POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
Componentes de la conocida familia Colino, que tiene sus orígenes en Montijo, me invitaron en calidad de Cronista Oficial de Montijo, para que les realizase una visita guiada por el casco histórico. Así, el pasado sábado 6 de noviembre, nos encontramos y comenzamos en el Espacio Cultural de la Comunidad de Labradores donde en el Salón de Conferencias Regadío, la concejala de Educación, Igualdad y Mujer, Gabi Díez Gata, les dio la bienvenida en nombre del Ayuntamiento de Montijo.
Los Colino’s pudieron ver las diferentes salas y exposiciones que acoge la Comunidad de Labradores: Sala de Exposición Permanente, Los Aperos; Sala de Exposición Temporal, La Cosecha; Sala de Conferencias, Regadío; Gabinete de Lectura-Museo, Julio García Pérez; Terraza Cultural, Barbecho.
La siguiente parada fue el exterior e interior de la Iglesia de San Pedro Apóstol, seguida del lugar donde estuvo la Silera y el Pósito; la parroquia de San Isidro, primera parroquia hasta ahora documentada que tuvo Montijo, trocada en Casa-Granero de los Condes de Montijo. La hoy plazuela de Cervantes, antes Plaza de las Cocheras, donde estuvo la Casa de la Encomienda, Hospital de Pobres y Casa Palacio de los Condes, familia Portocarrero.
Los Colino’s vieron y conocieron la historia y obras de arte que atesora la Ermita Jesús Nazareno, capilla Sixtina del Barroco montijano, junto al antiguo Hospital que fundara el carisma del emeritense padre Cristóbal de Santa Catalina a finales del XVII, comienzos del XVIII. Recorriendo posteriormente la calle Coso, portales del Ayuntamiento, Plaza de España, calle Eugenio Hermoso, Pedro de Valencia (donde estuvo la casa y comercio de don Marcelino Colino Estévez), Felipe Checa, Peñas, que fue la antigua calle de la Judería, plaza de Santa Clara y convento del Santo Cristo del Pasmo que labró el escultor borgoñés Juan de Juni a mediados del XVI, donde tras el origen del convento, proveniente de un antiguo beaterio, fue trocado en comunidad de las Hermanas Pobres de Santa Clara, clarisas por los afanes que en ello puso don Cristóbal Portocarrero Guzmán de Luna, IV conde de Montijo.
Manifestaron, al finalizar la visita guiada, que disfrutaron con mis explicaciones y yo de su grata compañía. Al final les aconsejé que siguieran haciendo estos Eventos Colino’s, porque la familia es el mejor escuela de la vida y sus valores, donde aprendemos la difícil asignatura de amar y ser amados.
Los Colino,s al salir de la capilla del convento, accedieron a la otra puerta donde está el zaguán del torno, espacio que separa las cosas de este mundo con la otra vida nada fácil de sacrificio, entrega, oración y contemplación, llevándose las delicias hecha dulces que elaboran las hijas de Santa Clara. Gracias Ángel Colino por invitarme a mostrar Montijo y algo de su historia.