VINO Y ORINA DE NIÑOS ROBUSTOS PARA UNA BUENA COSECHA DE SEDA
POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
La seda, aunque hoy pocos tristemente lo recuerden, fue durante generaciones el sustento de cuantos hoy leéis, e igual por ello existís para leerla, esta página. Porque los gusanos eran para muchos de nuestros abuelos su más preciado tesoro.
Hasta el extremo de que el Concejo prohibía sacar estiércol de la ciudad en marzo y abril para que los fuertes olores no afectaran a su cría. No pocos huertanos incubaban en los pies de sus camas cada noche la llamada simiente –los huevos– para que el calor acelerara su eclosión. De ello dependía poder dar de comer a sus hijos.