POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
El pasado viernes se celebró en la localidad una actividad que llega para quedarse y seguir creciendo, la víspera del Día de los Santos. He de reconocer que la iniciativa se ha llevado a cabo, con anterioridad, en la ciudad de Baeza, en otra estación del año.
El casco antiguo de la localidad, la Iglesia Parroquial, y la capilla del convento de dominicas de Santa Ana, volvieron a tiempos medievales, sumando al encanto del entorno, la iluminación con velas. Esta y otras iniciativas lograrán poner en valor una de las zonas con mayor riqueza espiritual e histórica. Sin luces en las calles y templos, sin automóviles, el tiempo hizo una parada y nos retornó a un ayer de sueños.
Más de dos mil velas que pacientemente fueron colocando, distribuyendo y encendiendo en toda la zona numerosos voluntarios y cofrades; la música de Unión La Moraleja, y Agrupación Musical, lograron llenar con sus notas el azul del cielo. Si unimos la visita guiada a la Iglesia y capilla, la degustación de las típicas gachas, roscos y mantecados, hicieron del amplio recinto iluminado solamente con las velas, un lugar dominico, carmelita, y donde la mística, el silencio, la oración y el respeto fue la luz del lugar, logrando dentro de la oscuridad ver los rostros satisfechos y emocionados de una gran mayoría de vecinos, en torno a dos mil, uno por vela, que quisieron con su presencia dar el SÍ a esta actividad..
Desde la casa de los Vélez, calle Palacio, Puerta Umbría, Puerta del Sol, calle Arquillo, Platería, Plaza de Santa Ana, iluminaron los sueños de procesiones, de rogativas y de fervor.
Contemplar a la luz de las velas, el retablo de las Ánimas, la artística sillería del coro, la imagen del Resucitado, bajo un bello ventanal, al Cristo del Amor y la Humildad, Nazareno, Virgen de la Soledad, San Juan, Cristo de la Expiración, Virgen de la Amargura, el retablo de la iglesia, es llenar el corazón de emociones y sentimientos nuevos.
En Santa Ana, el trono del Santo Entierro, el retablo, la Virgen del Rosario…despertó de su justo sueño a su fundador, Fray Domingo Valtanás, cuya sombra iluminada recorría estos lugares y daba fortaleza a las hermanas dominicas, que desde el coro bajo quisieron sumarse a los actos.
No pudieron pensar los dirigentes de las Cofradías del Nazareno, Virgen del Rosario, Santo Entierro, o Virgen de los Dolores, que su preocupación en buscar y guardar en las arcas bajo tres llaves, la cera, para las fiestas y procesiones, lograría despertar el encanto y admiración de los vecinos de la localidad, varios siglos más tarde. En uno de los inventarios de la Cofradía Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro de 1727, podemos leer: “Dos arcas una para la cera y otra para el libro y escrituras”. Entre las obligaciones de los cofrades estaba asistir a los entierros de los hermanos con los blandones correspondientes; la compra de cera y la música eran elementos destacados. “Se cargan ocho reales pagados a Diego Cameros por labrar cera de esta cofradía”.
Las Casas de Hermandad, que se agrupan en este espacio, Nuestra Señora de los Dolores, Nuestro Padre Jesús Nazareno y Santísimo Cristo de la Expiración, abrieron sus puertas y mostraron sus obras de arte y objetos con una visión y mirada diferentes.
Junto al Ayuntamiento, Párroco, concejalías y Técnico de Cultura, dominicas de Santa Ana, Agrupaciones Musicales, vecinos, y todos los colaboradores, la sincera felicitación por su intenso trabajo y el deseo que esta fecha y lugar sea en lo sucesivo, un nuevo sentimiento para llenarnos y mostrarnos más orgullosos aún de nuestra localidad.