POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Es uno de mis artículos de colaboración con la Revista de Feria y Fiestas Patronales de Montijo 2019, como Cronista Oficial. Las cuatro vidrieras que hay en la ermita de la Patrona de Montijo fueron adquiridas por la familia Thomas (don Ruperto y doña Josefa) en la segunda década del siglo XX. Efigian La Anunciación, Presentación en el Templo, Asunción (coronación de la Virgen) y la aparición de Virgen de Barbaño a un pastor a orillas del Guadiana.
Las vidrieras de la ermita de Barbaño, recientemente, han sido atribuidas a la prestigiosa Casa Maumejean que tuvo sus orígenes en Francia desde 1860, cuando Jules Pierre Maumejean, a la edad de veintitrés años, establece en Pau su primer taller. Los talleres de Jules abastecieron de vidrieras a un buen número de edificios religiosos, civiles y casas particulares. Sus contactos con los círculos madrileños le proporcionaron numerosos encargos y le llevaron a convertirse en el pintor vidriero oficial de la Casa Real de Alfonso XIII.
El arte de las vidrieras es esencialmente dinámico, es un arte de la luz, que cobra energía por medio de la relación con la luz y cambia según la hora del día, las estaciones y el tiempo. Lástima que, debido a la orientación de la ermita, el fenómeno de la luz intangible sólo pueda apreciarse con más intensidad en la vidriera de la aparición de la Virgen de Barbaño a un pastor a orillas del Guadiana, que antes ocupó el camarín de la Virgen cuando ésta tuvo retablo.