VENDEDORES AMBULANTES
POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (PRINCIPADO DE ASTURIAS).
Poco se dejan ver aquellos vendedores ambulantes, mercachifles o buhoneros, que se anunciaban con una flauta de pan y gritaban: “¡Afilador y paragüero!”, “¡El calderero!”, “¡El ajero!” o “¡Empanadas de carne y de pescado!”, como decía Alberti. Mercachifle viene de mercar, vender, y “chifle” de su silbato de varios tonos; buhonero viene de la onomatopeya “buff”, al dar tanto bombo a un modesto servicio. Esta mañana escuché: “¡El montañeroooo!”; así se desgañitaba una señora con atillo, piolet y cuerda cruzada al hombro. Salí de casa, fui tras ella y… ¡buff!, le compré toda la mercancía.