POR SU LABOR HISTORIOGRÁFICA Y ACADÉMICA MERECE SER CONSIDERADO UNO DE LOS PUNTUALES DE LA INVESTIGACIÓN HUMANÍSTICA DE SU TIEMPO
Vicente Ramos es mucho más que uno de los grandes intelectuales de la provincia de Alicante en el siglo XX. Por su labor historiográfica y académica merece ser considerado uno de los puntuales de la investigación humanística de su tiempo, tanto en el campo de esas disciplinas en sí como en el estudio de grandes figuras de la literatura inmediatamente anteriores a él. Pero además, muy probablemente nadie más que él destaque en la defensa de la provincia, no ya como entidad administrativa, sino como identidad. Vicente Ramos representa toda una forma de sentirse alicantino, llevada a todas las facetas de su vida. Puede afirmarse que el historiador e investigador sentía Alicante y así lo plasmaba en cuanto hacía. Y por ello no sólo tuvo un amplísimo y diverso reconocimiento a lo largo de toda su carrera profesional y académica, sino que constituye un referente indispensable en el estudio de la provincia. También, cabe decir, en el plano político, puesto que determinados planteamientos de Vicente Ramos en cuanto al papel de la provincia en su contexto geográfico acabaron conformando una base ideológica, alicantinista por una parte y contraria a la unidad entre valenciano y catalán por otra.
Vicente Ramos Pérez nació en Guardamar del Segura el 7 de septiembre de 1919. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Valencia, y posteriormente se doctoró en Madrid; también cursó estudios de Derecho en Murcia. Muy pronto comenzó a destacar entre los intelectuales de su tiempo, investigando sobre tres autores de referencia icónica en la literatura alicantina: Azorín, Miguel Hernández y Gabriel Miró. Acerca de este último, en 1944 recibió la propuesta, por parte del fundador y director de la Caja de Ahorros del Sureste de España, Antonio Ramos Carratalá, de crear una biblioteca específica sobre él. Esa biblioteca se creó finalmente en 1952, pero no solamente se centró en el estudio de Gabriel Miró, sino que se convirtió en una institución cultural y de investigación en general, y que fue creciendo con el tiempo. Vicente Ramos estuvo al frente de ella durante tres décadas, hasta 1983.
La obra literaria de Vicente Ramos fue muy prolífica, tanto desde el punto de vista de la producción como de la difusión, ya que no sólo escribió poemarios propios, sino también estudios de investigación, como “Vida y obra de Gabriel Miró” (1952), centrada en este autor –a quien también dedicó su tesis doctoral–, además de “Vida y teatro de Carlos Arniches”, y “El Teatro Principal en la historia de Alicante”, así como “Literatura alicantina I (1889-1939”, con la que en 1965 ganó la primera edición del Premio Azorín de Novela, convocado por la Diputación de Alicante. Además, promovió la creación de revistas literarias, como ‘Sigüenza’ (1950) –inspirada también en Gabriel Miró– y ‘Verbo’, entre otras. En 1968 ingresó en la Real Academia de la Lengua Española, con Camilo José Cela, Pedro Laín Entralgo y Luis Rosales como padrinos. Dos años antes, en 1966, ya había ingresado en la Real Academia de la Historia.
La investigación historiográfica de Vicente Ramos fue siempre de la mano de la literaria. Fue presidente del Instituto de Estudios Alicantinos –antecedente de lo que hoy es el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert–, y la provincia siempre estuvo presente de una u otra forma en su obra. Ejemplos de ello son ‘Historia de la provincia de Alicante y su capital’, publicado en 1971, y ‘La Guerra Civil en la provincia de Alicante’, obra compuesta por tres tomos que vieron la luz entre 1973 y 1974, entre otros muchos títulos, tanto de temática general como especializada en algún campo concreto. En esos años, además, Alicante se convirtió para Vicente Ramos en una pasión llevada incluso a la política, más allá de un área de investigación.
Defensor de la identidad provincial, destacó por sus posturas contrarias al nacionalismo y al valencianismo defensor de promover vínculos con Cataluña. Una muestra muy significativa de ello es su libro ‘Pancatalanismo entre valencianos’, publicado en 1978, y un gran número de artículos publicados en prensa por entonces. Se mostró partidario de que la provincia de Alicante formara parte de una autonomía llamada “del Sureste” junto con las de Murcia y Almería. Estas convicciones le llevaron a crear un partido alicantinista, pero al no cuajar en términos electorales se integró en Unión Valenciana. Fue escogido diputado en el Congreso por este partido en 1982, aunque un año después pasó al Grupo Mixto. Al final de esa legislatura, en 1986, abandonó la política activa.
Con posterioridad siguió publicando estudios sobre la provincia de Alicante, de la que había sido nombrado cronista oficial. Los títulos más destacados son ‘Historia parlamentaria, política y obrera de la provincia de Alicante’, publicada entre 1988 y 1992, y ‘Alicante en el franquismo’ (1992-1994). Su última gran obra fue ‘Historia de la Diputación de Alicante’, publicada también en varios volúmenes entre 2000 y 2002. A comienzos de esa década aparecieron dos biografías sobre su vida y obra, ‘Vicente Ramos Pérez: semblanza’ (2003), de Martín Sanz, y ‘Vicente Ramos: Alicante’ (2004), de Luis Beresaluze Galbis. El título de esta última refleja la gran significación que alcanzaba la provincia para Ramos. Tiempo después, en junio de 2010, el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert también editó una biografía de Vicente Ramos, titulada ‘Vicente Ramos, testigo de Alicante’ y realizada desde el Grupo de Estudios de Actualidad de la institución.
Ésa fue la última aparición en público de Vicente Ramos. El escritor, historiador y académico falleció el 2 de junio de 2011. Tras su muerte, su biógrafo Luis Beresaluze recordó desde las páginas de INFORMACIÓN la importancia que Alicante tuvo para el autor desde el principio hasta el final de su obra, y lamentó que las instituciones no le brindaran una despedida con los honores merecidos, máxime teniendo en cuenta todos los reconocimientos que había recibido en vida. Además de los ya citados, Vicente Ramos era también cronista oficial de la provincia de Valencia, así como Hijo Adoptivo de Alicante y El Castell de Guadalest, además de Hijo Predilecto de Guardamar del Segura. Además, en 2006 había recibido la Medalla al Mérito Hernandiano de la Fundación Miguel Hernández.
Fuente: http://www.diarioinformacion.com/ – Antonio Teruel