POR JUAN FRANCISCO RIVERO DOMÍNGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS BROZAS (CÁCERES)

Tiene Antequera este año de 2017 una singularidad y es que el New York Times considera que es uno de los 52 lugares que ha de visitarse a lo largo y ancho del mundo, por haber sido elegida como Lugar Patrimonio de la Humanidad por sus singulares dólmenes y por su no menos especial Torcal, como hace dos años el periódico neoyorquino hiciera lo mismo con la ciudad de Cáceres, también Patrimonio de la Humanidad y que en 2015 ostentaba además el título de Capital Española de la Gastronomía. El autor de este reportaje tiene a gala haber conseguido, en 1996, para la capital extremeña el premio “Pomme d’Or”, galardón que concede la Federación Mundial de Periodistas de Turismo.

Es fácil llegar hoy a Antequera desde Madrid, ya que dispone de una estación de Ave, la llamada “Santa Ana”. En breve, se dará la circunstancia de que esta ciudad malagueña será la única en España que cuente con dos estaciones AVE, La que hace el recorrido Madrid Málaga y la del eje que cruza de Sevilla a Granada.

Viajar hasta Antequera supone la obligación de visitar el recinto de los maravillosos dólmenes, comenzando por el Dólmen de Viera, el de Menga y el cercano “tholos” de El Romeral, a los que el Comité del Patrimonio Mundial en su cuadragésima reunión, celebrada en julio de 2016 en Estambul decidió inscribir al Sitio en la Lista del Patrimonio Mundial, acompañando a estos tres elementos líticos prehistóricos el lugar kárstico de El Torcal y la Peña de los Enamorados, de tanta influencia en las tumbas dolménicas.

Los argumentos dados por la UNESCO para declarar este sitio Patrimonio Mundial es que “se trata de una de las más antiguas y originales formas de monumentalización paisajística mediante la integración de arquitectura megalítica y naturaleza que se conoce en la Prehistoria mundial, datado en el IV milenio antes de Cristo”. Estos monumentos son de tanto interés como los famosos Stonehenge, en el Reino Unido o Carnac, en Francia. El Dólmen de Menga ya era reconocido como Monumento Nacional desde 1886.

Estos monumentos megalíticos fueron dedicados por estas culturas a enterramientos colectivos. Pertenecen al período del Neolítico final; el de Viera, de una antigüedad de 4.500 años. Existe una comunicación desde el exterior a través de un corredor, que en el de Viera hace que en los solsticios el sol entre hasta la profundidad de la cámara mortuoria, con todo lo que esto supone para el misterio de la muerte. El de Menga es mucho más grande y más antiguo, Está datado de hace 5.700 años. En este caso, el corredor mira hacia la famosa Peña de los Enamorados, con cara de mujer echada hacia arriba. En cuanto al Dólmen del Romeral, no existen grandes piedras en su corredor, sino pequeñas colocándose en forma de mampostería, unidas mediante masa. Tiene una singular técnica para cerrar su cúpula, denominada Tholoi que consiste en ir cerrando a base de piedras la cúpula, una singular técnica constructiva, muy adelantada para su tiempo. Cuenta con “tan sólo” 3.800 años de antigüedad.

El Torcal

Uno no puede irse de Antequera sin ver el Torcal, que contiene una de las mejores formaciones de paisaje kárstico de Europa en menos de 12 kilómetros cuadrados. Hubo población en la zona desde la Prehistoria como lo demuestra lo hallado en la Cueva del Toro. Los romanos usaron sus piedras calizas para la construcción de villas próximas, como las de Antikaria, Osquia o Nescania. La zona más alta del Torcal es el Camorro de las Siete Mesas, con una altitud de 1.366 metros sobre el nivel del mar. Merece verse también el popular Tornillo, muy cercano a la carretera que une con la ciudad.

El Torcal ha tenido hasta hace poco una actividad agroganadera que ha impedido a la vegetación su crecimiento natural. Desde hace años, la mayor parte del terreno es de propiedad pública de la Junta de Andalucía que permite iniciar la restauración de tan singular enclave, visitado anualmente por miles de personas de manera gratuita por lo que debe limitarse su entrada. Centro de Interpretación de la Naturaleza Tfº 952 24 33 24 y 617 44 47 72.

Esta ciudad, verdadero corazón de Andalucía, donde se iba a instalar en su día la capital de esta región, por ser el cruce de camino entre Sevilla y Granada y Málaga y Córdoba, fue reconquistada a los árabes en 1410 por el Infante don Fernando de Antequera, que tiene una estatua ecuestre en la Plaza del Coso Viejo, que delimitan el Palacio de Nájera, un precioso museo municipal y el convento de Santa Catalina de Siena. En el primero se pueden ver dos preciosas estatuas: La romana del Efebo de Antequera y el San Francisco de Asís, de Pedro de Mena.

Tras visitar sus numerosas “iglesias blancas y gongorinas”, en palabras del poeta Gerardo Diego, el viajero tiene que subir a la Alcazaba, y que junto a la desacralizada Colegiata, conforman un conjunto histórico artístico que merece la pena visitar, sobre todo para poder participar de algún encuentro teatral con los numerosos personajes históricos de la villa; en mi caso concreto fue la enamorada Jarifa, que junto al cristiano amado se suicidaron desde lo alto de la Peña de los Enamorados.

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No se puede dejar de mencionar la singularidad de la gastronomía de esta ciudad, con la famosa porra antequerana, el pío antequerano, el bombón de queso de cabra malagueña o tortillitas de bacalao con miel de Frigiliana, que este cronista pudo degustar en los restaurantes de la Plaza de Toros, en el Mesón Dehesa Las Hazuelas y El Escribano, éste enfrente de la Real Colegiata, junto al Arco de los Gigantes, el primer museo arqueológico al aire libre de Andalucía.

Muy singular y recomendable el Hotel Coso Viejo, con precioso patio a la entrada.
Para más información, visitar la página turística de Antequera: www.turismo.antequera.es

Fuente: GLORIOSA GACETA DEL MESTER. Abril, 2017