POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Nos llegaban las noticias de la tremenda desolación que ofrecían varias provincias españolas, en Málaga, graves destrozos y en Almería pérdidas económicas, destrozos de los invernaderos, y un muerto en Andalucía; fueron estremecedoras las imágenes de Retur en Albacete y numerosas localidades valencianas, donde el número de víctimas, que iba aumentando , hicieron que el dolor y la tristeza nos invadiera.
La pésima respuesta de los políticos, a nivel regional o nacional, tardía y escasa, ha llevado a una masiva indignación con ellos. Sí debemos mostrar nuestro agradecimiento a la generosa respuesta de todos los que llegados desde distintas regiones, jóvenes y mayores, para trabajar y ayudar a los vecinos, más aún cuando escuchaban y veían en televisión las peticiones elementales, y necesarias de los valencianos, “Puente de la Esperanza”, el camino de la ayuda desinteresada.
El Tècnico de Cultura publicaba: “El día 1 de noviembre, se reunieron en la Casa de la Cultura, Fuerzas Políticas, AMPAS, Colegios, Policía Local, Protección Civil, Asociaciones Colectivos … Bastaron cinco minutos para montar un dispositivo sin precedentes, sólo una idea ¡hay que ir ya!. En menos de tres horas salían los primeros camiones y furgonetas con agua y alimentos básicos. El sábado el dispositivo y la recogida se multiplicaban y los villanovenses respondían en un ejemplo de unión , coordinación, ayuda y solidaridad. No hay palabras para agradecer tanto,muchas emociones y mucha “ esperanza”.
El Excmo. Ayuntamiento en su página publicaba con fecha uno de noviembre ; “ Hace menos de una hora que han salido dos camiones más desde Villanueva del Arzobispo. Los dos de 24000 kgs, cada uno con 49 palets de Agua Sierra de Cazorla de botellas de 1,5 litros. Dar las gracias al Grupo Jaencoop (Y su conductor Pedro Flores) Excavaciones Ramón Anaya(Mario Anaya) y Aguas Sierra de Cazorla(Trabajadores y Conductores). Así como a conductores y voluntarios,que están haciendo posible esta ayuda desde Villanueva del Arzobispo”.
Alejandro Avilés Cortés, que junto a Alberto Tauste, Policías Locales me informa de su aportación voluntaria en Valencia : “Conmovidos por lo que se estaba difundiendo por los medios de comunicación, dentro del cuerpo de policía local y con la coordinación del jefe de la policía local, Emilio Martínez Carmona, se empezó a sentir la necesidad de estar allí urgentemente para ayudar. En cuestión de una tarde ya teníamos todo organizado para partir hacia Silla donde nos proporcionaron alojamiento para que pudiéramos desarrollar nuestra labor con la garantía de poder ducharnos y descansar en la medida de lo posible. Al principio íbamos con la incertidumbre de qué escenario nos íbamos a encontrar. Si era necesario ropa de faena para limpiar calles,si íbamos a ejercer trabajos de búsqueda de desaparecidos o si debíamos dar apoyo a los cuerpos y fuerzas de seguridad. Finalmente, a nuestra llegada y desplazados hasta Catarroja desde Silla, al identificarnos como policías pudimos pasar todos los filtros que se encontraban en las entradas y llegar hasta el Ayuntamiento donde se encontraba la Jefatura de la policía local. Nuestra impresión al adentrarnos en Catarroja a pie fue como si entráramos en un escenario de guerra .Todo devastado, locales anegados de barro ,coches que se amontonaban inservibles ,llantos de quién lo había perdido todo,…Ya en la puerta del Ayuntamiento una funcionaria nos cogió de la mano y nos subió hasta la segunda planta para ponernos a disposición del Subinspector de la policía de Catarroja .Desde allí y acompañados de otro policía del municipio nos llevaron a pie hasta la entrada de la localidad un lugar conocido como la rotonda de la Florida donde nuestra misión expresamente era regular el tráfico para facilitar los trabajos de bomberos, sanitarios, grupos especializados en rescate y empresas privadas encargadas de achicar agua en garajes y locales. Allí permanecimos hasta las 9 de la noche, cuando dejó de ser necesaria la regulación del tráfico debido a que por ausencia de alumbrado público se dejaban de desempeñar algunos trabajos. Al día siguiente nos pusimos otra vez a disposición de la policía local y a partir de ahí nos encomendaron distintos cometidos como regular el tránsito de voluntarios para que las máquinas del ejército pudieran trabajar con seguridad, labores de retirada de vehículos dañados y su registro, acompañamiento a sanitarios que tenían que administrar medicación a enfermos mentales que llevaban sin tomarla desde el inicio de la catástrofe,seguridad ciudadana,…Tengo que destacar la acogida y los gestos de agradecimiento que hemos tenido allá donde hemos estado, porque lo que realmente queríamos era ayudar de la forma que fuera y sentir que estábamos haciendo algo importante para aquella ciudadanía .Nos volvimos con la sensación de haber aportado nuestro granito de arena y se nos quedó la clavada la espina de la impotencia de no haber podido hacer mucho más ante la magnitud de aquel desastre.”
