POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Si ustedes, con esto del enclaustramiento doméstico, siguen atentos las noticias curiosas que comentan periódicos, «arradios» y televisiones habrán observado que los JABALÍES (jabalís o xabalinos, que decimos en Colunga), antes animales más bien «salvajes», se han vuelto tan civilizados y con tales ansias de cultura que, más que domésticos, se han transformado en «intelectuales».
En Oviedo -capital y parroquias – donde el arte prerrománico es joya de oferta turística y patrimonio de la Humanidad, raro es el día que una manada de xabalinos deje de visitar San Miguel de Lillo, Santa María del Naranco… o den unos paseos de amistad vecinal por el Parque de Invierno, La Florida, Buenavista, etc.
Y como estamos en puertas de verano, ¿cómo no darse un garbeo por la preciosa y siempre placentera Playa de Salinas, en Castrillón, después de haber visitado en Pillarno la CUEVA DE ARBEDALES, que también es lugar castrillonense?
Así es la vida y su progreso: El «xabalí» pasó de ser trofeo de caza y tesoro de fogones a transmutarse en turista que busca arte, playa y montaña. ¡Qué cosas!
Pues, verán. Cuando ayer se comentó que un xabalí paseaba por la playa de Salinas, recordé aquellos tiempos un tanto bucólicos cuando Castrillón, Corvera, Illas, Avilés… eran municipios entre campesinos y costero-turísticos y cómo, por el aquel de la actividad industrial (hoy en decadencia), modificaron sus costumbres para adecuarlas al aluvión de gentes venidas de otras provincias en busca de trabajo y de «mejora de vida».
En LAS VEGAS, que es parroquia del municipio de CORVERA DE ASTURIAS, localidad cercana a Nubledo que es la capital municipal, y «prácticamente lindante con el municipio avilesino», ¡oh maravilla!, descubrimos un pequeño restaurante, denominado EL LLAR, en el que aún siguen guisando EL XABALÍ como lo hacía «mi güela», que decía un amigo mío hostelero enTineo. Y, además, CON CASTAÑES. Y «pa mayor tradición», con VINO TINTO DE CANGAS.
Y «por si tou fuera pocu», la persona que regenta el establecimiento es colunguesa, «fía de Enrique Lueje el carpinteru» y de Luisa, «su muyer», y se llama MARIA JOSE LUEJE VILLAR, a la que en Colunga, cuando nena, la llamábamos Pepina y, ya de mayor, PEPI.
¿Qué cómo lo guisa?
Así me lo explicó:
«Compro carne de jabalí, sin hueso, de la parte de la pata trasera (jamón) y la parto en trozos mediano-grandes. Los macero durante dos días en vino tinto de Cangas del Narcea con algunas hierbas aromáticas al gusto (laurel, tomillo, perejil…) y un toque de «mezclum» de pimienta (blanca, negra, roja) molida groseramente.
En una cazuela con aceite, al fuego, pocho unas cebollas (entre 4 y 5) y un pimiento rojo y otro verde grandes y todo bien picado. Ya en su punto, agrego la carne de jabalí y rehoga todo junto. Seguidamente añado el caldo de maceración, más vino tinto y agua hasta cubrir y dejo que todo vaya cociendo lentamente durante unas 2,5 a 3 horas. Hay que evitar que se seque el guiso añadiendo más agua.
Casi al finalizar la cocción se agregan las castañas (se venden ya precocidas y congeladas). Siguen los hervores a fuego medio, reposa todo un buen rato y… listo para servir muy caliente.
Puede acompañarse con patatas fritas, pimientos rojos asados o ensalada de lechuga y tomate, según desee la clientela en cada caso.
Y para beber, un buen vino tinto de crianza o reserva a gusto del comensal. En EL LLAR ofrecemos habitualmente RIBERA DEL DUERO, RIOJA y CANGAS DEL NARCEA.
¿Se dan cuenta cuenta el placer que supone degustar este guiso en una terracina «so l´horru o so la panera»?
¡Pues eso van a encontrar en EL LLAR!