POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD Y COORDINADOR DE LA PRIMERA MUESTRA COLECTIVA DE PINTURA
Portada del catalogo
Villanueva del Arzobispo es cuna de músicos, actores, escritores, escultores y por añadidura, ciudad del aceite.
Debemos recordar a Alonso González como el villanovense que brilló en el barroco cordobés. Y en la actualidad la obra escultórica de Ricardo Calero, junto a un amplio y destacado número de autores en otras ramas artísticas.
En pinceles y dibujos debemos recordar al gran periodista y dibujante Ricardo García López K-Hito, fundador y director del semanario “Dígame”.
Quisiera hoy que mi corazón se transformase en un pincel para, junto al rojo de la sangre y del afecto, aportar la serenidad del azul y la esperanza del verde a los autores y sus obras, y rendirles un sencillo homenaje.
¿Qué ha motivado que hoy seamos cuna de artistas? Es necesario citar a. Moisés Bueno, al que consideran como su maestro y guía, numerosos jóvenes que recibieron de él sus enseñanzas y estímulo. A Tomás Sánchez “Quines”, que impartió su magisterio en diversos Institutos y Colegios; a José Luis Nula y José Martínez que han continuado mostrando el camino del arte a jóvenes, hombres y mujeres.
En la actualidad también se acercan a los estudios de Felipe Herreros o Miguel A. Calero, para consultar sus dudas y proyectos estudiantes de arte.
Es grato que hayan alcanzado la titulación en Bellas Artes bastantes de los que exponen sus obras; que sean numerosos los que, por su afición y asistencia a distintos cursos y talleres, hoy cuelguen de esta sala sus lienzos; también aquellos que por su afición, condiciones innatas y auto-aprendizaje nos hayan abierto las ventanas de sus obras y su corazón, para exponerlas por primera vez.
El retrato, el bodegón, el paisaje, los jardines convertidos en caleidoscopios de los que es difícil apartar la mirada, aquellos que admiran a Sorolla o Antonio López, los que sus cuadros son “como ventanas abiertas a un mundo de contrastes, de luces que se filtran, de animales retenidos en un instante”, los que el alba siempre está presente en su obra, los que han sabido incorporar a su paleta el impresionismo de Monet, la exquisita sensualidad de Cezanne, aquellos que su pintura recuerda “el oro de los trigos, los rojizos de las puestas de sol de Iznatoraf, o son como llamaradas del crepúsculo”, están presentes en esta exposición.
Superan las sesenta obras de pintores, que nos dejan esta muestra única. El pasado, con las obras de Miguel Ángel Moisés, Quines o Nula, que siempre estarán presentes en nuestra localidad al recordarlos a ellos y a otros que partieron a pintar los azules del universo; el presente, inmejorable de jóvenes que están sembrando con sus obras todos los rincones españoles, acompañando siempre su lugar de nacimiento, Villanueva, y que están generando una ilusión en otros, más jóvenes aún, que seguirán la senda de las Bellas Artes.
A los que nos han abierto el corazón de su obra guardado en el interior de sus casas, gracias, y espero que sea el comienzo para retomar los pinceles. Gracias a los que han enviado sus cuadros desde la lejanía para hacerse presentes en esta exposición. Gracias, a los que nos han acompañado en este ilusionante, pero complicado proyecto, con su aportación fotográfica, o implicados intensamente en la organización.
El arte es un grito de libertad, de esta libertad que muestra la amalgama de esta exposición.
Sería necesario un Museo en nuestra localidad que acogiese una o varias obras de estos pintores. Quisiera que esta sala de exposiciones, se acondicionase totalmente y que algunos de nuestros artistas mostraran su magno trabajo.
Esperamos que esta exposición sea la semilla, para que periódicamente, se organice un nuevo reconocimiento y recuerdo de los artistas del ayer, la evolución de los que hoy son el presente y recoger los primeros trazos de los que formarán el futuro cultural de nuestra localidad.
