POR MARÍA VICTORIA HERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LOS LLANOS DE ARIDANE (CANARIAS)
En un nicho de cantería de barranco se encuentra en la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios (Los Llanos de Aridane) el Cristo de la Salud, una imagen de proporciones naturales, realizada en pasta de maíz con la técnica de los indios tarascos (México, s. XVI) y unos cuatro kilos de peso que ha despertado a lo largo de su amplia historia una gran devoción.
En Canarias se encuentran catalogados varios cristos de la misma procedencia y técnica. Desaparecidos, por deterioro, el que se encontraba en el convento de San Agustín de Las Palmas y posiblemente otro que se encontraba en la capilla del cementerio de El Paso, del que se desconoce su procedencia. Se conservan el Cristo del Planto (Santa Cruz de La Palma); Cristo de la Sacristía de la Victoria en la iglesia de San Andrés (San Andrés y Sauces); Santo Cristo Difunto (Icod de los Vinos); Cristo de la Misericordia (Garachico); Cristo de Telde (Gran Canaria); Cristo de los Canarios (Ingenio) y el Cristo de la Salud (Los Llanos de Aridane).
El Cristo de la Salud es una joya de la imaginería americana del siglo XVI de proporciones humanas y con un peso de unos cuatro kilos, fue restaurada en el año 2001 tras casi cinco siglos de estancia en La Palma y varias intervenciones. Según el restaurador Pablo Amador Marrero, es la más antigua efigie de los llamados «Cristos de pasta que se conserva en Canarias». Fue una de las de las piezas centrales de la exposición «Arte en Canarias. Siglos XV-XIX. Una mirada retrospectiva» (Gobierno de Canarias 2001), con ese motivo viajó a otras islas. En el catálogo de la misma figura descrito: «Talleres virreinales novohispanos. Papel modelado, caña de maíz. Descortezada, policromado al óleo. 198 x 170 x 46 cms. / siglo XVI».
En 1862 el Obispado Nivariense concedió licencia al abogado y alcalde aridanense Jacinto María Kábana para trasladar la imagen, abandonada en dependencias del antiguo Hospital de Nuestra Señora de los Dolores de Santa Cruz de La Palma, a una capilla que pretendía construir en el lugar del Calvario, a la entrada de la ciudad de Los Llanos de Aridane. La imagen ya estaba documentada desde 1603 en el altar mayor del oratorio del Hospital. Según el Dr. Jesús Pérez Morera, profesor de la Universidad de La Laguna, entre 1643 y 1644 fue intervenida por el maestro imaginero y retablista mexicano, afincado en La Palma, Antonio de Orbarán (1603-1671).
En 1866 el crucificado ya se encontraba en Los Llanos de Aridane. El periódico El Time de 29 de abril de 1866, en referencia a Jacinto María Kábana dice que «…trató de reedificar el Calvario. Para ello abrió una suscripción entre los vecinos, y de este modo se comenzó la obra; pero ya próxima á terminarse, cesó el Sr. Kábana su Alcaldía y nadie ha vuelto á hablar del Calvario, sin embargo, de que muy corta cantidad y en muy poco tiempo quedaría terminado. También debo decir a V. que el Crucifijo que el Sr. Kábana consiguió venciendo la oposición que á esto se hizo, para que se pusiese en el Calvario, se halla en la sala baja de dicho Sr. esperando á que se le pida por alguien para terminar la antedicha obra. Que haga el Sr. Kábana en la misma sala baja un oratorio para darle culto, porque puede estar seguro de que al paso que vamos allí estará el Crucifijo toda la vida».
En 1871 muere Kábana Wangüemert. En el Registro Civil de Los Llanos de Aridane se registra el fallecimiento el dos de abril, natural de Los Llanos, de 49 años de edad, soltero, abogado, con domicilio en la calle La Salud nº 16, hijo de Domingo Kábana y Ambrosia Wangüemert. En ese año el Cristo de la Salud continuaba estando en la sala baja de la vivienda familiar.
