POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
En algún sitio leí, hace de esto mucho tiempo, que la coincidencia de un viernes-13 con una luna llena es presagio de desgracias, malas noticias, enfermedades… Y si esto sucede en enero, como es el caso de hoy, pues eso: gripes y más gripes.
Los viernes en general, y los viernes 13 en particular, fueron objeto de advertencia en nuestro refranero:
.- Péinate en viernes y tendrás piojos y liendres.
.- En viernes ni en martes ni tu casa mudes ni tu hija cases
.-En viernes ni en martes ni te cases ni te embarques ni de tu casa te apartes.
¿Es bueno o es malo creer en supersticiones?
En el viejo Catecismo del P. Astete se decía que peca contra el primer mandamiento el que cree en agüeros o usa de hechicerías y cosas supersticiosas…; pero la realidad es que todos debemos ser un pelín pecadores porque, si no supersticiosos, sí somos «precavidos» ante determinados signos «proféticos».
Les cuento una cosa. «Un cuentu que non ye cuentu, si no un cuentu que ye verdá».
Fue Burrus Frederick Skinner (él firmaba como B.F. Skinner para evitar lo de Burrus), el autor del magnífico libro Walden Two, un gran psicólogo americano ceador de la teoría conductista del aprendizaje; teoría y praxis que yo utilicé durante años si bien con resultados no excesivamente satisfactorios.
Él había enseñado a unas palomas que para comer debían previamente picotear varias veces en una palanquita existente en la jaula. Observó que si a la jaula llegaba alpiste sin previo picoteo de la palanquita, las palomas se «inventaban algún rito» antes de gozar de su alimento. Un rito repetitivo que Skinner denominó TEORIA DE LA CONDUCTA SUPERSTICIOSA.
Parece ser que esa conducta es consecuencia de cierta disfunción generada en el lóbulo temporal del cerebro, que «obliga» a quien la padece a usar de ritos, rezos, invocaciones… antes de abordar un proyecto. Es como invocar a Santa Rita, patrona de los imposibles, o a San Pancracio en busca de trabajo.
Pues en estas estaba cuando veo en TPA una entrevista realizada en Taramundi, municipio suroccidental asturiano, a Consuelo Rodríguez Cotarelo, dueña y jefe de cocina del Hotel Restaurante Taramundi. Estaba promocionando las CHULAS que allí se elaboran.
¡Ay, demonios!, me dije.
Esta dulcería es ni más ni menos que los MIÑUELOS de Tineo, los BUÑUELOS DE LECHE de Salas, las JUANGUILLAS DE QUEL (La Rioja), y las CHULAS DE GALICIA.
¡Claro!
Taramundi y Galicia, en mutuo abrazo de paisaje, tradiciones y costumbrismo.
Así las elabora Chelo:
Bate media docena de huevos con un poco de azúcar y añade miga de pan de hogaza, amasando con las manos, hasta formar una masa entre compacta y ligera. Con porciones de esta masa moldea un modo de croquetas, o de tortas, que fríe en aceite de oliva. Las lleva a una cacerola donde está hirviendo leche con azúcar, corteza de limón y una rama de canela. Cuecen durante un buen rato y se llevan a una fuente bañadas con «el almíbar de leche».
¿Saben una cosa?
En Galicia también hacen CHULAS DE ARROZ CON LECHE. Preparan un arroz con leche espeso. Enfría y con él forman las croquetas o las tortitas, rebozan en huevo y pan rallado, fríen en aceite y cuecen en el almíbar de leche.
¿Y saben otra?
En Galicia también las hacen con calabaza.
Pues nada-. Mañana en Morcín.
Pote de Nabos, Casadielles y mucha fiesta.
Yo, en mi casa y con mi gripe «casi superada», disfrutaré con unas CHULAS DE TARAMUNDI, miraré a la luna y le diré ¡Anda ya, que no creo en tu maleficio!