POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
EL CRONISTA DE LA GRANJA. Llevo recortados en la mochila los artículos publicados en este periódico por Eduardo Juárez Valero, reciente Cronista Oficial de La Granja de San Ildefonso. Son tan detallistas, tan puntillosos, tan instructivos, que aprendo con ellos a dar nombre y a adjetivar consecuentemente las yerbas, plantas, árboles, arbustos, aves e insectos, vertebrados e invertebrados, mamíferos y no mamíferos que me encuentro por los senderos del Guadarrama abajo. Y es que hasta la fauna y la flora más elementales las desconocemos; ciertamente muchas veces no acertamos a distinguir una retama de un quejigo, una celinda de una violeta, un saúco de un enebro, un fresno de un aliso, un avión de una golondrina, un hurón de un ratón vulgar o topillo… Y así continuaría hasta el infinito. Generalizamos por comodidad o ignorancia y a toda ave que vuela la denominamos pájaro y a todo bicho que se arrastra serpiente o simplemente eso, bicho. Y no, no basta. Hay que buscar la nominación precisa. ¡Quién fuera Adán, mecachis en la mar, en este paraíso de la Sierra!
EL GABRIEL MIRÓ DE EL ESPINAR. Otro fabuloso observador y descriptor es Alberto Martín Baró desde su observatorio privilegiado de El Espinar. El superbueno de Alberto publica ahora “Fuera de programa”, gavilla o manojo de reflexiones y retratos ya “adelantados”, que he tenido la fortuna de prologar por su deseo expreso. De él, entre otras cosas, digo: “Sopesa las palabras y las coloca con su medida, sentido y contenido exactos en el muro de los renglones; usa una prosa azoriniana límpida, y su pensamiento se transparenta en ella como el sol en un cristal”.
EL BRUJO DESTROZA EL ASNO DE ORO. Todo lo contrario del par de ejemplos que acabo de exponer es el trabajo de Rafael Álvarez El Brujo en su representación de El asno de oro, novela-río inmarcesible de mi tocayo Lucio Apuleyo. El Brujo la destroza con gracietas personales chabacanas y el texto original brilla por su ausencia, despojado de la imaginación y la magia que le imprimió el autor latino y que por eso mismo se convirtió en clásico, modélico. Yo me escapé a verlo en el teatro monumental de Mérida y estoy seguro de que las piedras milenarias se sonrojaron conmigo esa noche. La “versión” de El Brujo no es ni clásica, ni griega, ni romana. Vamos, que eso es lo que hubiera certificado nuestro helenista y latinista más preciado, Francisco Rodríguez Adrados, de haber estado allí, pero prefirió quedarse a descansar y escribir en su Turégano familiar.
EL TURISTA ACCIDENTAL DE SEGOVIA. Tiene pero que muchísima razón el sesudo y perspicaz periodista Miguel Velasco cuando le propone a la Diputación segoviana la celebración de grandes eventos culturales e históricos para la promoción turística internacional de la ciudad del acueducto. Que los necesita, a fin de integrarse en los circuitos y flujos de los turoperadores mundiales ¿Cómo cuáles? La proclamación de la princesa Isabel como Reina de Castilla, El Sinodal de Aguilafuente como origen de la imprenta en España, la presencia de Antonio Machado y la acuñación de monedas en la CECA. Confío en que Vázquez y Monsalve, sus responsables, se lo piensen y tomen en consideración.