Del conocido popularmente por «Cristo de la Salud», por encontrarse en la casa número 22, de antiguo 16, de la calle aridanense «de la Salud», el pueblo cuenta que, durante esta estancia, la vivienda sufrió un derrumbe importante, de la que «milagrosamente» se salvó la imagen, sobre la que no cayeron los escombros. En ese hecho lo devotos vieron un hecho sobrenatural y así lo recuerda la memoria del pueblo y lo ha recogido la prensa.
El 5 de septiembre de 1910 José María Kábana Valcárcel y su tía Juana Kábana Wangüemert donaron el Cristo de la Salud a la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, [previa autorización del Obispado y rubicana por el licenciado Miguel Julia Frio], donde hoy se venera, lo que propició que por esos años también recibiera el apelativo del «Cristo de las Kábana». Aunque esta fecha no viene avalada de momento por ningún testimonio escrito, la información fue divulgada por el investigador palmero Alberto José Fernández García (1928-1984) posiblemente a través de la documentación conservada por los herederos de Pilar Kábana.
En la columna de «Efemérides Palmeras» del periódico Diario de avisos, 20 de mayo de 1955, reseña: «20 abril 1911.- La venerada imagen del Cristo de la Salud, traída a Los Llanos de Aridane por los Sres. Kábana, es trasladada desde el edificio que ocupa la Prisión, dónde ocurrieron casos milagrosos, hasta el domicilio de don Agustín Benítez, en el que permaneció muchos años. Actualmente se venera en la Parroquia Matriz de los Remedios». Confirmando el traslado de la vivienda dónde se encontraba originalmente.
Según los apuntes inéditos del que fuera agente judicial Anastasio León (1905-1985) la donación tuvo lugar el 5 de septiembre de 1910 y la imagen estuvo en la calle de La Salud, hasta que comenzaron las reformas de este inmueble para destinarlo a cárcel del distrito y «después se hizo cargo don José Agustín Benítez para arreglarlo y fue pintado por don Ángel Jiménez, doña Fernanda Pérez y doña Magdalena Carballo, y luego fue llevado a la iglesia». Noticia que corrobora la anterior y posiblemente su fuente fuera los trabajos, en Diario de Avisos 1965, sobre la Semana Santa aridanense de Fernández García.
Por transmisión oral sabemos que el Cristo de la Salud estuvo también, no sabemos fechas concretas, en la casa que fuera propiedad de Dionisio Castro Pestana en la calle del Medio y en el barrio aridanense de Tajuya, hoy La Laguna, concretamente en el inmueble conocido por la Tarangaña, la cual, según los vecinos fue una ermita y en la se encontraba unas piedras talladas, a modo de repisa, para velas u otros usos religiosos. Aún hoy se recuerda por los vecinos los relatos de los mayores y la devoción que se profesaba por los laguneros al que llamaban «el Cristo de las Kábana», el cual sentían como suyo y visitaban en la calle de La Salud y con posterioridad en la parroquia.
La existencia de esa ermita, debió ser privada, en La Laguna viene confirmada por un documento que se conserva en el Archivo Municipal aridanense. Gabriel Lorenzo Duque, presidente de la Junta Municipal del Censo electoral, el 4 de diciembre de 1933 hace saber los locales designados para colegios electorales, diciendo: «Distrito Tercero: Tajuya. Sección primera: Tajuya. El salón escuela de niños de Tajuya, situado en el camino de Los Llanos a dicho pago conocido por Casa de la Iglesia», la descripción del local corresponde a la Tarangaña.
La imagen aparece inventariada por primera vez en el archivo parroquial en 1946, citándose como «Cristo Crucificado, imagen grande de cartón», no figurando aún en el inventario de 1928, aunque en la Semana Santa de este año se procedió a su «bendición» y a realizar su posterior salida procesional el Viernes Santo a las 10 de la noche. En el programa de mano de la Semana Santa de 1928 consta textualmente su «bendición» lo que nos hace suponer fuera el año que realmente ya se encontraba en el templo de Nuestra Señora de los Remedios y posiblemente también el primer año que salió en procesión.
