POR JOSÉ MARÍA GOLDEROS VICARIO, CRONISTA OFICIAL DE GRIÑON (MADRID).
¿Visitará nuestra basílica-catedral S.M. El Rey D. Felipe VI, siguiendo la tradición de sus antepasados, por su condición de maestres de las OO.MM?
La estación ciudarrealeña de los FF.CC. llamada popularmente “la Nueva” o de “Ciruela”, se presentaba profusamente adornada. El recibimiento fue apoteósico y las calles se hallaban con arcos en su honor. La comitiva real, séquito y autoridades se trasladaron a la Iglesia de Santa María del Prado donde se cantó un “Te Deum”. Terminado los actos, S.M. y la Real familia subieron al camarín para orar ante nuestra patrona. Luego la Ilustre Hermandad de la Virgen del Prado le ofreció un diploma de Hermana Mayor de la cofradía de la Virgen, a perpetuidad para S. M. y sus sucesores. Terminados los actos, la reina, su familia y sequito fueron alojados en el convento de la Merced. Al día siguiente partieron en tren con destino final a Portugal
La reina Isabel II, cuando visitó la catedral de Ciudad Real en 1866, lucía capa de la Orden de Calatrava
El día 3 de febrero de 1879, S. M. el rey Alfonso XII, llegaba a Ciudad Real con motivo de la celebración de la recientemente nombrada Basílica-Catedral de las Cuatro Órdenes Militares, en 1875. De este solemne acto existe un magnífico grabado divulgado por “La Ilustración Española y Americana” en febrero de aquel año.
El rey Alfonso XII, entra bajo palio en la catedral de Ciudad Real, sostenido por los caballeros de las Cuatro Órdenes Militares.
Año. en el que podemos ver a S. M. sobre un trono-dosel cerca del altar mayor junto a miembros de las OO. MM. en el momento del canto del “Te Deum” en acción de gracias al Todopoderoso por la feliz llegada de su Maestre y Administrador perpetuo por la Autoridad Apostólica a la capital de Ciudad Real, que según la Santa Sede, formaba “el Coto Redondo” donde estas milicias habían de ejercer la omnímoda jurisdicción eclesiástica. Al término del Capítulo, el rey subió al camarín de la Virgen del Prado donde oró.
Con motivo de la visita de S. M., y por iniciativa del Real Consejo de las Ordenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa, hacían entrega de una cruz procesional y dos ciriales ricamente creados, con maravillosas filigranas, por plateros madrileños, verdaderas obras de arte. En efecto, se depositaban en la catedral, elaborados en plata dorada a fuego, que portaban cuatro miembros de las O. M, como homenaje a S. M. el rey y al prelado de Ciudad Real, quedando depositadas en la Iglesia Prioral. La noticia y grabados, aparecían en la revista “La Ilustración Española y Americana”. Los extraordinarios objetos, de incalculable valor ¿Integrarán las dichas joyas parte aun del tesoro catedralicio.
Otra fecha memorable: el 27 de abril de 1905, llegaba a Ciudad Real, S. M. el rey Alfonso XIII. En la regia visita se destacó la presencia de los caballeros de las ÓO. MM. Militares de Calatrava, Santiago, Alcántara y Montesa, con la numerosa representación del Real Consejo, Tribunal y Capítulo, acudieron a rendir homenaje a nuestro soberano, que asistía como Gran Maestre de la dicha vieja milicia. En el vestíbulo del templo fue recibido el rey por el Excmo. Cabildo Prioral en pleno, presidido por el M.I.S. don Santiago Magdalena Muria, Dignidad de Deán y Vicario General, con los capitulares de las respectivas Órdenes. Luego bajo palio, S. M. hizo su entrada en la Santa Iglesia Prioral, ocupando el trono dispuesto al lado del Evangelio.
Terminada la ceremonia religiosa, pasó con toda la comitiva a visitar el camarín de la Virgen, y después de orar ante la imagen de Santa María del Prado, le fueron presentadas algunas de las valiosas alhajas que guardaba esta S.I. Prioral. En el atrio del templo fue despedido Alfonso XIII con los mismos honores que a la entrada, recibiendo el homenaje del público que llenaba el paseo del Prado.
Señalan algunos cronistas, que Alfonso XIII obsequió a nuestra catedral con la Silla de Uclés, magno sitial arzobispal de aquel monasterio santiaguista, que fue admiración por muchos años en el altar mayor de la catedral, desgraciadamente fue destruida durante la Guerra Civil de 1936.
El rey Alfonso XIII giró una visita a nuestra capital, tal como apuntamos antes, el 27 de abril de 1905, acompañado por caballeros de las Cuatro Órdenes Militares, luciendo sus atrayentes uniformes. Cuando llegó el rey al Paseo del Prado, dirigió sus pasos a la catedral, donde en su vestíbulo le recibió el cabildo en pleno, presidido por el vicario general, ayudándole a poner el manto de Gran Maestre. Hizo su entrada en la Santa Iglesia Prioral S. M., ocupando el trono, al lado del Evangelio desde oyó el “Te Déum”. Terminada la ceremonia religiosa subió el rey con sus acompañantes, al camarín de la Santísima Virgen del Prado, ante la que oró breves momentos, pasando poco después a mostrarle la corona de la Virgen y el magnífico Porta-Paz, de los que hizo Don Alfonso grandes elogios.