POR ILDEFONSO ALCALÁ MORENO, CRONISTA OFICIAL DE JÓDAR (JAÉN)
La colección pictórica desconocida de la Iglesia de la Asunción de Jódar (1): EL CUADRO DEL CALVARIO.
En el ático del retablo de Nuestro Padre Jesús Nazareno, se puede admirar el magnífico lienzo del Calvario, datado en el siglo XVIII, existen dos hipótesis sobre su origen. la primera es que perteneció al primitivo retablo de San José; la segunda, es que también pudo ser el que coronaba el ático del Altar Mayor.siendo restaurado por José M.ª Balboa en 1991. Fue donado en 1939 por Paz Fernández Moreno, para el altar Mayor. Por las técnicas está atribuido a la saga de artistas ubetenses García Espantaleón.
Sin embargo, hay un documento muy interesante sobre esta obra. En el tomo 1357 del escribano D. Pedro de Mesa Vílchez hay un testamento de Isabel de Herrera Lorite, viuda de Francisco Cortés fechado el 26 de febrero de 1778, en el mismo se nos habla del primitivo retablo de San José.
En el mencionado testamento Isabel de Herrera, dice que “un cuadro con marco dorado con la SSma. Efiguie del Sor del Monte Calvario se coloque en el Altar que llamaban del Sor San Josef que hizo hacer con su marido y a nuestra costa un retablo de talla y asimismo compramos y tengo siete varas de raso liso carmesí, un carruchón y traílla para poner el Belo de dha. lámina lo que no se efectuó por causa de la obra que se entabló y está siguiendo de la Capilla Maior”.
El cuadro sigue una línea tenebrista para plasmar el momento de la expiración de Cristo en la Cruz, cuya mirada se alza al cielo, en un cuerpo de sinuoso movimiento, caracterizado por ese sudario etéreo, que rompe el oscuro cielo. A los pies arrodillada la Imagen de Santa María Magdalena de ricos ropajes y broches, que da luz a la escena. En los laterales, a la izquierda la Virgen María y San Juan, ella mirando al cielo y él a la Virgen. La Virgen extiende sus manos, una en señal de misericordia hacia su hijo y la otra señalando a la Magdalena. San Juan lleva las manos juntas. En la mitad derecha se ven de pie a las dos Marías: María de Cleofás y María Salomé, las dos mirando a Cristo, una de ellas con las manos unidas. Al fondo se ve un paisaje con la ciudad de Jerusalén, entre montañas y el cielo oscuro por el ocultamiento del sol. El cuadro necesita una consolidación de la obra, dado el mal estado de la parte superior, siendo recortado para encajarlo en su actual ubicación en 1992.