Los años fueron pasando y el Cristo de la Salud continuó estando en la Semana Santa de Los Llanos de Aridane. El Jueves Santos de 1944 figura para las seis de la tarde del lavatorio de los pies y «A continuación saldrá la procesión del Santísimo Cristo de la Salud» y a las 10 de la noche, Oficio de tinieblas». El Jueves Santo de 1947 se programaba «A las 5 de la tarde. – Ceremonia del Lavatorio con sermón. A continuación, procesión del Santísimo Cristo de la Salud» y volvía a procesionar al día siguiente en la Procesión Magna.
Dos años después, el viernes de Dolores de 1949 a las 10 de la noche, saldría «El Santísimo Cristo de la Salud y la Virgen de los Dolores que recorrerán las calles de la ciudad en solemne y extraordinario Vía Crucis…». El Jueves Santo volvía a salir, ahora solo, según consta en el programa después de la ceremonia del Lavatorio «saldrá la procesión del Santísimo Cristo de la Salud» y también lo encontramos en la procesión del Viernes Santo.
En el Jueves Santo de 1955, el Cristo recorrería las calles aridanenses «en su nuevo trono», que es el mismo que utiliza actualmente y acompañado por la Hermandad de Santa Rita de Casia de la parroquia de San Pedro de Argual. El nuevo trono, cuelgas y faroles de bronce se costearon por suscripción pública y fueron sus promotores Vicente Sosa y Luis Gómez Camacho.
El acompañamiento del Cristo fue cambiando, que sepamos le escoltaban en el recorrido procesional la Hermandad de Santa Rita, en otros años por Marías de los Sagrarios y las Hijas de María, las Señoras de Acción Católica, y por último la Hermandad del Santísimo.
La imagen de rasgos marcadamente de un indígena americano también la encontramos en otras manifestaciones religiosas aridanenses. Por la devoción de Justo Hernández Pérez, “que tenía prometida al Cristo de la Salud», se celebró el domingo 20 de septiembre de 1942 una «Fiesta en honor al Cristo de la Salud […] por el que tanta devoción sienten los fieles de la Parroquia de los Remedios», con una función solemne en la parroquia, cantada por el coro del colegio Amor Misericordioso regentado por religiosas dominicas. Por la tarde salió en procesión la imagen que recorrió la calle Real (Generalísimo Franco) y la calle de La Salud (José Antonio), calle dónde estuvo muchos años la imagen y dio lugar a su apelativo [Diario de avisos 17 de septiembre 1942. p.4]. Justo Hernández (Justo el de las guaguas) y su esposa, domiciliados en la calle de La Salud y por ende «vecinos» del Cristo cuando se encontraba en el nº 22, habían hecho la promesa por el restablecimiento de una hija gravemente enferma. Debió coincidir esa misma fiesta por devoción particular con la boda entre Olga Pereyra Jaubert y Silviano García Muñoz quienes contrajeron matrimonio en el Altar Mayor, «y ante la imagen del Cristo de la Salud», según Diario de avisos el 26 de septiembre de 1942, p. 2.
El culto al Cristo fue diverso y el uno de noviembre de 1955 es llevado al cementerio parroquial, «después de la misa de once y es dejado hasta el día 2 de noviembre, día de los fieles difuntos». Ese día preside una misa de difuntos de madrugada en el campo santo, siendo cura párroco Santiago Hernández Rodríguez.
La fragilidad de la imagen obligó a ser retirado de la Semana Santa y ser restaurado en 2001. En el año 2003, después de décadas de ausencia, volvió a procesionar por las calles de la ciudad bajo un profundo recogimiento y devoción, a primera hora del Viernes Santo, recorriendo el Vía Crucis urbano, acompañada por el redoble emocionado de una caja y un tambor que va marcando el paso.