POR BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA (ALICANTE).
Francisco de Paula Mellado nació en Granada en 1810 y falleció en Bayona el 18 de abril de 1876. Pocos son los datos que se conocen de este escritor y editor de mediados del siglo XIX. Destacó especialmente en esta segunda faceta, pues hacia 1850 Francisco de Paula Mellado se había convertido en el más importante impresor, editor y librero de Madrid. Publicó una gran cantidad de títulos, desde obras de Francisco Quevedo a Modesto de Lafuente, revistas ilustradas, obras por entregas y diccionarios.
Especialmente sobresale la obra Enciclopedia moderna. Diccionario universal de literatura, ciencias, artes, agricultura, industria y comercio, por ser la primera gran enciclopedia en castellano que se terminó en el siglo XIX. Consta de 34 volúmenes publicados entre 1851 y 1855 y que suponen una adaptación de la Enciclopedia publicada en francés por Diderot. Entre los escritores se encuentran las plumas más selectas de la época como: Manuel Bretón de los Herreros, Eugenio Hartzenbusch, Ramón Mesonero Romanos, Pedro de Madrazo, Modesto Lafuente, etc.
Francisco de Paula Mellado también quiso dejar escrito en el papel sus viajes por España y fruto de ello son los libros: Guía del viajero en España, 1842; España geográfica, histórica, estadística y pintoresca, descripción, 1845 y Recuerdos de un viage por España de 1849.
La Guía del viajero pretendía ser, no una descripción exhaustiva de España, sino un libro apto para el viaje, es decir una publicación manejable, cómoda de consultar, atractiva y concisa. Su primera edición vio la luz en 1842.
Esta publicación cumplió con todas las expectativas que su autor había depositado en ella. “Muy ajeno estaba yo de presumir cuando publicamos el año último la primera edición de la Guia del Viajero, el éxito que iba á alcanzar y lo estaba con tanto y más motivo cuanto que este éxito no debe atribuirse en manera alguna al mérito de la obra sino á su conocida utilidad”.
Con la finalidad de corregir los errores que planteaba la primera edición y de ampliar la información se publicó esta segunda edición. Para ello contactó con todas las instituciones públicas que le podían ayudar: ministerios, diputaciones, juzgados de 1ª instancia, ayuntamientos, etc. Nosotros hemos podido localizar y consultar ejemplares de la 2ª, 3ª y 5ª edición. La segunda edición es de 1843, la tercera de 1846 y la quinta de 1852. Es decir se recoge información de casi una década.
Recuerdos de un viage por España fue publicado en 1849 y en las partes tercera y cuarta se recoge el paso por Galicia, Navarra, La Rioja, Aragón, Cataluña y Valencia. La motivación de realizar este viaje se debe a que “me hallaba yo atacado de una de esas enfermedades sin nombre, tanto más peligrosas, cuanto que comúnmente reconocen por origen alguna causa moral. En vano los discípulos de Esculapio, representantes de ambos encontrados sistemas, hoy en boga, habían empleado los recursos del arte para devolverme la salud, mi mal resistía a todas las enfermedades”. Debido a que no mejoraba de su enfermedad los doctores creyeron conveniente que realizara un viaje, para ver si este proyecto podría elevar el ánimo y al mismo tiempo recuperar la salud.
Finalmente, Francisco de Paula, decidió hacer caso a sus doctores y se preparó para recorrer España y visitar “nuestros más notables monumentos, voy a asistir a las alegres reuniones de nuestros paisanos, a oír de su boca las antiguas tradiciones y poéticas consejas, a presenciar sus bulliciosas fiestas, a estudiar sus costumbres…”
En la puerta del Sol de Madrid se encontró con su buen amigo Mauricio, que iba a emprender viaje a París. Tras versar sobre las ventajas de visitar nuestro solar patrio lo convenció para que le acompañara. Así los dos amigos emprendieron un viaje por España un día de mayo de 1846.
Después de una estancia de ocho días en Valencia, los dos viajeros encaminaron sus pasos hacia Alicante siguiendo el camino real de Xátiva. Tras dejar atrás Cocentaina y Alcoy, llegaron a Xixona.
Seguidamente presentamos 4 fragmentos de las obras de Francisco de Paula que describen Xixona en la década de 1840. Verdaderamente, son muy parecidos entre sí, pero pienso que pueden ser más bien complementarios.
Guía del viajero en España, segunda edición, 1843.
“JIJONA : su población es de 4,818 habitantes; tiene un hospital y tres posadas. Está situada á cuatro leguas de Alicante, en la cuesta rápida del cerro llamado Peña de Jijona: sus calles están á manera de anfiteatro y son tan incómodas que para facilitar la comunicación fue preciso construir anchas escaleras; tiene sin embargo dos muy largas y espaciosas y llanas, con edificios muy decentes, y todas miran hacia las huertas ó deliciosos jardines contiguos á la población. Tiene muchas colmenas de cuya miel se fabrica el turrón tan celebrado. Celebra mercado muy concurrido”.
