POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Lo que cuentan las historias, muchas veces repetidas por unos y otros que «se copian», no siempre es verdad; al menos, en estricto rigor.
Este es el caso del vol au vent (léase vol o van, haciendo nasal la a, y para ello conviene cerrar la nariz con una pinza de la ropa), cuya invención asignan a Marie-Antoine Câreme (1783-1833), uno de los célebres y celebrados cocineros franceses.
Se dice, se cuenta… que en cierta ocasión se le ocurrió a Câreme preparar con masa de hojaldre un pequeño recipiente cilíndrico, a modo de torre, para rellenarlo con lo que fuere oportuno.
Al hornear la pasta, y viendo como «subía» esponjada, uno de los cocineros ayudantes exclamó asombrado: «¡Monsieur Câreme; elle vole au vent!» («Señor Câreme; ella (la masa) vuela al viento»).
A Câreme le gustó el nombre y así quedó bautizada esa preparación.
Ahora bien; la historia es muy otra.
Se la cuento.
Fue Vincent de la Chapelle (1690-1745) otro célebre cocinero galo que prestó servicios, entre otros personajes importantes, al conde de Chesterfield (embajador inglés en La Haya) y a Madame de Pompadour, amante y favorita del rey Louis XV de Francia.
De la Chapelle fue autor de un magnífico libro, «Le cuisinier moderne», editado en La Haya en 1735; muy anterior al nacimiento de Câreme.
Pues en ese libro De la Chapelle da la receta, bajo el nombre de «gâteau puits d´amour » (pastel pozo de amor), a ese tipo de volován con un relleno de dulce.
Nada extraño, pues en ese dulce POZO DE AMOR es donde, un día sí y otro también, se sumergía el apasionado LOUIS XV.
A partir de 1750 se abandonó el nombre de «puits d´amour», demasiado erótico, por el de «gâteau vol au vent».
El próximo sábado (es decir, pasado mañana) estaré en BOAL (Asturias) para charlar un poco sobre la COCINA DE LAS SETAS.
Boal, municipio que supo de buenos vinos y actualmente es pregonero de mieles, de caza, de fogones tradicionales y de grandes iniciativas de desarrollo local, busca en las setas un medio más de progreso.
No cabe duda de que el entusiasmo que pone su Sociedad Micológica traerá frutos de éxito.
Prepararemos un VOL AU VENT relleno de SETAS y SECRETO IBERICO.
En una sartén con aceite, al fuego, se prepara un sofrito con cebolla, pimiento, ajo y perejil (todo bien picado).
Cuando todo esté bien pochado se suman las setas (ante cualquier duda, utilizar las de cultivo) y rehogan con el conjunto. Finalmente se suman daditos de «secreto ibérico», que también rehogan.
Con este relleno se completan los «volovanes» que, si se desea, se cubren con una bechamel y hornean ligeramente.
Los «volovanes» se adquieren, ya elaborados, en supermercados.
NOTA
En el «sumum» de la exquisitez, sobre la bechamel, y antes de hornear, se dispone un huevo de codorniz.
Otras personas prefieren jamón ibérico al «secreto».
Ustedes verán.
Gracias, pues, a la SOCIEDAD MICOLÓGICA DE BOAL por ofrecerme la posibilidad de colaborar en su iniciativa.