquier archivo».
«Es un título honorífico»
El cronista de Ribadesella, Lorenzo Cordero, que este año fue galardonado con el premio ‘Farín’, concedido por la Asociación Cultural Amigos de Ribadesella, y el ‘Manos Curtidas’, que otorga El Garabatu, sostiene que el cargo de cronista oficial «es un título honorífico en virtud de los méritos acumulados hasta el momento del nombramiento». En consecuencia, no lleva aparejado «que pases a convertirte en un amanuense municipal, un amanuense oficial que cante las glorias del imperio». Para Cordero, ser cronista oficial «no te cambia en nada. Sigues siendo lo que eras». «Soy cronista de Ribadesella desde 2001 y a la hora de nombrarme reconocían mis méritos por lo que hice. Lo que hice ya esta hecho, por lo que no tiene sentido convertir al cronista en un mito», concluía.
Fuente: http://www.elcomercio.es/ – Guillermo Fernández