En Diario “Jaén” el Policía, José Alberto Galera Tauste, manifestaba: “Nos distribuyeron por varios puntos y el panorama era devastador, con garajes anegados, vehículos agolpados, negocios destrozados y otros robados y mucha gente afectada, llorando por las calles y que lo perdieron todo también familiares. Los actos de pillaje continuaban , la gente aprovechaba y robaba en domicilios, incluso en aquellos donde había cadáveres y la familia estaba velando…”
Francisco Fernández Rivas,carpintero,llenó su furgón con su hijo y otros amigos, y camioneros, decidieron marchar a Valencia. Esta es la crónica que nos narra ;
“Amanecía un 3 de noviembre frío y con tristeza, todavía con las luces de las farolas alumbrando la noche villanovense nos dirigíamos el convoy compuesto por voluntarios del pueblo dispuestos a dar todo lo mejor de nosotros en ayudar y repartir la ayuda que contenía nuestros furgones y camiones.
Partimos desde Jaencoop con la incertidumbre y el desconocimiento de lo que nos íbamos a encontrar conforme nos fuésemos acercando a la zona de la tragedia y poblaciones devastadas. Hicimos un inciso en el camino ya pasado Albacete, para coger fuerzas y desayunar y transcurrido el periodo de descanso para nuestros camioneros, seguimos avanzando hacia el destino propuesto. Cuando ya nos íbamos acercando al perímetro de la zona afectada, eran poco a poco visibles los enormes daños causados por la DANA, en autovía y zonas colindantes a cada lado, tanto naves industriales como mobiliario urbano, coches, materiales, etc. Hicimos otro alto en el camino, ya en la localidad Valenciana de Silla, para dar unos macutos con cosas personales a dos policías locales de Villanueva que se encontraban allí, prestando ayuda desinteresada tras unos días libres de descanso y que tuvieron el enorme detalle de ofrecerse en lo que pudieran colaborar.
Para sumar a la visible catástrofe que nuestros ojos veían hacía cualquier lugar que mirásemos, nos ralentizó un enorme atasco, que anunciaba todo lo que venía por delante : sofás arrastrados, congeladores destrozados, farolas y quitamiedos arrancados, en fin desolación a nuestro paso y con el corazón encogido por la magnitud de la tragedia. Conforme entrábamos a Alfafar (destino de descarga) era un no parar de vehículos militares, policiales, ambulancias y toda clase de camiones llenos de barro, mobiliario y cañizo intentando despejar las vías públicas principales.
La zona era desoladora, hasta el punto dónde descargamos, dentro del colegio público La Fila, dónde la falta de alimentos y enseres era visible. El acceso era limitado ya que el barro y todo lo arrastrado por la riada habían cubierto la pista y hasta los columpios donde días atrás jugaban los más pequeños . Con la tristeza dentro de nuestro cuerpo, nos dispusimos a salir a duras penas de Alfafar, por su polígono industrial, gravemente afectado y lleno de fango por todo lo que por allí pasó.
Dimos todo lo mejor que tenemos los Villanovenses, ayuda, corazón y solidaridad con nuestros vecinos del pueblo Valenciano”.
Debo considerar que la sociedad de Villanueva, además de los que se desplazaron en camiones, furgones o coches particulares, transportando según indican unas 90 toneladas de material de alimentación, ropa, y utensilios de limpieza, e intentaron prestarse voluntarios para la limpieza y ayuda en las calles y hogares, queda destacar y agradecer a otra serie de voluntarios que en la localidad, desde los Colegios, Ayuntamiento, Asociaciones, Empresas Cofradías,… han recogido clasificado y empaquetado las distintas ayudas que han ido entregando las gentes de la localidad para enviarlas a Valencia. Esta antorcha de la solidaridad, no se ha apagado, continúan los voluntarios aportando su trabajo y los camiones llenos de solidaridad, que en los fines de semana aumenta el número de desplazamientos,.
Las heridas del alma por los fallecimientos de familiares, permanecerán en el caminar de los afectados para siempre. Es necesario, urgente, que las ayudas prometidas y necesarias se cumplan para aliviar y poner a flote las ciudades, empresas, negocios, colegios y empleos. Si ya en 2020, Villanueva, con motivo de la Covid, mostró su solidaridad, recogida en una placa,junto al recuerdo de los fallecidos, ahora ha vuelto a escribir una página llena de solidaridad y apoyo por la pérdida de las numerosas vidas, pero con el deseo y esperanza, que se puedan satisfacer las numerosas necesidades de todos los lugares afectados. Podría ser interesante la recogida de las impresiones de todos los que han participado de una u otra forma en los actos de solidaridad, y en un dossier, con sus textos y fotos guardarlo en el Archivo Municipal o Biblioteca,
La unión de nuestra tierra jiennense con toda la comunidad valenciana está llena de encuentros, intercambios culturales, de solidaridad, familiares…
Iniciamos con la llegada y establecerse en nuestra localidad, desde Bocairente la familia Vañó, dedicada a la producción de paños y tejidos, intercambiando con nuestros aceites; sucedió por el año 1860, como nos indica el historiador D. Rafael Vañó. De la comunidad Valenciana, nos llegó la imagen del Cristo de la Vera-Cruz de Mariano Benlliure; la corona de la Virgen de la Fuensanta en 1956… Una generación crecimos,vivimos y sentimos “la riada de Valencia”, en octubre de 1957, enviando desde los colegios de la localidad, los donativos de los alumnos y maestros, para ayudar; en el plano musical, intercambios anuales, unen a las Bandas de Música de estas regiones; son numerosos los villanovenses que un día vieron la Comunidad Valenciana, como lugar para encontrar un trabajo: hostelería, construcción, maestros, comerciantes, ingenieros han servido de nexo de unión de ambas regiones. Ahora devolvemos a la Región el arte infinito de Felipe Herreros, que está adornando con sus obras, numerosas Iglesias.
Nuestro dolor y pesar , y la esperanza de un lento futuro, recuperando lo que llamamos actividad normal.
FUENTE: M..L.F