España geográfica, histórica, estadística y pintoresca. 1845.
“JIJONA. Ciudad situada á cuatro leguas de Alicante, en la cuesta del cerro llamado de la peña de Jijona. En la cumbre de citado cerro hubo un castillo, cuyos restos apenas permiten conocer la época de su fundación, la que según algunos fue de los árabes, y en el año 1258 fue conquistada del poder de los moros por don Jaime I; y don Felipe V la tituló ciudad en 1708; pues antes era villa.
Pertenece á la diócesis de Valencia y partido judicial de su nombre que es de ascenso y comprende los diez pueblos de Aguas, Busot, Castalla, Ibi, Jijona, La Sarga, Onil, Peñacerrada (1), Tibi y Torremanzanas.
Consta de 4.496 vecinos y 4.795 habitantes. Tiene una parroquia, administración subalterna de rentas, y de correos, dependiente de la de Alicante, dos estancos, un convento de monjas (2), un hospital, una casa de enseñanza, hubo un convento de frailes» (3).
En la quinta de 1844 entraron en suerte, en unión con Lasarga, 218 jóvenes de 18 á 24 años. Pagó por toda contribución 89.439 rs. Y cosecha en un año común 40.000 fanegas de todo grano, 2.800 de almendra, 500 arrobas de aceite, 400 de cáñamo, 280 libras de seda y 580 arrobas de vino, que con los frutos menores importan 312.800 rs.
Con la abundancia de su miel se fabrica el turrón de su nombre tan celebrado. Hay varios telares para lienzos y se construyen alpargatas de toda clase”.
Recuerdo de un viage por España, 1849.
“Al día siguiente, después de pasar por la abertura denominada Canal de Alcoy, y los montes llamados Carrascal de Rico y Carrasqueña, hicimos nuestro alto de costumbre en la antigua ciudad de Jijona, situada en la pendiente de una colina cuya cima corona un viejo castillo, y á la orilla del pequeño río Coscó. Llamóse Saxosa y Sosa , y fué conquistada á los moros por el infatigable don Jaime I en 1258. Este rey concedió á Jijona varios privilegios por haberle, sus habitantes, auxiliado mucho en la toma de Alicante. En 1708 fue recompensada por Felipe V con el título de Ciudad por la adhesión que le mostró. En su escudo de armas pinta los palos de Aragón entre dos llaves y debajo un castillo.
Poco de notable ofrece Jijona al viajero observador, á no ser las hermosas huertas y jardines que adornan sus casas. Estas se ven esparcidas en su mayor parte y á manera de anfiteatro formando calles costaneras. Hay una buena iglesia parroquial con título de Nuestra Señora de la Asunción, un convento de monjas y otro de frailes, este cerrado y aquel destinado á casa de beneficencia, cuatro ermitas, un hospital, un pósito y una cátedra de latinidad.
Esta ciudad es cabeza de juzgado, tiene cuatro mil setecientos noventa y cinco habitantes, y celebra una feria anual y un mercado cada semana. Aunque ni Mauricio ni yo somos turroneros, según la acepción (4) que en política se da a esta frase, no pudimos menos de saborearnos con el delicado turron que a Jijona da tanta nombradia, y aun proveernos de algunas cajetillas para dulcificar las penalidades de nuestro viage”.
Guía del viajero en España, quinta edición, 1852.
“JIJONA, Ciudad con ayuntamiento, cabeza del partido judicial de su nombre en la provincia de Alicante, diócesis de Valencia, situada en la pendiente de una colina al estremo oriental de la hoya de Castilla y ribera derecha del riachuelo Coscó.
Tiene 4.795 almas, y la principal industria, es la agrícola; hay, sin embargo, talleres de oficios de primera necesidad, y confiterías donde se elabora el renombrado turrón de que tanto consumo se hace en Madrid por Navidad.
Desde Jijona dista cuatro leguas Alicante-cuya descripción puede verse en la carrera 69, pág. 244.”
NOTAS: (*) Agradezco la información sobre Recuerdos de un viage por España facilitada por el profesor Emilio Soler Pascual, puesto que sin ella hubiera sido imposible la realización de este trabajo.
(1) Ahora en el término municipal de Mutxamel.
(2) Convento de Santa Ana, que se encontraba en la plaza de las Monjas en el barrio de María Verdú.
(3) Convento de la Mare de Déu de l’Orito desamortizado no hacía muchos años.
(4) Según el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española , vigésima primera edición, 1992, la palabra turrón tiene una segunda acepción que es como sigue: “Destino público o beneficio que se obtiene del estado”.
FUENTE: https://bgarrigos07.wordpress.com/2020/09/07/xixona-vista-por-francisco-de-paula-mellado-salvador/