Una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de Villa del Río que ha contado con la colaboración financiera de CaixaBank; Stilo Textil y Tespol Espuma. Al acto, presidido por el alcalde, Emilio Monterroso, alcalde de Villa del Río, acudió un importante número de vecinos.

María del Carmen Camargo, edil de Cultura, instó a vecinos y amigos «a dialogar con esta escultura con conciencia, sentimiento, espíritu libre y respeto», y que entiendan que «es un hijo de nuestro pueblo, Sebastián Montes Carpio, un gran artista, el que la ha esculpido para nuestra contemplación».

Francisco Padilla, de 89 años, inspirador, junto a su esposa Catalina Sánchez, de 87 -ausente por motivos de salud- y ambos cronistas oficiales de Villa del Río-, se mostró muy ilusionado por el acto, «muy justo, para rendir homenaje al segador que representa a todos los trabajadores de la campiña y del cerro, del monte y del llano. Y es que los segadores tuvieron el privilegio de ser los elegidos para descubrir en el monte real, entre zarzas, una imagen de la Virgen María, que con el tiempo se le dio el nombre de Estrella, posteriormente patrona de la localidad».

Sebastián Montes, autor de la escultura, pronunció palabras de agradecimiento, «magia y sueño», como su sentir, tras la consecución de una idea que se ha traducido en realidad. Consideraba que «era necesaria esta figura del segador porque hace más de 500 años en este pueblo ocurrió un acontecimiento que cambió el rumbo de todos los villarrenses para siempre» y porque, «para mí, la Estrella siempre ha sido luz».

El traje típico de los villarrenses

Emilio Monterroso destacó que es un proyecto «de, por y para Villa del Río, porque mucho más que una escultura es un sentimiento». Sin duda, «se trata de una verdadera obra de arte hecha por un artista villarrense que, además, trabaja en Villa del Río, cuestión que merece ser puesta en valor, por volver a sus orígenes, a su pueblo».

La escultura representa la imagen de un segador ataviado con el traje típico que identifica a los villarrenses en sus fiestas patronales y que indica el camino hasta la ermita de la Virgen de la Estrella. La imagen entra en contacto y diálogo directo con el espectador que la contempla y está llena de simbolismos: la lagartija, que representa la proyección de la luz que se irradia en ese momento; la cántara, con la estrella de David -dos triángulos hacia arriba y hacia abajo-; la alianza en la mano izquierda, que representa la alianza de amor de cada villarrense con la Virgen de la Estrella; el trigo, de donde sale el pan, y para los cristianos fuente de vida, el mismísimo Dios. El pie levantado, con el número 43 en la suela, el mismo de la casa donde se ha trabajado la escultura, en la calle Alta, 43; el caracol, que representa la carga que todos llevamos a la espalda y que invita a seguir caminando por duro que sea. Se trata de hacer un homenaje a la hermandad de segadores que existió desde el momento de la formación de la cofradía de Nuestra Señora de Estrella.